jueves, 30 de enero de 2014

Sin consentimiento el gobierno no se legitima, Locke


Al ser los hombres, como ya se ha dicho, todos libres por naturaleza, iguales e independientes, ninguno puede ser sacado de esa condición y puesto bajo el poder político de otro sin su propio consentimiento. El único modo en que alguien se priva a si mismo de su libertad natural y se somete a las ataduras de la sociedad civil, es mediante un acuerdo con otros hombres, según el cual todos se unen formando una comunidad, a fin de convivir los unos con los otros de una manera confortable, segura y pacífica, disfrutando sin riesgo de sus propiedades respectivas y mejor protegidos frente a quienes no forman parte de dicha comunidad. Esto puede hacerlo cualquier grupo de hombres, porque no daña la libertad de los demás, a quienes se deja, tal y como estaban, en estado de naturaleza. Así, cuando un grupo de hombres ha consentido formar una comunidad o gobierno, quedan con ello incorporados en un cuerpo político en el que la mayoría tiene el derecho de actuar y decidir en nombre de todos. II Tratado, John Locke, Cap 8

No existió jamás en toda la historia de la filosofía política ningún misil capaz de torpedear de forma más destructiva la línea de flotación del antiguo régimen como cuando en 1689, y de forma anónima, John Locke publicó el II Tratado del Gobierno Civil. Y este pequeño párrafo, sintetiza la democracia representativa de una forma que bien quisiera grabada a fuego en las molleras de todos nuestros políticos: los que empiezan andadura y los de la vieja guardia, que por cierto y presuponiendo el beneficio de la duda deben ignorar por completo. Lo ideal sería que cualquier aspirante a político que no se hubiese  maleado todavía leyese a Locke, pero de forma inteligente.

De entrada, incluso a los de formación únicamente marxista debe gustarles el planteamiento lockiano sobre ese estado de la naturaleza inicial donde existía una especie de comunismo en el sentido de ausencia de propiedad: lo que estaba en la naturaleza era de cualquiera que llegase, y estaba allí simplemente para ser cogido. Para Locke, la primera propiedad es uno mismo, la propia persona, y ésta no se debe a nadie. Y si las cosas están ahí para ser cogidas, pues te acercas al árbol y coges la manzana; que precisamente no es ningún fruto prohibido ni mucho menos, como lo fue para los pobres Adán y Eva. Así que te acercas al árbol y coges una manzana.

Me la comeré tendido en aquel arroyo y saciaré mi sed después de comer - piensa el esforzado recolector.

Pues bien, Locke plantea que por el simple hecho de recolectar la manzana ya te pertenece: la propiedad lockiana es fruto del trabajo y el esfuerzo personal: pero como siempre hay pululando por ahí casta parasitaria y chorizos puede que algún “espabilao” te vea y diga:

! Uf ¡ Yo no subo hasta allí a coger una manzana y menos con este calor, se la quitaré a ese “pringao” que lleva una - porque no lo dudéis, así es como piensan.

Así que el “chorizo” se acerca y bonitamente te pega un garrotazo o te amenaza y se lleva la manzana.

Fuente: Wilkipedia
Esa situación es la que Locke solucionaría genialmente y de una forma absolutamente revolucionaria reinventando a Hobbes y Maquiavelo, como después comentaremos; y queda tan bien reflejada en la cita del principio. Cada vez que se lee te catapulta hacia ideas nuevas, se comprende mejor el presente y te hace recordar lo que aprendiste  de historia.

