"Semejante a la estatua de Glauco que el tiempo, la mar y las tormentas habían desfigurado de tal manera que se parecía menos a un dios que a una bestia feroz, el alma humana, alterada en el seno de la sociedad por mil causas constantemente renacientes, por la adquisición de una multitud de conocimientos y de errores, por los cambios ocurridos en la constitución de los cuerpos y por el choque continuo de las pasiones, ha cambiado por así decir, de apariencia hasta el punto de ser casi irreconocible..." Jean-Jacques Rousseau, ciudadano de Ginebra
Discurso sobre el origen y los fundamentos de la desigualdad entre los hombres
Primera página de la edición original en francés de El contrato social. Fuente Wilkipedia
Pensar en Rousseau como el gran enemigo del liberalismo promulgado por Locke sería un planteamiento bastante miope por nuestra parte: hay que tener en cuenta que Rousseau vivió en las postrimerías de “l'ancien régime”, es decir, antes de que tuviese lugar la “Revolución Francesa”; si bien es cierto que participó activamente del periodo intelectual donde fueron germinando las ideas que se intentarían aplicar durante la Revolución Francesa una década después de su muerte. Teniendo en cuenta ese factor histórico, Rousseau no se pudo plantear ser enemigo del liberalismo, tal como se le ha querido etiquetar ya que no pudo criticar algo que todavía no existía. Cuando Rousseau publicó en 1755, firmando como ciudadano de Ginebra (Suiza) su Segundo Tratado, al que llamó Tratado del origen de las desigualdades, contribuyo intelectualmente a respaldar lo que habría de venir durante la Revolución Francesa, que tendría lugar una década después de su muerte. Pero no solo en ese periodo histórico ejercería su influencia, ya que Marx también sería un ávido lector e intérprete de los tratados de Rousseau. Quizá por ambos motivos se le haya etiquetado, equivocadamente, como a un acérrimo crítico de Locke y del liberalismo, y por ende se le ha relacionado con el marxismo.
La genialidad de Rousseau fue prever los males que habrían de venir con el mismo método que ideó para interpretar la historia: igual que un Sherlock Holmes utiliza la deducción y el conocimiento de la naturaleza humana (predecesor de Sigmund Freud) para realizar una retrospección inteligentísima hasta dar con el principio histórico del hombre y colocarlo libre casi en un estado animal en plena naturaleza. Sin fijarse en los hechos sino mediante conjeturas basadas en ese conocimiento de la naturaleza humana tira del hilo y deja fascinado al lector por el argumento filosófico utilizado en su ensayo del “Principio de la Desigualdad”
Voltaire diría “nunca se utilizó tanta inteligencia en animalizar al hombre” pero es que Rousseau casi podría haber realizado la introducción del “Origen de las Especies” de Darwin.
Igual que Hobbes o Locke, aunque cada uno bajo una perspectiva distinta, Rousseau no deja de soñar con ese origen utópico, con ese paraíso perdido donde no existe la propiedad y todo está a mano para su uso y disfrute. Pero para los tres el paraíso se pierde como para Milton y cada uno de ellos proyecta la manzana de Evai [aquel fenómeno que rompe el estado ideal paradisíaco] bajo perspectivas distintas. Para Hobbes la manzana de Eva es el peligro del estado de guerra el que obliga a socializarnos hasta llegar al cargo (no la persona) de un soberano absoluto con las cualidades perfectas para gobernar, para Locke la manzana de Eva se crea en el momento que por el trabajo se acumula la propiedad y hay que defender esa propiedad. Para Rousseau la manzana de Eva la constituye la sociedad que “corrompe al hombre” y por lo tanto hay que llegar a un acuerdo: un contrato social para no acabar todos a palos o cargados de cadenas.
En su famosa apertura del Contrato Social: “El hombre nace libre, pero por todas partes está cargado de cadenas...”, y en su evocación directa a la severa ética espartana y romana, junto a la esperanza en la capacidad colectiva del hombre de llegar a un contrato social legitimador y fuente de la soberanía pone Rousseau sus esperanzas para el hombre y allana el camino de los movimientos revolucionarios de siglo XVIII hasta nuestros días.
Notas
iPara las víctimas de la LOGSE a quienes se les haya negado la oportunidad aprender religión (nada tiene que ver con clases de fe religiosa – es simplemente por cultura) daremos las siguientes pistas sobre el mito de Adán y Eva y se pueda relacionar con el artículo:
En el Capítulo I del Génesis Dios coloca al hombre en el paraíso (El Estado de la Naturaleza de Hobbes, Locke y Rousseau)
26. Y dijo Dios: «Hagamos al ser humano a nuestra imagen, como semejanza nuestra, y
manden en los peces del mar y en las aves de los cielos, y en las bestias y en todas
las alimañas terrestres, y en todas las sierpes que serpean por la tierra.
29. Dijo Dios: «Ved que os he dado toda hierba de semilla que existe sobre la haz de toda la tierra, así como todo árbol que lleva fruto de semilla; para vosotros será de alimento.
30. Y a todo animal terrestre, y a toda ave de los cielos y a toda sierpe de sobre la tierra, animada de vida, toda la hierba verde les doy de alimento». Y así fue.
En el Capítulo III empiezan los problemas y llegan al punto de no retorno
1. La serpiente era el más astuto de todos los animales del campo que Yahveh Dios había hecho. Y dijo a la mujer: «¿Cómo es que Dios os ha dicho: No comáis de ninguno de los árboles del jardín?»
2. Respondió la mujer a la serpiente: «Podemos comer del fruto de los árboles del jardín.
3. Mas del fruto del árbol que está en medio del jardín, ha dicho Dios: No comáis de él, ni lo toquéis, so pena de muerte».
4. Replicó la serpiente a la mujer: «De ninguna manera moriréis.
5. Es que Dios sabe muy bien que el día en que comiereis de él, se os abrirán los ojos y seréis como dioses, conocedores del bien y del mal».
6. Y como viese la mujer que el árbol era bueno para comer, apetecible a la vista y excelente para lograr sabiduría, tomó de su fruto y comió, y dio también a su marido, que igualmente comió.
7. Entonces se les abrieron a entrambos los ojos, y se dieron cuenta de que estaban desnudos; y cosiendo hojas de higuera se hicieron unos ceñidores.
En el Capítulo III las consecuencias
22. Y dijo Yahveh Dios: «¡He aquí que el hombre ha venido a ser como uno de nosotros, en cuanto a conocer el bien y el mal! Ahora, pues, cuidado, no alargue su mano y tome también del árbol de la vida y comiendo de él viva para siempre».
23. Y le echó Yahveh Dios del jardín de Edén, para que labrase el suelo de donde habiá sido tomado.
24. Y habiendo expulsado al hombre, puso delante del jardín de Edén querubines, y la llama de espada vibrante, para guardar el camino del árbol de la vida.
BIBLIOGRAFÍA
II Tratado, John Locke Alianza Editorial, Material exclusivamente con fines didácticos.
Leviathan, Thomas Hobbes of Malmesbury, McMaster University Archive of the History of Economic Thought
Biblia, Antiguo Testamento Génesis formato pdf
Discurso sobre el origen de la desigualdad entre los hombres, Jean-Jacques Rousseau, Traducción P. Artega