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jueves, 5 de noviembre de 2015

Fuera de juego democrático


Resulta peculiar observar cómo tras repetir una misma mentira muchas veces ésta parece terminar convirtiéndose en verdad, especialmente para aquellos cuya credulidad infantil raya en esperar la visita de los reyes magos. Puede que los mismos que urdieron las fabulaciones acaben también por creerse sus propias mentiras. La zarabanda nacionalista orquestada no solo por los interesados sino también por los medios martillean a unos atónitos españoles con la zanahoria de que España está cada vez más en una situación de jaque mate y que Cataluña se separará de nosotros como un trozo de iceberg a la deriva. Pero la cruda realidad es que nadie está jugado al ajedrez democrático, porque el ajedrez tiene unas normas concretas que no pueden cambiarse. Si las cambiáramos estaríamos jugando a otra cosa, pero no al ajedrez; y esta es la situación en la que nos vemos. Ni el gobierno español ni el catalán están jugando con las normas de la democracia a las que tanto apelan. Para unos el alfil en esta partida es la ley. Pero un alfil se mueve en el tablero del ajedrez en diagonal y no puede saltarse ninguna ficha. Como los que pretenden basarse en la ley de la Constitución no pueden hacerlo porque para que el alfil de la constitución exista debe reflejar cómo va a ser representado el ciudadano y cómo deben establecerse la separación de poderes según el Art.16 de los Derechos del Hombre y del Ciudadano de 1789. Busquen Vds. en nuestra constitución esos poderes que no solo deben estar separados sino enfrentados y vigilantes en perpetua tensión los unos contra los otros a ver si están contemplados en algún lado. En cambio, escuché acertadamente en una conferencia a A.G.Trevijano denominar a nuestra constitución como una ley fundamental de partidos pertenecientes al estado. Según las normas de la democracia formal los españoles carecemos de representantes, de separación de poderes y por el art. 16 de los derechos del hombre, de constitución.

Para los nacionalistas el panorama para poder apelar a la democracia es todavía peor: aquí alfil se mueve ya como un caballo desbocado. Así el nacionalismo no tiene reglas democráticas, las poca que pretende tener se las inventan y luego ni siquiera cumple con esas mismas reglas. La democracia a la que tanto apelan y eso de que son "la veu del poble" es una de esas fábulas reiterativas, que para ellos acaba por convertirse en verdad.

En primer lugar, parten con la misma mochila no democrática que todos los gobiernos de esta llamada democracia. El voto de un ciudadano de uno de esos pueblos de la Cataluña profunda donde la manipulación de los nacionalistas ha incidido más virulentamente vale muchas veces más que el voto de otro votante de l'Hospitalet o de Badalona o Sant Feliu, contrarios a la secesión. 

Total, que en la no democracia de los repartos proporcionales los separatistas ganan por goleada; pero si se aplicase democracia de verdad se contarían los votos a favor y en contra como en cualquier plebiscito democrático que se precie. Entonces, el supuesto argumento de que están obedeciendo la voz del pueblo no dejaría de ser una mentira más porque el NO a la secesión gana por goleada. Aquí el alfil negro no se mueve ya como un caballo desbocado sino como le da la gana. Como las movería un niño de tres años; incluso fuera del tablero.

Y a todo esto, el pueblo se halla completamente desinformado creyéndose mentira tras mentira.Y peor: creyendo que por votar hay democracia.

Y ¿cómo se explica este fenómeno de manipulación masiva? Es evidente que somos seres manipulables. Simplemente se trata de una de las formas en que nos trabaja el cerebro cuando recibimos información. Podemos observar la facilidad con la que un niño es capaz de manipular a sus padres y sabemos cómo un médico o un psicólogo nos pueden inducir hacia la cura, o interpretar un problema mediante una serie de preguntas, redirigiéndonos hacia otro punto de vista beneficioso para nosotros. La policía también utilizan las mismas técnicas para descubrir la verdad sobre un delito. Y cómo no, los políticos eficientemente asesorados por hábiles ingenieros sociales enmarcan sus mensajes de forma que tengan un alto impacto en la población y puedan dirigirla en función de sus objetivos; a veces para bien y otra para mal del pueblo; como en este caso que nos ocupa. Los manipuladores son los únicos con acceso al tablero y manejan la información, que por algo llamamos "información privilegiada". Ajenos al tablero estamos nosotros, que recibimos esa información, si es que lo hacemos, tratada, filtrada y sesgada. Se trata de ver cómo nos podemos asomar nosotros, aunque sea sólo para echar un rápido e incompleto vistazo en esta peculiar partida con más probabilidades de acertar.

¿Cómo nos podemos defender contra la manipulación cuando ésta tiene como objetivo llevarnos a donde de buen grado no hubiéramos caminado jamas? En castizo “llevarnos al huerto”…

Está claro que mediante una educación e instrucción libre alejada de adoctrinamientos. Si existen una bala de plata contra la bestia, la manipulación o ingeniería social, cuando ésta tienen como objetivo perjudicarnos, es la educación, la información veraz y el contrastante de ideas mediante el debate.