Nadie, que yo sepa, se había atrevido antes a decir que los hombres son libres por naturaleza y además pudiesen unirse en una asociación civil para defender la propiedad privada. Locke contrapone revolucionariamente el antiguo régimen de la propiedad de los aristócratas, que no habían habían dado nunca palo al agua, a la propiedad del hombre que trabaja y se gana el derecho de propiedad. Es la idea del hombre que se hace a sí mismo contrapuesto al que se lo encuentra todo hecho por herencia y derecho divino. Locke se está dirigiendo a unos hombres producto de una nueva interpretación de las Escrituras que se había separado de la ortodoxia de la Iglesia: los protestantes calvinistas. Aquellos que gusten de interpretaciones marxistas pueden llamarlos clase media o burgueses a esos nuevos hombres (pertenecientes a los burgos, o ciudades)

Cuando Maquiavelo escribió el Principe para Lorenzo de Medici, que gobernó la república de Florencia, dio un paso que sería seguido por Hobbes y Locke; cada uno mejorando al anterior. Por su puesto en la época del Renacimiento no había reyes en las repúblicas italianas, pero fue por un golpe de suerte. El mantenerse como repúblicas ya sí fue un gran paso que ojalá se les hubiese ocurrido también a los Comuneros de Castilla, cuando teniendo varias veces la victoria sobre Carlos I de España y V de Alemania le volvieron a dar la corona al monarca porque ni se les pasó por la cabeza que podrían haberse autogobernado sin necesidad de reyes; pero en fin, esa falta de perspectiva además les costó el cuello a los cabecillas de las revueltas.

Maquiavelo escribe en Florencia para los príncipes de las repúblicas, no para reyes. Es decir, para príncipes que se han salido de los parámetros normales de autoridad. Pues eso lo refinó Locke; y en vez de para príncipes escribió para los trabajadores. Ahora serían los trabajadores y comerciantes los que se saldrían de los parámetros de autoridad del antiguo régimen medieval. Podemos considerar que en ese aspecto Locke acabó de dar el gran paso que antes había emprendido Maquiavelo.

El texto también nos catapulta directamente a una idea sin precedentes: gobierno con el consentimiento del pueblo, y que sin consentimiento nadie puede atribuirse el poder del gobierno sobre nadie porque el hombre nace libre. Como consecuencia, si un gobierno no cubre las expectativas se le puede finiquitar. Es lo que hicieron en EEUU cuando echaron a los ingleses en la Guerra de Independencia porque les pusieron un 1% de impuestos en el té sin su permiso, entre otras cosas. Imaginen Vds...

Pues bien, Jeffersson cogió el II Tratado de Locke y casi lo calcó para escribir la propuesta de la Constitución de los Estados Unidos. Como Locke también embridó el poder, al igual que Montesquieu, pues resulta que el producto fue la mejor y más perfecta democracia constitucional que haya sido pensada jamás. Les van a la par Suiza y Francia, excepto por el pequeño detalle  de mantener los poderes separados menos cuando el presidente elegido por el pueblo francés, a doble vuelta, le pide a la cámara su aprobación en la investidura presidencial. Craso error: los poderes no deben juntarse ni para tomar café. Si no fuese por ese detalle Francia sería también una democracia que cumple con las normas de la democracia.

Y este final va para los que equivocadamente piensan que no hay que estudiar religión en la escuela. Pues me temo que sin la religión no podemos explicar el presente ni acabar de comprender lo que aconteció entonces; porque Locke plantea una nueva moral: el trabajo deja de ser un castigo divino y cambia aquel ganarás el pan con el sudor de tu frente por un ganarás la propiedad con el trabajo. Es una nueva moral de la cultura del esfuerzo y el trabajo que enorgullece y premia a aquellos que por sus medios llegan a más y obtienen más. Locke no se refiere solo a objetos sino puede ser que por sus excelentes cualidades alguien pueda ser elegido a representar o gobernar. El guante lo recogieron los calvinistas (protestantes que se habían escindido  de la Iglesia Católica en el S XVI) y de ahí pasó a Adam Smith, con lo cual tenemos ya la foto completa de los orígenes del liberalismo y el capitalismo. Así que podemos considerar el II Tratado de Locke como un  manifiesto anticomunista antes de que el comunismo existiera. Ahora bien, la leyenda atribuye al mismo Jefferson la advertencia del peligro que comportaría escorarse demasiado hacia un capitalismo salvaje y su deriva inevitable en torno a la plutocracia:
Si el pueblo americano permite un día que los bancos privados controlen su moneda, los bancos y todas las instituciones que florecerán en torno a los bancos, privarán a la gente de toda posesión, primero por medio de la inflación, enseguida por la recesión, hasta el día en que sus hijos se despertarán sin casa y sin techo, sobre la tierra que sus padres conquistaron.
Vamos bien, la plutocracia política ya han acabado con las Cajas de Ahorro, padecemos una epidemia de paro y desahucios y en estos momento dependemos de unos bancos además rescatados con nuestro dinero. Huston tenemos un problema y sobran comentarios, autonomías, políticos y paniaguados.
Para mejorar las cosas, la corrección política, esa perversa nueva religión manipuladora que predica machaconamente desde los nuevos púlpitos tertulianos la progresía plutócrata de champán y caviar intenta responsabilizarnos, cual pecado original, de las desgracias y pobreza de aquellos países que no gozan de las mismas libertades del mundo occidental, que tampoco nosotros las tenemos, si lo piensas bien: pues bien, si leen atentamente el pequeño texto del principio verán como Locke nos inyecta una buena vacuna de autoestima contra ese complejo de culpabilidad inducida; buena falta nos hace para paliar el bombardeo diario de los medios.
Vicente Jiménez
Bibliografía
II Tratado, John Locke Alianza Editorial, Material exclusivamente con fines didácticos.

