jueves, 23 de abril de 2015

Empecemos todo de nuevo


Si os pregunto: ¿Qué es más fácil, construir o destruir? Rápidamente me contestaréis que resulta mucho más fácil pegarle unos martillazos a un mueble y destruirlo. En cambio, construir un mueble sería ya harina de otro costal. Empero, si nos centrásemos en cuestiones pertenecientes al mundo de las ideas abstractas y de pensamiento destruir ideas puede resultar sumamente complejo y a veces irrealizable.

Una secta, por ejemplo, puede con relativa facilidad convertir en adepto
a una persona que se halle en un momento de relativa debilidad emocional o psicológica. Los mismo acólitos convierten a nuevos adeptos y así el grupo de la secta puede aumentar de forma casi exponencial. Por lo tanto sumar es fácil, veremos qué pasa con restar.

Desprogramar de una secta a una persona requiere mucho esfuerzo, tiempo, paciencia y el trabajo de verdaderos especialistas que no siempre alcanzan el éxito. He aquí un caso de construcción fácil y destrucción difícil: fue fácil programar al sujeto metiéndole ideas en la cabeza, pero extremadamente difícil desprogamarlo.


Fuente: Wikipedia Firma Constitución EE UU

En nuestras vidas se han ido sumando cientos de miles de leyes: Leyes del Estado Central, leyes de cada comunidad autónoma, leyes de la unión europea, reglamentos de los ayuntamientos.., leyes por aquí y por acá solapándose, duplicándose y puede que hasta entrando en conflicto. Todas se vertieron a toneladas de forma brutal sobre los ciudadanos, que tiene que aplicar el mayor de los sentidos comunes para no meterse en problemas con la ley porque no conocer la ley no te exime de su cumplimiento. Y a eso le llaman seguridad jurídica y Estado de Derecho,  cuando tengo la sospecha de que ni los pobres jueces tienen capacidad para conocerlas. Es probable que en 30 años no se acuerde de ellas ni aquellos que las crearon alegremente. Pero la espada de Damocles de una ley que puede ser desempolvada en cualquier momento está ahí para lanzarse cual ave rapaz sobre su presa.

Así que vayamos a lo de destruir: ¿os imagináis ahora ponerse a revisar toneladas chatarra legal para quitar las leyes que sobran, las que no se utilizan, las que se solapan, las que no ahora no tienen sentido y las que de verdad faltan? La misma Comunidad Europea aconseja empezar a quitarse leyes de encima porque la verdad es que ya ni ellos se aclaran. Este sería un ejemplo de algo a destruir para organizar la Comunidad Europea, Las Comunidades Autónomas o el Estado: para separar el grano de la paja. Y ahora la terrible pregunta inevitable: ¿solo contemplaremos un problema de leyes o hay más aspectos a tratar en el carísimo sistema organizativo territorial español productor de miles de toneladas de chatarra legal, normativa, duplicidades, o una hipotética revisión de competencias autonómicas y del Estado, entre otras perlas que las CC AA nos ha regalado?

Está claro que la única forma barata y eficiente de resolver el problema en el que nos han metido los políticos mediocres que nos guiaron a un sistema de estados de partidos, oportunistas y algunos de ellos muy corruptos es quitarlas de un plumazo. Las comunidades autónomas deben desaparecer y unos juristas, médicos y especialistas deben montar las cosas bien desde el principio para proponer un sistema justo y democrático al pueblo y que éste lo elija libremente, no como la vez anterior. Deben ser gente honesta, culta y bien formada, pero sobre todo que no surjan de ningún partido sino que surjan de la sociedad civil y representen a la sociedad civil. Esto quiere decir que sea la sociedad civil quien los elija y por lo tanto las listas de partidos también deben desaparecer de un plumazo, así como la financiación de partidos, sindicatos, patronales, ONG, fundaciones, etc, por parte del Estado. España necesita a gente patriota que solo piensen en el bien de la nación española, de los ciudadanos. Así lo hicieron los padres de la patria useña: gente inteligentísima que tiraron a la basura la primera constitución que escribieron porque vieron que no funcionaba. Tuvieron esa valentía e hicieron la segunda constitución porque vieron que la primera no les había funcionado: todo un acierto ¿Vosotros os imagináis a nuestros políticos actuando con el mismo conocimiento de la ciencia política, talento, honradez y valentía? Y llevamos ya más de 30 años