¿Cómo consiguen convencernos para llevarnos a donde jamás hubiésemos ido por voluntad propia? Unas veces, por ejemplo, creando un estado de pánico y ansiedad donde aparece una figura salvadora. Otras, creando un clima de confianza y otras esperando a que la víctima baje la guardia. Este tipo de actuaciones reciben el nombre de vectores.

Para Cristopher Hadnagy, una víctima propiciatoria está siempre sujeta a la influencia dada por la siguiente ecuación: pretexto + manipulación + ambición, codicia, premio … =Ingeniería social

Un ejemplo muy fácil de entender, donde se darían todos estos elementos es en el “timo de la estampita”, o en cualquier otro. La víctima siempre se pone una venda de forma inducida, y pica ...

Nuestro gran error es creer que estamos a salvo, que somos demasiado inteligentes para que nos manipulen, o en este caso nos timen. Hadnagy, junto a otros dos expertos, conducían un delicioso y didáctico programa tipo “reality show” en la BBC, donde se ejecutaban toda clase de timos reales a personas normales y corrientes; y se recogía todo el proceso mediante cámaras ocultas. Es increíble lo bien planificado y cómo manipulan a la víctima para que les diese, digamos, el pin de su tarjeta o un maletín de diamantes:

"Dame a alguien que se crea a salvo de la ingeniería social y será una víctima fácil y segura …" - solía decir Hadnagy.

Al final, explicaban dónde estaban nuestras debilidades, cómo actuaban sobre ellas los timadores (qué vectores utilizaban) y cómo defendernos ante estos ataques; y todo acababa bien para las víctimas, que habían aprendido una buena lección. Seguro que ya estaban vacunados contra ese timo, para siempre, y sólo les había costado un buen susto.

Si esto lo pasamos al ámbito de la política, podremos comprender cómo este tipo de formación llega sólo a los expertos, y lo importante que es tener una idea, por lo menos, de los vectores que se utilizan.

El peligro en una asamblea o en la misma democracia está en la manipulación. En mi opinión, nos iría bien categorizar esas ideas sueltas que tenemos, esas intuiciones... La verdad está ahí afuera para el que se atreva a enfrentarse a ella y el monstruo puede ser derrotado.
 

Mientras, en el oasis catalán para Manel, Pepe y Ricard el único problema y la única conversación es lo de la autonomía; y por supuesto no hay recortes, ni familia Pujol, ni paro, ni 3% (que más quisiéramos que hubiese sido solo el 3%) y jamás hemos tenido gobernantes mejores donde todo vaya mejor. Asín es.

  Vicente Jiménez 


lunes, 14 de septiembre de 2015

Desde el mirador de Javaloys: PSICOPATOLOGÍA DEL NACIONALISMO

Excelente artículo de colaboración por cortesía de Javier Javaloys:

Desde el mirador de Javaloys: PSICOPATOLOGÍA DEL NACIONALISMO:

Artur Mas   continúa, no ceja en su proceso hacia la independencia acompañado de esa oligarquía de políticos, empresarios e "intelec...

viernes, 11 de septiembre de 2015

Origen del nacionalismo secesionista



En primer lugar, nada tienen que ver los nacionalismos en la formación de los grandes estados y naciones con el fenómeno del nacionalismo secesionista, que intenta balcanizar España. Para explicar España habría que acudir a la Historia de España, y éste no es el momento. Solo cabría puntualizar un par de detalles: el papel de los Reyes Católicos y la forma en que España era ya reconocida  como una de las primeras naciones que se formó en Europa.


In all the European states founded at the commencement of the middle age, the power of the king was limited by that of the nobles. The Diets in Germany, in Sweden, in Denmark before its charter of servitude, the Parliaments in England, the Cortes in Spain, the intermediate bodies of all kinds in Italy, prove that the northern tribes brought with them institutions which confined the power to one class, but which were in no respect favorable to despotism. (1)
Considerations On The Principal Events Of The French
Revolution, Staël
Es decir, si la nación precede al Estado primero viene la nación y después se forman los Estados, así que poner en duda si la nación española ya existía o no es negar toda evidencia. Negar su integridad no atiende a la razón ni la historiografía sino a puros sentimientos románticos. Por este motivo no se puede razonar (usar la razón) con nacionalistas porque cerebro y corazón tienen perspectivas distintas. Por eso mismo el amor no es racional.

Fueron grandes reyes los que pelearon por España y su dominio. El poder que llegaron a alcanzar fue absoluto. Uno de los muchos momentos clave de unificación ocurrió cuando los Reyes Católicos, tras la unión dinástica, sometieron a la turbulenta nobleza. Según el historiador Pierre Vilar (nadie tachará a este historiador de ser de derechas) el invento de la pólvora tuvo mucho que ver en el proceso.