jueves, 16 de enero de 2014

Sobre la separacion de poderes



“Sucedió lo que era de esperar en la naturaleza de todo tipo de poder incontrolado: si el poder legislativo elije entre su seno a un equipo de gobierno para que dirija la acción del poder ejecutivo, como lo indicó Montesquieu, ni hay separación de poderes ni posibilidad de libertad política. Los poderes estatales solamente pueden estar separados y equilibrados si tienen la misma legitimación original, si cada uno ha sido directamente elegido por los afectados en el ejercicio de ese poder específico. Han de separarse en su origen para que puedan estarlo en su función”. A.G.Trevijano, Teoría pura de la República, EDICIONES MCRC

Resulta incomprensible cómo el talento político y mediático en Europa, especialmente en todo el arco Mediterráneo, no ha llegado a relacionar la Gran Crisis actual con el sistema político que la permitió. Los grandes próceres se limitan a retocar el procedimiento financiero causante de la crisis, cuando sin llegar a curar los síntomas de la enfermedad obvian el origen de la misma.

Es triste tener que explicar lo evidente: los corruptos no podrían haberse dado impunemente festines financieros si antes no hubiesen tenido lugar otro tipo de banquetes: el que se daban los partidos vencedores con las cuotas de poder obtenidas en los repartos proporcionales de los votos. Esas votaciones, donde se eligen a listas confeccionadas no por los votantes sino por un reducido grupo perteneciente a la cúpula del partido aseguran un pacto de amo-vasallo parecido al de la Edad Media. En el sistema de listas y repartos proporcionales el ciudadano queda ya fuera de juego incluso antes de depositar su voto, y éste voto jamás cumplirá con la verdadera función que debería tener: controlar al poder del Estado. Y así tenemos a unos componentes de listas carentes de toda representatividad de la sociedad civil que, en cambio, sí representarán fielmente a sus partidos; y, por supuesto, ante este panorama tampoco se da la separación de poderes.

Representación y separación total de poderes constituyen los ingredientes, ambos imprescindibles, en una democracia formal y verdadera. Sin esos constituyentes explicitados en las constituciones de los países, tal como expresa el Art 16 de los Derechos del Hombre y el Ciudadano de 1789, ya es que ni existe constitución.

