lunes, 21 de diciembre de 2015

Too many parties have spoiled the broth


In the aftermath of the general elections in Spain, we find the reasonable  logical result of an unreliable non-democratic system. Paraphrasing Shakespeare:  "Now is the winter of our discontent, made gloomy by a lasting winter…"

With a few benches, extreme anti-system leftists may hold tight reins and have under their thumbs the whole parliament and a second Greece might be looming large.
Spain has almost overcome a severe financial crisis and what has been won with sweat, blood and tears will be greatly jeopardised by anti-system policies if they hold control by agreements with other leftist political parties.

Democracy means elections, and there are no elections without representation and the option of choosing among different possibilities. Spaniards have not enjoyed a single atom of political liberty since the times of General Franco. It has come out true that personal freedoms have widened considerably after the death of Franco, but not the political ones. And by political freedom I mean first to have a real constitution. According to the Declaration of Rights of Man and of the Citizen in 1789 it is clearly stated in the “Article XVI - Any society in which the guarantee of rights is not assured, nor the separation of powers determined, has no Constitution”. This is the most distinctive feature, for instance, in the American Constitution; a distinction which the so-called Spanish Constitution lacks.

Why is the separation and confrontation of powers so important in a Constitution? Because only one power can have control on other power. And almost a mechanical Newtonian balance and confrontation of powers in perpetual tension is the keystone to deter corruption and abuse of power.

The second flaw in Spanish democracy is representation: no taxation without representation was the flint stone that sparkled the most glorious revolution ever seen in the history of humanity. The revolution which made come true the theories of a whole set of practical philosophers such a Machiavelli, which separated religious and political power, Hobbes, which gave an intelligent acute framework to the discoveries of Machiavelli, and Locke which divided power and Montesquieu, which divided and separated the legislative and executive powers. The American founding fathers took note of all of that, but the founding fathers of our so called constitution had other things in mind: a transition they called it. Alas! It was a transition from dictatorship to oligarchy, where the communist and socialist parties were welcomed to have a share in the cake. Secessionist movements were lurking as well and happy to join in too. The Constitution was made secretly at the back of the Spanish people, and instead of a democracy we had a partitocracy: that is, the power of political parties for political parties. So representatives were chosen not by the people for the people but by political parties for political parties in league with the financial lobbies which supported them. And now the so-called elections are not elections because electors have not be chosen by the citizens. Only a change of the electoral law could be the first step to political freedom. The first step to political freedom comes from a real representation where any man is as good as another and could be elected. And as we know the pitfalls we could even improve to a better constitution as the one of the USA because history has given us where the flaws are. One thing is sure: no political party should be supported by the State and such is the case in the Spanish system.

Vicente Jiménez

domingo, 20 de diciembre de 2015

No se ha votado "a favor de" sino en contra de


Antes habíamos asistido a un estrepitoso fracaso en Grecia, a la que nadie nombra ahora como ejemplo, con el resultado que todos hemos visto; y en España, ahora, se están confrontando dos visiones sobre la realidad que polariza peligrosamente a nuestra sociedad, sin darle opciones de elección.

Es falso que el bipartidismo haya desaparecido: lo que ha ocurrido con el bipartidismo es que se ha polarizado de tal forma que en estas elecciones no se ha votado a favor de, sino en contra de. Por un lado una parte de la sociedad es la que mantiene esto en marcha con sus madrugones, sus muy empeoradas condiciones de trabajo, sueldos mileuristas; su esfuerzo y sus equilibrios para llegar a final de mes.

Por otro lado está quien intenta entrar como sea en ese grupo saliendo del paro. Pero lo que nadie se atreve a decir porque resulta políticamente incorrecto es que aprovechándose de nuestras leyes hay una parte de vagos profesionales que esperan vivir eternamente montados en la subvención; y que en nuestra sociedad son muchos, españoles y no españoles, los que se encuentran en ese grupo. De tener representantes de verdad yo elegiría a quien prometiera revisar este tema para paulatínamente ir integrando a todos de verdad en nuestra sociedad obligándoles a dejar de vivir del cuento sin diferenciar el color de la piel, el origen o la religión. Eso sí que sería integración.