 Antes, en la Edad Media, si un noble rebelde se enrocaba en su castillo se necesitaba mucho esfuerzo y tiempo de asedio para someterlo en su dortaleza. Los Reyes Católico pegaban cuatro cañonazos, las puertas se abrían y el noble se rendía antes de tener que sufrir el derrumbe de su castillo y perder sus posesiones; llegando a engrosar el ejército vencido las filas del ejército vencedor. Esa potente tromba de medios militares y hombres unificaron España sí o sí. Ninguna gran nación se ha formado mediante votaciones sino siempre a sangre y fuego. Esta es una ley tan inalienable como la de la gravedad en toda la historia de la humanidad.

Otro caso en la formación de grandes naciones han tenido lugar cuando la nación colonizadora daba la libertad a la parte colonizada, o bien la libertad se conseguía mediante una acción bélica. Han sido las tierras coloniales las que unas veces han ganado su independencia venciendo en buena lid al país que los colonizaba, como el caso de EE UU, Perú, Filipinas y tantos otros; o bien porque ese país colonizador les ha regalado su independencia, como ocurrió en África y Asia en muchas ocasiones. Pero siempre, en los dos casos, ha mediado una gran distancia física entre ambas naciones.

El origen de los nacionalismos separatistas ha sido muy bien estudiado por historiadores, sobre todo ingleses y alemanes. Yuval-Davies 1997, Margalit and Raz...

Refiriéndose a los origenes del nacionalismo en el S XIX, cuando la alta burguesía se empachaba hasta la nausea con todo el dinero que ambicionaba y más, buscaba nuevos horizontes con las que dar rienda suelta a sus pasiones y en ese momento fijaban su vista en el poder. El dinero y todo lo que se consigue con él mismo ya no excitaba para nada sus pasiones, así que buscan alimentarlas con algo nuevo. Su enorme frustración venía (y continúa viniendo) dada cuando, debido a su mediocridad, tomaban consciencia de la imposibilidad de llegar al poder de su gran nación; así que se inventaban una nueva que sacaban de su terruño. Si no puedo ser rey de una gran nación de verdad me invento la mía propia y me autoproclamo rey. Algo así como la república independiente de mi casa de IKEA.

Así que siempre ha sido no la derecha, sino la extrema derecha la que ha impulsado el nacionalismo. Que os quede claro: no puede haber nacionalismos de izquierda; el nacionalismo es de derechas digan lo que digan y lo disfracen como lo quieran disfrazar. El nacionalismo proviene de una borrachera de ambición de los que siempre han llevado las riendas socioeconómicas

Es más, Lenin odiaba los nacionalismos porque aspiraba a conseguir un mundo unido sin naciones ni estados donde mandasen los obreros. Para Lenin sobraban todas las naciones y estados, y jamás se le hubiese ocurrido mantenerlos aunque fuesen más pequeñas por divisiones. Y quien no me crea que lea el Manifiesto Comunista. Ya sabéis. Obreros de todo el mundo uníos en la lucha

Su vehemencia llegaba a tanto que refugiado en Suiza durante la Primera Guerra Mundial creyó que, en las trincheras, los obreros franceses jamás dispararían contra los obreros alemanes; y se llevó la desilusión de su vida. Ahí ya vio que sus teorías se tambaleaban, de momento.

Por lo tanto, sin entrar en profundidades queda zanjado el tema de si los nacionalistas son de izquierdas y aquellos que equiparan el origen de España con el origen de Cataluña como naciónes dsitintas. Simplemente, no ha lugar.

Red Blogs




(1) Traducción texto:
En todos los estados europeos fundados en el comienzo de la edad media, el poder del rey se vio limitado por el de los nobles. Las dietas en Alemania, en Suecia, en Dinamarca antes de su carta de servidumbre, los Parlamentos de Inglaterra, las Cortes en España, los cuerpos intermedios de todo tipo en Italia, demuestran que las tribus del norte trajeron con ellos las instituciones que limitan el poder a uno solo, pero que eran en ningún sentido favorable al despotismo.

miércoles, 9 de septiembre de 2015

Evolución natural del nacionalismo




¡Quién no está seguro de estos hechos inalienables? Los chorizos jamones de mi pueblo son lo mejores. El vino que hacen en mi pueblo es el mejor…

¡Por supuesto que para nosotros nuestro terruño es el mejor! Eso no te lo puede discutir nadie porque nace del corazón.

Aunque se ha realizado durante toda la historia de la humanidad fue la CIA la que acuñó el término. Lavado de Cerebro.

El cerebro te lo pueden lavar sometiéndote a un estrés. Si alguien te está sometiendo a estrés ten cuidado y, si puedes, aléjate de esa persona. Te está manipulando. También pueden lavarte el cerebro con una amenaza condicional:

- Como sigas bebiendo me llevo a los niños.