«Artículo 16.- Toda sociedad en la cual no esté establecida la garantía de los derechos, ni determinada la separación de los poderes, carece de Constitución». Derechos del Hombre y el Ciudadano de 1789

A lo cual sumamos la siguiente información

“Las Constituciones llamaron separación de poderes a la separación de funciones del poder salido de las urnas de partidos. Ese fue el argumento de la jurisprudencia de Bonn en favor de la partidocracia, a la que consideró moderna superación de la democracia directa de Rousseau, en palabras literales del Presidente del TC de Bonn, Gerhard Leibholz. El TC de Bonn defendió la supresión de la representación política, en favor de la hipotética democracia directa que suponía la integración de las masas en el Estado”. A.G.Trevijano, Teoría pura de la república, EDICIONES MCRC

No puede andar más acertado Trevijano en las fuentes que aporta, ya que en la practica tenemos que la antigua dictadura permanente del partido único ha sido sustituida por el monopolio del poder durante el periodo legislativo de un Partido Estatal; y que ambos jefes, al final, disponen de los tres poderes del Estado. Los medios nos inundan cada día de casos de lo que tiene que pasar y pasa; de lo que es que es lógico e inevitable cuando nadie embrida al poder y no hay poder legislativo ni judicial independientes de los criterios decisivos del partido gobernante. Refiriéndose a los partidos llega a decir;

“Son meras potestades subordinadas al poder ejecutivo. Este único poder no sólo retiene la iniciativa legislativa y el gobierno de los jueces, sino que mantiene el orden social transformando en leyes y sentencias, es decir, en mundo jurídico, el equilibrio oligárquico de los poderes económicos y sindicales en el mundo social ”.

¿Listas abiertas o cerradas? Poco importa, yo te pongo a ti en la lista y tú luego me eliges a mí de presidente del gobierno (si me eligiera yo mismo, como hizo Napoleón, quedaría un poco mal); y los votantes somos también actores y cómplices en este vodevil, porque todos sabemos que estamos votando directamente al futuro presidente; quien a su vez fingirá luego que lo eligen en el momento de la investidura. Todos sabemos también que los “legisladores” cumplirán con su deber de obediencia; eso que llaman después disciplina de voto. Y después de votar, ¿a alguien le queda claro si han sido legislativas o presidenciales lo que hemos votado? Porque si han sido presidenciales, ¿dónde están las legislativas?, es decir, dónde está ese representante que tiene que representarme a mí, y no a su jefe de partido.

El siguiente cuadro comparativo sintetiza lo expuesto:



Campaña #SeparacionDePoderes

DEMOCRACI A FORMAL
ESTADO DE PARTIDOS
REPRESENTACIÓN
REPRESENTACIÓN
La representación parte desde la sociedad civil. Esto significa que va desde los ciudadanos hasta llegar al Presidente del Gobierno. La sociedad civil no tiene representantes: nadie media entre el Estado y los ciudadanos.
1 hombre 1 voto Cuotas de poder mediante repartos proporcionales.
1 Diputado por distrito electoral. Nada de listas Presentan listas: abiertas o cerradas
La doble vuelta garantiza la representación de TODOS los ciudadanos.
Manda el jefe de partido
Sociedad civil con poder a través de sus representantes todo el año Sociedad civil sin poder por no tener representantes.
Los partidos políticos pertenecen a la sociedad civil. Pagados por sus asociados. Los partidos políticos pertenecen al Estado: pagados por el Estado e incrustados en el Estado.
Los sindicatos pertenecen a la sociedad civil y son pagados solo por sus propios sindicalistas Los sindicatos pertenecen al Estado y son pagados por el Estado
Los medios de comunicación persiguen al poder y son libres, El poder persigue o controla mediante subvenciones, o mantiene a los medios de comunicación
La unidad de poder parte del colegio electoral La unidad de poder solo es el Estado
Mandato imperativo: los legisladores han de cumplir con los compromisos adquiridos con la sociedad civil. No se cumplen los compromisos electorales. Hay quien dijo que los programas electorales se hacían para no cumplirlos.
Cargo revocable: si la sociedad civil considera que su representante lo hace mal, lo pueden echar del cargo. Se ven obligados a dimitir Nadie dimite a menos que se vea obligado a hacerlo por mandato del jefe de partido
LEGISLATIVO
LEGISLATIVO
La sociedad civil escoge a los que proponen las leyes (diputados) El Presidente de partido + unos cuantos escogen a los que proponen las leyes (diputados)
Cada diputado va a defender las propuestas que salieron de sus propios distritos electorales, que a su vez surgieron de los intereses de la sociedad civil Los diputados se deben a su disciplina de voto: a lo que diga el jefe de partido. Disciplina de voto es un eufemismo de obediencia, y la obediencia al jefe de partido y estructuras verticales son contrarias a la democracia
Cada representante se debe a los intereses de su distrito y sus electores Los diputados se deben a los intereses de su partido.
Los legisladores no se mezclan con el ejecutivo (gobierno + administración + jueces) El jefe de partido es el presidente del gobierno surgen las leyes que dice el gobierno. Aquí se junta ejecutivo (gobierno) y diputados (legislativo) con lo cual se da una dictadura de partidos.
La sociedad civil elige directamente a doble vuelta al presidente del gobierno Los legisladores eligen al presidente de gobierno, pero antes ese presidente era jefe de partido y había elegido a los legisladores poniéndolos en una lista.
A veces se llegan a acuerdos pero las decisiones son democráticas. Se producen consensos entre partidos.
No hay colores de bancadas Las bancadas se dividen en colores: azul, rojo...
Legisladores y gobierno están en continua tensión, ya que se vigilan unos a otros y toman acciones en caso necesario por corrupción, etc. Legisladores y gobierno son uña y carne cuando las propuestas de sus jefes de partido
Los legisladores pueden votar en contra de una propuesta del presidente del gobierno aunque éste sea de su propio partido. Los legisladores jamás votan en contra de una propuesta de su jefe de partido; y si éste es presidente del gobierno, menos.
No está exenta de la corrupción; pero si se da, tiene consecuencias políticas, administrativas o penales en caso de ser descubiertos Inmunidad oficiosa ante la corrupción y no tiene consecuencias iguales para todos: según el infractor. Incluso, inmunidad oficial
JUDICIAL
JUDICIAL
Se escoge un tribunal supremo que sale de todos los actores que se dan en la justicia: jueces, abogados, fiscales, secretarios judiciales y procuradores. Los partidos políticos o los gobiernos ponen a sus jueces en los tribunales supremos y constitucionales.
El poder político de los jueces es casi nulo Algunos gozan de poder político. Jueces estrella, etc.
OTROS ASPECTOS
OTROS ASPECTOS