domingo, 19 de abril de 2015

Diferenciando nación y Estado


¿Primero el huevo o la gallina? Pues no, aquí está claro: primero fue el Estado y después vino la nación. Los Reyes Católicos fueron capaces de crear un nuevo estado sometiendo a la turbulenta nobleza. Por cierto – los descubrimientos tecnológicos siempre han sido claves como uno de los motores de la historia. Recuerdo cuando un viejo profesor de historia me explicaba a mis catorce años en aquel excelente bachillerato antiguo donde lo que contaba era el esfuerzo y los conocimientos cómo el descubrimiento de la pólvora en Europa tuvo mucho que ver con la unificación definitiva de España pues los hasta entonces casi inexpugnables castillos donde se enrocaban los señores feudales en caso de ataque dejaron de ser refugios seguros gracias al invento de la pólvora. Los cañonazos demolieron muros y derechos feudales e inauguraron el absolutismo. Los Reyes Católicos siguieron una táctica militar muy acertada. Llegaban al castillo con su ejército, ¿te rindes y lo entregas? ¿Ah no? ¡BOOM! Las piedras y murallas saltaban por los aires y conquistaban la fortaleza sí o sí. Que el señor feudal lo rendía, pues el ejército rendido pasaba a engrosar el de los Reyes Católicos: se unificaron los territorios de España ante el poder absoluto de un monarca y se acabó la Edad Media. 
Fuente: ABC.es
Una vez unificada los habitantes de aquellas tierras llegaron a tener poco a poco el sentimiento de pertenecer a una misma nación: España. Éste es un hecho histórico y un derecho de los españoles inalienable. La emocionante lectura de los galdosianos episodios nacionales ofrece un retrato histórico del patriotismo indiscutible existente en el S XIX en todo el territorio español. Por lo tanto España es una nación unida indiscutible.

En cambio, EE UU al carecer de historia cuando se formó no pudieron unificarlo en una nación siguiendo el mismo proceso que en España: cuando echaron a los ingleses se encontraron que no sabían que hacer. No existía precedente histórico alguno. primero intentaron una confederación y fracasó la primera constitución. Los mismos que redactaron esa primera constitución al ver que la cosa no funcionaba redactaron una segunda. En todo el proceso y sin buscarlo inventaron la democracia moderna. Por lo tanto, las federaciones surgen cuando las nuevas naciones se ven incapaces de estructurar históricamente un estado unitario. Querer federar o confederar España entra en el absurdo más esquizofrénico y solo denota ignorancia de los conceptos más elementales o algo peor.

Ahora bien, otra cosa es una secesión por medio de la guerra. En ese caso hay que callarse. De esa forma se separaron Cuba o Filipinas, por ejemplo. Una vez ha corrido la sangre y se ha ganado la independencia viene lo de la nación si un territorio se ha secesionado. El Estado español y el useño se ganaron a cañonazos.

Dividiendo un territorio en Comunidades Autónomas y pasando competencias en un juego sucio de tira y afloja (por el poder y nada más que por el poder) tampoco puede crear Estados nuevos. No ha ocurrido nunca y quien sigue a A.G. Trevijano (a quien tienen escondido de los medios para que no hable) así lo puede corroborar.

Lo de regalar un Estado que acabe en nación se refiere a los imperios coloniales de hace dos siglos donde continentes separaban a colonizadores de colonizados. Entonces el país invasor, digamos el Reino Unido, le regalaba la independencia a un país africano o asiático, por ejemplo: son los únicos casos de regalo que ha habido en la historia. No inventemos ahora la sopa de ajos con cebollas.