- Si te acuestas con otro me divorcio

O por repetición. Si un evangelista ve a su familia en el suelo haciendo la croqueta poseído por el “espíritu santo” es probable que antes o más tarde termine por hacer lo mismo completamente convencido de que el espíritu santo ha entrado en él.

También si te repiten

- Eres tonto


Al final termines creyéndotelo y acabes atontado.

Esta es una pequeña muestra de lo utilizado por una gente que pagada con el dinero de tus impuestos está para controlarte y no para servirte. Y el circuito va desde los expertos en inventar este tipo de cosas a los expertos en transmitirlo y los expertos en imponerlo por la fuerza. La transmisión está en manos de los medios de comunicación. Cuando veas que te repiten mucho algo y sale muchas veces en TV piensa "aquí hay gato encerrado me están manipulando". Piensa si algo está a todas horas en todas las TV, radios, periódicos... En este momento se me ocurre un caso muy claro, pero como el tema es el nacionalismo y no la inmigración masiva vamos a correr un tupido velo. 

Sí, si. Esos medios que también se pagan con tus impuestos se dedican a manipularte. Olvídate de que sean funcionarios públicos. Son funcionarios de y para el Estado, no para el ciudadano. Es decir, que nada de esto es civilizado pues tampoco pertenece a la sociedad civil

Con toda esta potente batería de armas destructivas de la libertad de pensamiento, eso por lo que Kant abogaba, los ciudadanos estamos todos manipulados nos guste o no. Lo peor de que te laven el cerebro es que una vez que lo han logrado no eres consciente de ello. Amigo mío, desde ese momento no eres dueño de tu pensamiento.

Si al principio hemos mencionado que para nosotros nuestro terruño es lo mejor de todo y es natural que lo amemos, cuál será la facilidad de los nacionalistas para lavarle el cerebro a toda una población y convencerla de que España les roba y es lo peor que les ha ocurrido durante generaciones.

Partiendo de esa base, solo a un verdadero imbécil se le puede ocurrir haberle dado los medios de comunicación y la educación a los nacionalistas si quería mantener unida a España. Para eso que les hubiesen dado la secesión directamente y nos hubiésemos evitado mucho sufrimiento por parte de todos. El único objetivo de un nacionalista es la secesión y ésta es una ley tan natural como la de la gravedad. Solo a un ignorante además totalmente mediocre se le puede ocurrir que hay "terceras vías". Por otra parte, después de 30 años de lavado de cerebro suplicarle a una masa de nacionalistas

- Os queremos, no os vayáis - es una estupidez mucho mayor que la que se le ocurrió al que asó la manteca.

Darle prebendas a los nacionalistas para conquistar sus corazones es todavía más patético y tampoco sirve de nada, señores políticos, pues solo se conformarán con la secesión. Puede que se federasen con Marruecos o con Kosovo, pero nunca con España. Eso de las prebendas sería como hacerle regalos a una piedra para que se abstuviera de caer por el precipicio, en caída libre, desobedeciendo a la ley de gravedad. O para que hasta los políticos lo entendáis. Es como cuando una pareja se divorcia y uno de ellos le dice al otro “no te vayas, te quiero junto a mí”. Puede que la mantengas (la pareja) a tu lado un poco si la compras, pero al final te pondrá los cuernos. Así que de qué os extrañáis...

Por lo tanto, una vez creado el problema por vuestra incompetencia y ambición de poder serán otros los que tengamos o tengan que arreglarlo. El nacionalismo sigue una leyes naturales que son imposibles de torcer y lo único que hubiesen entendido es si desde el principio se les hubiese dicho NO. La solución estaba al principio, no hay solución a medio camino. Por lo tanto, esto pasará a la siguiente fase, y esa no nos va a gustar a nadie. 


Cualquiera que haya estudiado un mínimo de historia sabe cuáles han sido los dos posibles caminos que durante toda la historia de la humanidad han conducido al nacimiento de nuevas naciones; y esas dos formas también siguen leyes tan naturales como las de la gravedad. No hay terceras vías.
Vicente Jiménez

jueves, 17 de octubre de 2013

El festín en el reparto de España por las oligarquías


En el apunte anterior sobre “Los resortes del poder” ya nos paseamos por tres hechos importantes del Renacimiento en Florencia: el patronazgo de ciertas familias todopoderosas hacia los grandes genios del Renacimiento, la ruptura progresiva con el orden medieval y la influencia que habría de proyectar Maquiavelo al separar la moral de la política. Maquiavelo rompió con la visión Aristotélica recogida después por San Agustín del hombre que actúa guiado por fuerzas morales en cuestiones de Estado para alcanzar la plenitud en una ciudad perfecta. Fuera de esa utopía el hombre queda desnudo, tal como es, con su propia naturaleza como herramienta de supervivencia.