Se puede tener en la vida un mal tropiezo por una mala conjunción de los astros; aunque en estos momentos, los astros sean otros distintos a los que se refiere la astrología. Cuando es todo un país el que va mal, más bien estaríamos hablando de una conjunción de decisiones torpes, decisiones malas o decisiones perversamente corruptas que tomaron algunos políticos y financieros. Y como no siempre los otros tienen la culpa de lo que nos pase a nosotros, porque, a veces, las cosas nos las buscamos nosotros solitos; la mala estrella puede venir también dada por malas decisiones personales. En fin, que sin saber cómo ni por qué la vida te da un vuelco para mal cuando menos te lo esperas. Pero eso es vivir. Y aquí es donde se divide la sociedad: entre los que creen que las castañas nos las quitará de fuego papá Estado (con la pérdida de libertad que conlleva esa opción) y los que luchan con su esfuerzo por quitarse ellos mismos las castañas del fuego.

Cuando es un país entero el que da el vuelco para mal, por lo que sea, siempre hay rateros cuya única ambición es pescar en ese río revuelto de fracasos y frustraciones. Son los que engolosinan al primer grupo y ahí salen los populistas como los caracoles después de la lluvia. Es cuando la promesa de la solución fácil e inmediata tiene más posibilidades de ser escuchada. Es cuando el eslogan, los castillos en el aire y las promesas imposibles aparecen como tablas de salvación de aquel que se encuentra en situación de desgracia. Lo que el desesperado cree es que sin compromiso, responsabilidad y mucho esfuerzo saldrá del túnel negro. Todo falso y más que falso: falso que el maná caerá suavemente del cielo por solo votar a quien ofrece soluciones descabelladas. Por ejemplo, es falso que la sanidad salga gratis por mucho pancartero profesional que así lo proclame. No existe nada gratis, y si prestamos la sanidad a todo el que llegue de fuera de forma gratuita hemos de afrontar las consecuencias de semejante medida. ¡Ah! Que pongan más dinero. Bien pues ¿cuánto dinero estás dispuesto a sacar directamente de tu bolsillo para que esa sanidad sea “gratis” también para todo el que llegue del extranjero? Esa es la cuestión. Es falso que haya abundancia sin esfuerzo y sin un coste; y que en España podamos atar a los perros con longanizas. Otra solución para lograr esa gratuidad en lo que sea sería: ¿estás dispuesto a luchar y manifestarte en la calle por instaurar una democracia formal, o recortar  o mejor quitar las CCAA que abarataría exponencialmente el coste del Estado y nos aportaría de sobras ese dinero para mantener esos "servicios gratuitos” e incluso pagar la deuda en un par de meses?

Las coordenadas del populismo son falsas, y nos alejan de la libertad. Los populistas no pretenden igualar nada, solo pretende rellenar los nichos de poder y fagocitarlos como amebas. Son lo más parecido a un virus: incapaces de sintetizar y solo capaces de reproducirse con la materia que han sintetizado otras células. Esto quiere decir: incapaces de constituirse como creadores de riqueza, quieren repartir a su antojo con quienes se les antoje la riqueza que han creado otros. Eso es la izquierda polarizada.

lunes, 14 de diciembre de 2015

La perversión del lenguaje en una sociedad confundida


Han vuelto a las andadas; y siendo época de elecciones no han tardado en reaparecer con sus trasnochados mantras, sus insostenibles falsedades y sus tribunales inquisitoriales que depuran cualquier pensamiento libre que se salga de lo dogmáticamente correcto. La corrección política, a la que se aferran desde sus flamantes púlpitos mediáticos los nuevos sacerdotes de la demagogia vuelven a intentar vendernos su charlatanería de vendedor de crecepelos. Y de tanto repetir sus soflamas éstas parecen conventirse en verdades universales. Ya lo decía el ministro de propaganda nazi: "si una mentira se repite muchas veces acaba por convertirse en verdad".

Sin el menor rubor estos trileros de la verdad son capaces de defender lo mismo y lo contrario a la vez , y el pueblo llega a apadrinar ideas que salen de una caja que empezó siendo cuadrada y ha acabado por ser tan plana como simplonas son sus ideas. La televisión ha sustituido lo que en otrora fueron los púlpitos en las catedrales por una caja plana de y por y para ideas planas. Tampoco nadie se atreve a contradecirles para no ser tachado de "facha" o cualquier otra lindeza que solo demuestra su pobre talante intelectual.

