Actualizado julio 2014
Colaboración de JOAQUÍN JAVALOYS
Ya va siendo
hora de consultar a los ciudadanos, al pueblo soberano, sobre la necesidad y
conveniencia de que haya o no Autonomías territoriales en España. ¡Veamos por
qué!
En el año 1977,
en el entonces centralista Estado español había 800.000 empleados públicos y
menos de 90.000 políticos. Actualmente, en el Estado de las Autonomías hay 3.104.000[i]
empleados públicos y unos 350.000-400.000[ii]
políticos. La existencia de las Comunidades Autónomas ha hecho necesario multiplicar
por cuatro, aproximadamente, el número de políticos y de empleados públicos;
quienes, obviamente, viven de los impuestos de todos los ciudadanos. En 2011
las Autonomías han costado 86.333 millones de euros en personal y gastos
corrientes. Pero las costosas CC.AA. son también ineficientes, ya que la Sanidad
y la Educación, como otros servicios públicos, son más caros administrados por
17 burocracias sanitarias y 17 burocracias educativas que por una sola
administración general del Estado.
El altísimo coste del
Estado autonómico es el problema central de la actual crisis española, porque
hace imposible conseguir un crecimiento económico suficiente para crear puestos
de trabajo.
Nuestro modelo
autonómico es ruinoso para el ciudadano; pero, en cambio, es muy provechoso
para los partidos políticos predominantes en una comunidad autónoma,
nacionalistas o no, para la burocracia creada por la autonomía y, sobre todo,
para unas oligarquías caciquiles que, organizadas en grupos de presión, manejan
en su territorio los presupuestos públicos a su antojo directamente o por medio
de políticos afines instalados en puestos clave. Desde luego, las Autonomías
son una fuente de poder y de puestos de trabajo para la casta autonómica y para
los militantes de los partidos. Las CC.AA. mantienen legiones de políticos que,
en vez de servir al bienestar de la ciudadanía, se dedican a expoliar a los
contribuyentes en su propio beneficio.
Las CCAA, que tienen
unas competencias que duplican ampliamente las correspondientes a los Estados
federales, se han convertido en administraciones cuasiestatales donde los
caciques territoriales han colocado a sus familiares y correligionarios, y
enchufado a sus amigos. Se estima que existen dos millones de empleados
públicos nombrados a dedo en las CCAA. y en los miles de empresas públicas y
entes autonómicos creados; lo que contribuye decisivamente al cuantioso volumen
de paro existente en España, porque un puesto de empleo público destruye 2,8
puestos en el sector privado.
Además, la existencia
de las Autonomías ha producido duplicidades y redundancias en la prestación de
servicios públicos, lo que supone un despilfarro anual superior a 40.000
millones de euros.
Desde luego, las CCAA
son gigantescas máquinas de gastar el dinero de los contribuyentes; pero en su orgía
derrochona gastan también lo que no tienen, endeudándonos a todos -padres,
hijos y nietos-, para financiar sus déficits presupuestarios. Según el Banco de
España las CCAA tenían a finales de 2011 una deuda de 140.083 millones de
euros; pero la realidad es muy superior a esa cifra si se tienen en cuenta
también los pasivos en circulación del entramado de sus empresas públicas y sus
entes autonómicos, pues el BdE dice que en 2011 ha llegado a ser en total de
191.597 millones de euros.
El Estado de las
Autonomías, el maligno cáncer que arruina a España, está en una profunda
crisis, dado que el modelo autonómico no es viable por sus altísimos costes y
sus exigencias financieras, a pesar de su escasa eficiencia en la prestación de
servicios al ciudadano. El mito de las ventajas de las Autonomías para los
ciudadanos se ha venido abajo.
Por supuesto, el Estado
autonómico es política y financieramente insostenible, sobre todo cuando existe
crisis económica generalizada. Por el costosísimo y superendeudado Estado de
las Autonomías nos estamos convirtiendo en el Estado de los recortes económicos
y sociales, destruyendo el Estado del Bienestar y acercándonos cada vez más a
la insolvencia tanto estatal como de las CC.AA. ¡En España no hay recursos
suficientes para mantener las costosas CCAA!. La enfermedad que aqueja al
Estado de las Autonomías es terminal, porque su bancarrota parece inevitable.