La genialidad de las propuestas de Maquiavelo al separar moral y política es lo que no estudiarían ni aplicarían jamás los padres de nuestra patria al planificar nuestra luctuosa transición y creer que los nacionalismo quedarían resueltos dejándoles un jugoso trozo del pastel: el pastel era España y el poder intacto de Franco a su muerte; que es lo que en realidad se repartieron. Jamás hubo deseos de democracia sino sólo de reparto de unos despojos de cuarenta años de dictadura y de una clase media bien establecida productora y consumidora de riqueza y bienestar que había ganado su lugar como productora y consumidora de riqueza y bienestar a base de sangre sudor y lágrimas: una generación que trabajó lo indecible para que sus hijos “no pasaran por lo mismo que habían sufrido ellos”.


La depredación, esquilmo y control absoluto por parte de esa advenediza casta política sin ninguna oposición no dejo rincón por hurgar: Cajas de Ahorro, bancos, medios de comunicación, empresas estatales que se privatizaron, etc. Los sindicatos se unieron al festín estando tan incrustados en el Estado como los partido políticos: al fin y al cabo seguíamos con un franquismo, pero peor.


Al no haber división de poderes ni representación alguna de la sociedad civil por ningún lado la impunidad garantizó una patente de corso a los políticos: incluso uno de los últimos presidentes llegó a decir que el dinero público no era de nadie... y les dio barra libre.


Llegó un nuevo presidente de quien esperábamos que pusiese coto a tanto sinvergüenza, pero en vez de ponérselo a la clase política y quitar el dislate insostenible de diecisiete gobiernos autonómicos (el reparto del pastel) le puso los recortes a la ya vapuleada clase media, con lo que su extinción como especie quedó garantizada.

El buen royo con los nacionalistas dándoles unas competencias de gobierno como nunca habían conseguido solo incitó el hambre de la secesión: secesión para que unas cuantas familias privilegiadas puedan montar su cortijo particular con el maridaje ya del poder absoluto; ninguno de los líderes secesionistas ha hablado ni hablará nunca de separación de poderes y representación. Eso sí, prostituirán la palabra democracia hasta límites insospechados: es su forma de hacer.


Los padres de la patria debían haber leído “El Príncipe” de Maquiavelo para darse cuenta que un buen gobierno no puede basarse en “buenas intenciones” y buen royo con nadie: separar moral y política es la única solución; no fiarse de nadie y mucho menos fiarse de ningún poder: solo un poder puede oponerse a otro poder. De ahí que formar diecisiete gobiernos (nacionalistas incluidos) equivalen a diecisiete poderes; poderes completamente desbocados en el festín de la depredación de todo lo que se le pusiese al alcance: cualquier cosa era comestible. Y para ciertos grupos poder libre con el objetivo único del odio y la destrucción de España.


España está en estado de excepción y hubiéramos necesitado un Rajoy a la altura de las circunstancias. Pero ha sido más fácil machacar a lo que quedaba de clase media y dejar a los secesionistas el libre albedrío. Más patriótico hubiese resultado una consulta a los españoles con datos en la mano sobre nuestra organización territorial: primar eficiencia y sostenibilidad. Y ya no digo nada de instaurar de una vez por todas una democracia formal...


En el próximo apunte veremos cómo los padres de la patria debieran haber leído no solo a Maquiavelo sino a Hobbes... ¡qué digo!: debieran haber leído algo.

¡Pobre España!

Vicente Jiménez







miércoles, 7 de noviembre de 2012

EL NACIONALISTA, LA RANA, EL ALACRÁN, LA VÍBORA Y EL PASIEGO


Había una vez una rana sentada en la orilla de un río, cuando se le acercó un escorpión que le dijo: —Amiga rana, ¿puedes ayudarme a cruzar el río? Puedes llevarme en tu espalda… —¿Que te lleve en mi espalda? —contestó la rana—. ¡Ni pensarlo! ¡Te conozco! Si te llevo en mi espalda, sacarás tu aguijón, me picarás y me matarás. —No seas tonta —le respondió entonces el escorpión—. ¿No ves que si te pincho con mi aguijón, te hundirás en el agua y como yo no sé nadar, también me ahogaré? Tanto insistió el escorpión que al fin la rana accedió. El escorpión se colocó sobre la resbaladiza espalda de la rana y empezaron a cruzar el río. Cuando habían llegado a la mitad del trayecto, en una zona del río donde había remolinos, el escorpión picó con su aguijón a la rana. La rana sintió el fuerte picotazo y cómo el veneno mortal se extendía por su cuerpo. Y mientras se ahogaba, y veía cómo también con ella se ahogaba el escorpión, pudo sacar las últimas fuerzas que le quedaban para preguntarle: —No entiendo nada… ¿Por qué lo has hecho? Tú también vas a morir. Y entonces, el escorpión la miró y le respondió: —Lo siento ranita. Es mi naturaleza.

...

    Llegado el invierno, un labrador encontró una víbora helada de frío. Apiadado de ella, la recogió y la guardó en su pecho. Reanimada por el calor, la víbora, recobró sus sentidos y mató a su bienhechor, el cual, sintiéndose morir, exclamó:
    -¡Bien me lo merezco por haberme compadecido de un ser malvado!