Ello nos ha conducido a una falsa moral que utiliza perversamente el lenguaje permutando, significantes por significados; confundiendo, por ejemplo invasión masiva por refugiado, chacha por técnica ayudante del hogar o traición "con matices" y secesión por "desconexión".


Ese lenguaje que es capaz de afirmar algo y lo contrario a la vez según convenga lo utilizan esos próceres de las tertulias y lo políticos sin ruborizarse. Ese lenguaje que dice luchar, digamos, por la igualdad de la mujer y que la ley debe ser igual para todos; pero que, en cambio, es capaz de distinguir entre delitos genero ¿En qué quedamos?  ¿La ley es igual para todos, o no lo es? Ese, amigos, es el relativismo; y ante el relativismo no podemos estar seguros de nada. El relativismo es tan vacío como las ideas que afirma defender porque es lo más acientífico que existe.

Para muestra de ese vacío un botón - Por un lado unas facciones de mujeres afirman luchar por la igualdad de la mujer, pero lo hacen exhibiendo en público las tetas, que no deja de ser una notable diferencia física con los hombres; pero nunca se les ha ocurrido manifestarse por ptoblemas profundos de verdad y prácticos como es el hecho de que la mujer de un esposo fallecido siga cobrando la pensión íntegra; una pensión por la que el marido trabajó toda una vida ¿De qué han servido las flamantes ministras socialistas de igualdad a la hora de la verdad? Para pagar más impuestos, sin duda.

El relativismo no soporta el más mínimo análisis serio. Es un verdadero disparate y cualquiera que tenga dos dedos de frente no podrá dejar de percibir  la gran mentira que mediante las potentes correas transmisoras de los grandes medios de comunicación intentan vendernos. Nada mejor que pervertir el lenguaje para que una mesa deje de ser una mesa, el pan pan y el vino vino.

Vicente Jiménez

jueves, 10 de diciembre de 2015

Lo que esconde el no a la guerra #EspañaUnida

Gentileza colección Antonio Novo: A Eiffel pongo por testigo

No deja de ser evidente para todos observar un curioso fenómeno que se da en este trozo de tierra, que tanto amamos, pero que a veces, y parafraseando a Machado, nos hiela el corazón. Me refiero a la simpatía manifiesta hacia el mundo musulmán, incluso justificando su vertiente más extrema del terrorismo,  que ciertos sectores de nuestra sociedad llegan a apoyar abiertamente; culpando incluso a las víctimas. Es más, su veta sectaria jamás han mostrado más que desprecio hacia las víctimas, lo que indica un rabioso cainismo, rayando la locura, y muy cercano al síndrome de la mujer maltratada: algo malo les hemos hecho y por eso nos matan es lo que intentan justificar. Ello actúa como trampolín hacia el racismo positivo, con lo cual poco hacen por integrar a nadie. Será que les interesa que no se integren.

Este curioso fenómeno se muestra más virulento entre ciertos sectores de la hipersubvencionada izquierda más “progre” de salón, champagne y caviar, en perfecta comunión con otras facciones de una izquierda rabiosamente antisistema y extremista. Si unos se pasean sin ningún pudor por el buenismo más pasteloso de las fracasadas alianzas de civilizaciones, los otros azuzan el fuego de la destrucción de nuestro sistema social para imponer su nuevo orden mundial; donde ellos, claro está, ocuparían los nichos vacantes de poder.

Tanto los que pertenecen a ese exclusivo club de artistas y actores mediocres; ya que de no serlo no necesitarían el trampolín de la subvención y eco mediático de causas buenistas, como los que se apuntan a esa izquierda extrema antisistema, muestran todos una veneración casi religiosa ante todo aquello que tenga sabor a musulmán. Si por ellos fuese les entregarían todas nuestras plazas de toros, nuestras iglesias y catedrales para que pudiesen imponer sus mezquitas y su forma de vida sobre nosotros. Y sin pudor alguno salen en procesión con parafernalia religiosa a defender unos derechos supuestamente inalienables pertenecientes a los que degüellan, asesinan, crucifican o queman vivos a unos infelices que han tenido la mala suerte de coincidir en espacio y tiempo con los musulmanes equivocados en el momento equivocado.