sábado, 11 de enero de 2014

En el país de los houyhnhmn


« Existe entre nosotros una asociación de hombres entrenados desde su juventud en el arte de probar, con un amplio vocabulario, que lo blanco es negro y lo negro es blanco; según para lo que se les pague. Para esta sociedad el resto de las personas son simples esclavos. Por ejemplo: si mi vecino quiere apoderarse de mi vaca, contrata a un abogado para que demuestre que la vaca le pertenece. Entonces, me veo obligado a contratar a otro abogado para que defienda mi derecho, ya que va contra la ley que un hombre pueda representarse a sí mismo. Ahora bien; en este caso, yo, que soy el propietario legítimo, me hallo ante dos desventajas: La primera es que, como mi abogado se ha ejercitado casi desde su cuna en defender la falsedad, cuando quiere abogar por la justicia - oficio que no le es natural- lo hace siempre con gran torpeza, o si no actúa directamente con mala fe. La segunda desventaja es que mi abogado debe proceder con gran precaución, pues de otro modo le reprenderán los jueces y le aborrecerán sus colegas, por degradar el ejercicio de la ley. No tengo, pues, sino dos medios para defender mi vaca. El primero es sobornar al abogado de mi adversario comprándolo con un doble estipendio que le haga traicionar a su cliente insinuando que la justicia está de su parte. El segundo procedimiento es que mi abogado dé a mi causa tanta apariencia de injusticia como le sea posible, reconociendo que la vaca pertenece a mi adversario; y esto, si se hace diestramente, conquistará, sin duda, el favor del tribunal. Ahora debe saber su señoría que estos jueces son las personas designadas para decidir en todos los litigios sobre propiedad, así como para entender en todas las acusaciones contra criminales, y que se les elige de entre los abogados más hábiles cuando ya se han hecho viejos o perezosos; y como durante toda su vida se han inclinado en contra de la verdad y de la equidad, es para ellos tan necesario favorecer el fraude, el perjurio y la vejación, que yo he sabido de varios que prefirieron rechazar un pingüe soborno de la parte a la que asistía la justicia a injuriar a la Facultad haciendo algo impropio a la naturaleza de su oficio.
Origen: wikipedia.org
Es máxima entre estos abogados que cualquier cosa que se haya hecho ya antes puede volver a hacerse legalmente, y, por lo tanto, tienen un cuidado muy especial en guardar memoria de todas las determinaciones anteriormente tomadas contra toda justicia común y contra todo sentido común de la Humanidad. Las exhiben, bajo el nombre de precedentes, como autoridades para justificar las opiniones más inicuas, y los jueces no dejan nunca de fallar de conformidad con ellas.
Cuando defienden una causa evitan diligentemente todo lo que sea entrar en los fundamentos de la misma; pero se detienen, alborotadores, violentos y fatigosos, sobre todas las circunstancias que no hacen al caso. En el que he mencionado antes, por ejemplo, no procurarán nunca averiguar qué derechos o títulos tiene mi adversario sobre mi vaca; pero discutirán si dicha vaca es colorada o negra, si tiene los cuernos largos o cortos, si el campo donde la llevo a pastar es redondo o cuadrado, si se la ordeña dentro o fuera de casa, a qué enfermedades está sujeta y otros puntos parecidos. Y finalmente consultarán precedentes, aplazarán la causa una vez y otra, y a los diez, o los veinte, o los treinta años, se llegará a la conclusión.
Asimismo debe consignarse que esta sociedad tiene una jerigonza y jerga particular para su uso, que ninguno de los demás mortales puede entender, y en la cual están escritas todas las leyes que estos abogados se cuidan muy especialmente en multiplicar. Con lo que han conseguido confundir totalmente la esencia misma de la verdad y la mentira, la razón y la sinrazón, de tal modo que se tardará treinta años en decidir si el campo que me han dejado mis antecesores de seis generaciones me pertenece a mí o pertenece a un extraño que está a trescientas millas de distancia.
En los procesos de personas acusadas de crímenes contra el Estado, el método es mucho más corto y recomendable: el juez manda primero a sondear la disposición de quienes disfrutan el poder, y luego puede con toda comodidad ahorcar o absolver al criminal, cumpliendo rigurosamente todas las debidas formas legales». Jonathan Swift, Los viajes de Gulliver, Parte IV, Capítulo V, publicado en 1726
Manoseado por los niños en las versiones infantiles y celebrado por los mayores en la versión completa, Los Viajes de Gulliver es más que una típica novela de viajes en plena etapa de descubrimientos geográficos. La crítica inteligentísima, sagaz, cortante y ácida que realiza a la sociedad de la Inglaterra del s XVIII tiene el acierto de no situarse directamente nunca sobre la misma Inglaterra sino en países imaginarios y lejanos; y esa precaución le salva el cuello. Siendo un “hombre montaña”, gigante en el país de los liliputienses o una pequeña mascota en el país de los gigantes; o bien realizando el papel de criado y sirviente de unos caballos: seres puros e inteligentes que no saben ni entienden qué es la mentira, introduce el tema de la relatividad como trampolín para cuestionar sistemáticamente los pilares más sagrados e inamovibles de aquella sociedad. Hoy día consideraríamos a Swift una persona políticamente incorrecta y sería tachada de facha, irracional, o cualquier otra fineza; ya que la lógica y el sentido común es su norte. Su personaje, Gulliver, no llega a encajar nunca en ninguno de los lugares a los que viaja porque es diferente y se rige por criterios propios basados en la experiencia y la observación de los mundos que va descubriendo: solo el último le satisface; el de los caballos que no conocían las palabras que no ·decían verdad”; es decir, que desconocían la mentira y por tanto la corrupción. Es a su amo el caballo, el houyhnhmn, a quien explica el delicioso texto que acabáis de leer.
Vicente Jiménez