    Esopo

Dicen que la importancia de las cosas está en el detalle y en lo simple. Y bien hubieran hecho los padres de la patria en fijar su atención en estas dos fábulas de Esopo, porque la evidente moraleja de ambas lleva inspirando la historia de nuestro país desde los tiempos de la transición hasta llegar a la partitocracia actual. Si los diseñadores del invento autonómico esperaban la domesticación de los nacionalistas a través de la concesión y el agradecimiento erró ampliamente en sus previsiones. Lo más lógico, como en el caso del escorpión, es que acabáramos todos sucumbiendo al instinto del alacrán como le ocurrió a la errada y confiada rana. “Está en mi naturaleza”, contesta el escorpión con toda honestidad, - virtud que hay que reconocerle al animalito, ya que es la rana quien se engaña - El alacrán se limita a convencerla para que le ayude a cruzar el río con una evidencia: “si te pico yo también me ahogaré". Tampoco ERC han deludido jamás a nadie sobre sus verdaderas intenciones y objetivos generales. Por eso, no estoy de acuerdo con el Sr. Aznar cuando en un discurso reciente comentó que los nacionalistas habían sido desleales. Muy al contrario, depende de qué nacionalistas. Algunos han sido totalmente fieles a su programa, y si hubieran hecho lo contrario es cuando se les podría haber tildado de apostasía. Ya quisiera yo que a quienes voté hubiesen guardado la misma observancia conmigo que esos nacionalistas "desleales"


Los otros partidos nacionalistas ya son harina de otro costal - coincidiendo más acertadamente con la segunda fábula; cuando se hallaban debilitadas en el pleno inicio de la transición la constitución las acogió en su seno, como hizo el labrador con la víbora. Y ellas se comportaron como damiselas de novela rosa- de esas que dicen no cuando están queriendo decir sí- De las del sí pero no, y no pero sí. De las de la ambigüedad calculada y agazapada solo en función del beneficio. Y ya lo recuerda el dicho: “del agua mansa me libre Dios que de la brava me libro yo.” En fin, que en el momento en el que se han considerado suficientemente fuertes y recuperadas al calor del labrador, o sea, de las autonomías, ¡zas!, inyección de veneno al canto. Y peor todavía, han actuado cuando ese labriego estaba más vulnerable y debilitado por la enfermedad, que tamaña felonía no se atrevió a plantearla ni Esopo - es decir - cuando Cataluña y el resto de España (no Cataluña y España como entes separados) están pasando por uno de sus momentos más dramáticos y penosos. Pero no olvidemos que también formaba parte de la naturaleza de la serpiente matar a su protector. De ahí que más nos valdría que mejor hubieran leído a Esopo esos padres de la patria, especialmente antes de redactar la Constitución tal como parece que lo hicieron - a pecho descubierto - y con una malévola inocencia más bien en sintonía con el país de Nunca Jamás pero no; a tenor de nuestra historia reciente y los nubarrones hacia donde apuntan la tormenta secesionista en este momento.


Es fácil - lo sé - interpretar los hechos a toro pasado, pero por lo menos hasta Peter Pan debería haber perdido ya la inocencia a la luz de los recientes acontecimientos. Y al no constatar reacción de tipo alguno por parte de quien nos gobierna es entonces el momento en que  empiezo a alarmarme:

Cuando algo va mal debe acometerse el origen del problema e intentar solucionarlo, pero yo no veo a los políticos con ganas de rectificar las verdaderas causas; la raíz de la profunda crisis por la que estamos pasando - incidiendo trágicamente con extrema virulencia en la población más débil - 



Tampoco me atrevo a criticar si la solución más acertada para salir del paso es pagando la deuda o adoptar una salida a la islandesa; y si la forma de liquidarla pasa por los recortes que está llevando a cabo nuestro presidente Rajoy; pero sí me preocupa que lo que jamás me aparece en el tapete de la discusión política en ningún lado - completamente missing -, excepto en los foros de las redes sociales y algún e-diario independiente, es todo aquello que sopese la relación causa-efecto. La causa debería ser siempre el quid de la cuestión, no el parchear los efectos sin atajar el germen que los ha ocasionado. En definitiva, nuestros representantes y su artillería mediática están centrando la atención en los síntomas, sin diagnosticar ni preocuparse aparentemente del origen y curación de la enfermedad.