Pero ¿quién podrá rescatar a las CC.AA.?, porque el Estado español se ha
convertido ya en residual y está arruinado. ¡Nadie!. ¡El suicidio de las CC.AA.
se está consumando!.
Europa y los mercados
financieros nos obligarán a elegir entre el mantenimiento de nuestras ruinosas
Autonomías o nuestra pertenencia a la desarrollada Europa del euro. La
desaparición del Estado autonómico llegará a ser inevitable, por una mera
cuestión de supervivencia. Esa será la consecuencia de que los políticos, con
el enorme endeudamiento suicida de sus CC.AA., se hayan comido vorazmente su
“gallina de los huevos de oro”: las Autonomías territoriales. Entonces, gracias
a los compromisos con la Europa del euro, terminarán por desaparecer. ¡Estamos
ya en el principio del fin de las Autonomías, en su ocaso!.
Desde el punto de vista
económico-social las Autonomías han sido un fracaso. También lo han sido
políticamente porque su establecimiento se hizo para neutralizar los
nacionalismos vasco y catalán; sin embargo, actualmente esos nacionalismos se
han radicalizado y se han convertido en independentistas pues el Gobierno
autónomico de sus territorios les facilita los recursos suficientes para gastos
identitarios y para fomentar un
independentismo mayor del que nunca existió anteriormente.
Menos mal que existen
salidas del laberinto autonómico. Todavía estamos a tiempo de salir
voluntariamente de ese laberinto, antes de que Europa tenga que rescatarnos traumáticamente.
La supresión de las CCAA evitará un
despilfarro anual de más de 120.000 millones de euros, lo que equivale al 12 %
del Producto Interior Bruto.
Pero lo malo es que la
casta política (grandes partidos y nacionalistas) se oponen encarnizadamente a
desmontar esa mastodóntica estructura política y económica que han establecido en
su propio beneficio, aunque sea perjudicial para el 90 % de los españoles. La Partitocracía
se niega a reformar sustancialmente las Autonomías, a devolver muchas
competencias al Estado y, mucho más todavía, a eliminar las CCAA, porque son su
coto de caza, pesca y caciqueo.
Entonces, como la
soberanía popular reside en los ciudadanos –aunque quiera monopolizarla la
casta política- el pueblo va a tener que
pronunciarse ya para decidir lo que se hace con las Autonomías, eligiendo una
de estas tres posibilidades: 1) mantenerlas tal como están; 2) reformarlas
profundamente devolviendo la mayor parte de sus competencias al Estado y
limitando su techo de gasto, su autonomía financiera y su déficit
presupuestario en los mismos términos que el Estado español se comprometa con
la Europa del euro; y 3) eliminar completamente las Autonomías para que España pueda
salir de la crisis y para que todos los españoles seamos iguales ante la Ley y
tengamos un mismo nivel de prestación de servicios sociales.
Por lo tanto, es preciso hacer ahora una consulta a los
ciudadanos españoles para que elijan una de esas tres opciones. Posteriormente,
para revalidar la opción elegida por el pueblo sería necesario que el Gobierno
español y los grandes partidos políticos asumiesen el resultado de la consulta o
que, alternativamente, hiciesen aprobar por el Congreso de los Diputados la
convocatoria de un Referéndum popular en los términos previstos en la
Constitución. Si el resultado del Referéndum fuese la eliminación de las Autonomías
sería entonces necesaria la disolución de las Cortes y la modificación de la
propia Constitución para eliminar el vigente derecho territorial a la autonomía
política.
Por supuesto, si los
grandes partidos políticos no quisieran instrumentar y llevar a cabo la opción
elegida por el pueblo sobre las Autonomías, entonces podría haber una grave
confrontación de la ciudadanía contra la dictadura de la Partitocracia, que se
concretaría en las acciones pertinentes.
En la consulta popular que
te proponemos ahora es necesario que participemos la mayoría de los ciudadanos
para presionar suficientemente a los partidos políticos. ¡¡¡UNE TU VOZ A LA DE
LOS MILES DE ESPAÑOLES QUE ESTAMOS DISPUESTOS A EMBRIDAR, REFORMAR O ELIMINAR
LAS RUINOSAS AUTONOMÍAS!!!.
JOAQUÍN JAVALOYS