Ante los atroces crímenes cometidos en París los franceses se levantaron como una solo voz al himno de la Marsellesa, y los perroflautas en comitiva procesionaria les acusan a ellos, a los patriotas, de terroristas por no dejarse asesinar impunemente. Por estas latitudes los bien pagados pancarteros profesionales vuelven a martillearnos con el mantra del “No a la Guerra” , como si los pueblos amasen las guerras porque sí y las madres desearan enviar a sus hijos al sacrificio. Pero ya el simple hecho de que cierto sector del mundo izquierdista salga vociferante en comitiva procesionaria a la calle  implica que disfrutan de poder, algo de lo que los ciudadanos de a pie que pagamos nuestros impuestos religiosamente y trabajamos carecemos. No nos engañemos, después del franquismo los españoles no hemos tenido ni un solo átomo de poder.

Dudo que los okupas paguen ni la luz y mucho menos impuestos, pero no carecen de móviles, tablets y ordenadores de última generación; dominan las redes sociales; y al no tener que someterse como nosotros a la disciplina de un horario y calendario de trabajo pueden desplazarse cuando quieran al país y ciudad donde les manden a romper escaparates, quemar coches o contenedores  en un tiempo récord; y disponen de un dinero y tiempo del que los trabajadores carecemos. ¿De dónde sale tanto dinero y tanto poder? Grecia, por ejemplo, ardía por los cuatro costados y así se mostraba en las redes sociales antes de que la izquierda tomase el poder. Es la primera pregunta que debemos plantearnos. ¿Quién paga a los pancarteros, voceros, rompe escaparates, pirómanos y quema coches profesionales? ¿Quién paga su amplio eco mediático ante cualquier tropelía que se les ocurre hacer, pero cuya importancia queda amplificada exponencialmente como si de hechos transcendentales se tratasen? Porque si a Vd, amigo lector, se le ocurre la mala idea de romper un escaparate o quemar un coche seguro que la policía lo coge y un juez le multará y se lo hará pagar. Además, Vd. nunca saldrá por televisión. Pero ellos no solo se van de rositas sino que el protagonismo ante los grandes medios de comunicación está garantizado. No me extraña que protesten ante la ley mordaza.

Para mejorar las cosas, queda por plantear ¿de dónde proviene esa fascinación y adoración de esa izquierda extremista hacia el Islamismo, llegando incluso a justificar los ataques terroristas de París o los trenes de Madrid?

De entre todas las conjeturas, apliquemos la navaja de Ockham y escojamos la más sencilla, pues ésta tiene más probabilidades de ser la cierta. Hemos de considerar que ambos extremismos tienen en su punto de mira un objetivo común, pero por motivos distintos. Ambos extremismos constituyen, ante todo,  una ideología, cuya único y principal objetivo consiste en la destrucción de nuestra cultura occidental; de nuestra forma de vida. Si para unos el capitalismo es el monstruo a abatir, para los otros el enemigo que han mantenido durante más de 1400 años es el cristianismo y cualquier otra religión y forma de vida que no sea la suya. Si unos sueñan con izar la bandera roja de la hoz y el martillo sobre la cúpula de San Pedro o el Capitolio, los otros desearían izar la bandera de la media luna. Y sobre todo, su odio se centra en nuestra cultura y nuestra forma de vida. Ambos extremismo desean nuestra destrucción y aniquilación total como sociedad: unos con objeto de imponer el Comunismo y los otros con objeto de imponer el Islamismo. Ambos, de esclavizarnos y aniquilarnos y ambos han demostrado ser capaces de aplicar el genocidio a quienes se les oponían. He aquí una sencilla explicación: los enemigos de mis enemigos son mis amigos, pero de momento. Luego los destruiré también. No nos extrañemos de las simpatías aparentes de los unos hacia los otros, de los “No a la Guerra” y de la caída de gobiernos ante atentados, como ya nos ocurrió una vez.

Evidentemente, no a todas las guerras que en este momento se estén dando en contraposición a una en particular, pero siempre y sin excepción la libertad tiene un precio y siempre existirán facciones que deseen arrebatárnosla. Nuestra defensa ante estas atrocidades está en nuestra unión. En la unión de la nación española, tal como muy bien han ejemplarizado los franceses. Está en una #EspañaUnida

Vicente Jiménez