Y de esta forma voy rebobinando la película llegando incluso a plantearme si las autonomías se crearon con la suficiente buena intención o bajo la sombra de oscuros intereses; o bien si hubo un poco de todo - dependiendo de quienes fueran los actores -. Nos vendieron oficialmente que la transición había sido fruto de un ejemplar acto de reconciliación, ante el mundo y especialmente los mismos españoles, por el peor fracaso en el que puede caer una sociedad – una guerra civil -. Los vencedores sacrificarían generosamente su victoria en aras de un nuevo futuro democrático y los vencidos sacrificarían sus pretensiones, aspiraciones, y ¿por qué no? sus ansias de revancha. Pero los acontecimientos del último decenio me hacen sospechar que ni la pócima ni el tiempo lograron cicatrizar las heridas … la triste verdad es que esa parte del plan ha fracasado y hay que corregirlo, si se puede. No habría nada dramático en intentarlo si se hiciera para mejorar las perspectivas de control democrático; de separación de poderes y demás factores que conforman la perfecta receta democrática. Y como falló esa receta falló también el remedio, ya que los ingredientes básicos los constituyen la separación de poderes y un control ciudadano muy eficiente de los políticos y su gestión. Creo que éstas deberían ser las reglas básicas cuyo acuerdo estaríamos todos los ciudadanos dispuestos a aceptar a estas alturas de la película, fueran cuales fueran los viejos rescoldos y miserias.

No cabe duda de que una democracia bien instaurada no es el sistema perfecto, pero constituiría el mejor factor de corrección - nuestra piedra filosofal -. También hay que valorar que aparte de una dramática crisis económica y de valores nos hemos visto obligados a convivir con el horror de tres tipos de terrorismo: ETA, GRAPO e ISLÁMICO, que han añadido muchos muertos, víctimas - todavía clamando justicia - y sufrimiento. Hemos tenido que capear el vendaval de una ley de la memoria histórica – memoria muy selectiva bajo mi punto de vista -, y un nacionalismo visceral capaces de avivar las frustraciones de una quimera. Y para finalizar consideremos también que cuando arribó al escenario un nuevo oficio – el de político – , surgió un grupo que acabó por convertirse en nueva casta de dirigentes - con aciertos pero con gravísimos errores -. Entre ellos y el principal, el de que nos hicieron perder la democracia por el camino. Esa democracia que todos nos prometimos hay que retomarla. No podemos dejarle este lío a las futuras generaciones.

Si lo que se diseñó durante la transición fue un plan de futuro para todos los españoles esta sociedad está al borde del fracaso. Sólo falta un pequeño empujón hacia el lado del abismo para que nos precipitemos en caída libre y sin paracaídas; o bien, un esfuerzo colectivo en sentido contrario todos a una como en Fuente Ovejuna. Ese rescate colectivo nunca debería ser fruto de experimentos federalistas, que instaurarían a perpetuidad nuestros viejos problemas ya conocidos, por todos, de despilfarro y corrupción en las fallidas autonomías - ya tenemos la experiencia, no gracias -. Si nos engañan la primera vez es culpa del que miente, pero la segunda ya seríamos nosotros los responsables. Claro está, que si por el contrario no vivo de mi talento y en cambio sí de la subvención, dentro de mi mediocridad, evidentemente continuaré reclamando un federalismo del tipo que sea y la subsiguiente perpetuación del sistema actual de prebendas. ¡Menudo chollo sería! - poder continuar con lo mismo pero bajo la protección total de una estructura de estado -. Por el contrario, el sentido común me dicta que la solución que nos interesa a los que vivimos de nuestro talento y esfuerzo pasa inevitablemente por instaurar una democracia de verdad, volver a reorganizar lo que tenemos logrado hasta ahora – políticos y no políticos, en un esfuerzo común -; porque la gravedad de la situación así lo requiere - desmantelar las autonomías, unificar nuestra nación y consensuar un nuevo pacto organizativo más eficiente y barato refrendado por todos los españoles. La unión hace la fuerza.

Democracia, democracia y más democracia sería la receta; pero de la de verdad. No de la farisaica que sesga a los electores consultando sólo a la parte que les conviene, como hacen los nacionalistas. Eso no es democracia, no gracias -por más que te la vendan como tal-. La constitución que se aprobó marca el camino y permite lo que en estos momentos es ya una cuestión de determinismo ambiental - o nos adaptamos o morimos -. El acierto de dejar abierta esa posibilidad de rectificación sí que hay que reconocérsela a los padres de la patria. Eso lo hicieron bien.
Vicente Jiménez





martes, 2 de octubre de 2012

El genio que concedió un deseo


 Revisado en julio 2014
Imagina que te encuentras una lámpara, la frotas y te sale un genio de ella ...
El genio en agradecimiento por haberle liberado te garantiza un deseo, pero que eso de elegirlo tú ni hablar. Que el deseo lo impone él, que es quien hace el truco y pone el trabajo.
Y tú flipando..., no porque se te haya aparecido un genio así por la buenas sino porque a ti el cuento te lo explicaron de otra forma: los deseos ¿no eran tres y además se elegían personalmente? Pero, ¡en fin!, como a caballo regalado no le mires el diente te conformas y antes de que el susodicho genio cambie de opinión le preguntas qué deseo piensa concederte.

Todo el mundo votará lo mismo que tú elijas y cuando lo escribas en esta papeleta se hará realidad en las próximas elecciones.

Y el genio se desvanece y te quedas con una papeleta en blanco en la mano y cara de perplejidad.

Así, después de frotarte bien los ojos y pellizcarte por si estuvieses durmiendo intentas preguntar al genio qué clase de deseo era ese y qué provecho podías a sacarle a que todo el mundo votase lo mismo que tú en las próximas elecciones. Al fin y al cabo, si fueras un político te pondrías las botas, pero como persona relativamente ajena al tema la recompensa no parecía ser gran cosa. Más, teniendo en cuenta que a quien pusieses en la papeleta ya habría elegido a los diputados que representan a ese jefe de partido y no a tí, y que luego esos que él ha elegido lo elegirán a él como Presidente de la nación en un acto mágico de transmutación que maravilla a propios y extraños. Bueno no, aquí no nos maravillamos de nada. Si nos creemos es transmutación también podemos creernos lo del genio, ¿o no?

Aunque luego te pones a cavilar y te sientes algo tentado de obtenerle un poco de partido al regalo del genio. Claro que, por otro lado, los principios te dicen que tiene que haber algo muy siniestro en eso de manipular a la gente para que se crea aquello con lo que de otra manera jamás habrían tragado. Y peor todavía, les prives de la oportunidad de elegir, lo que sea, libremente. Una cosa sería convencerlos razonando con ellos, pero otra muy distinta es quitarles toda opción de libertad de pensamiento y en consecuencia de elección. Pero al final piensas que como tampoco pueden elegir pues el partido ya pertenece al Estado como todos, pues no pasa nada si montas una subasta para vender la papeleta al mejor postor. Ay amigo, ya te ha atrapado el sistema oligárquico de partidos..., te sumas a la corrupción y colaboras con ella como cualquier otro.

Pero para rizar el rizo y  empeorar las cosas, lo que me van a plantear es si quiero seguir siendo del país en el que nací o quiero pertenecer a otro que está por parir. Yo desde luego, tengo claro que a estas alturas de mi vida deseo seguir en el mismo país en el que nací. Eso sí, me gustaría que rigiesen las normas de la democracia formal pero no, no y no a cambiar de nación con otra transmutación mágica. Primero porque me siento así; después porque, por lo poco que me he ido enterando, parece que me prometen el oro y desde luego me darán el moro en mi nueva posible patria. Lo del oro lo cantan al unísono todos los periódicos que puedo comprar en el kiosko de la esquina. Y así voy cavilando también en lo que he podido informarme por otras fuentes no adscritas a los canales oficiales del gobierno de donde vivo. Por ejemplo, unos tipos que antes no conocía pero que últimamente se han hecho famosos por otros motivos nada algüeños, a quienes también desconocía antes de la crisis, como la prima de riesgo y todo eso; y que se llaman Standard & Poor's han bajado esta tierra en la que me ha tocado vivir de la categoría 'BB/B' de 'BBB-/A-3'. ¡Humm, Malum signum “Malum signum
Liebre huye, galgos la siguen” como decía Don Quijote. Y la cosa pinta peor cuando leo que S&P dice que modificar nuestra relación con el gobierno central puede deteriorar nuestra liquidez y un montón de cosas más que intuyo, porque no soy economista, no son nada buenas. Esas liebres seguidas por los galgos quijotescos son la miseria, el hambre y la perpetuación de una casta totalitaria, oligárquica y más voraz todavía. También me llaman la atención ciertos términos que emplean como que la falta de “coordinación” entre la “región” donde vivo y el Estado Español nos deteriorá la economía, cuando casi ni siquiera veo que haya buena relación.

En fin, que la dicotomía entre lo que me dicen los medios de comunicación en donde vivo, sin excepción, y lo que puedo rascar por otros sitios es total.

Por lo tanto, empiezo a preguntarme si el genio no se le habría presentado antes que a mí a algún político de por aquí y le habría ofrecido el mismo trato hace, por lo menos, treinta y dos años. Puede que la papeleta hubiera sido escrita ya hace tiempo y este señor proyectó su anhelo por la magia del genio en todos los periódicos y medios de comunicación para que así se sustanciara el truco poco a poco. Puede que, como humo, haya sido inspirado hasta en el último alvéolo pulmonar de los que se fueron a instruir en los colegios, en los institutos y en las universidades. Puede que las asociaciones culturales, los anuncios en la calle y que todo un miniuniverso haya estado cantando a coro la misma melodía, los mismos mantras, las mismas canciones sagradas ...

Y entonces me di cuenta de una terrible posibilidad, de que la razón podría ser ignorancia e incultura política de un pueblo borreguero en estado puro y por tanto su fundamento sería poco realista, nada práctico. Que el idealismo no tendría ni un atisbo de verdad y mucho de locura. Que lo realmente importante, el gran deseo que otorgaba el genio era la eficacia. Y la eficacia en el mundo de la política nada tendría que ver con la razón, tendría que ver con la emoción. El cerebro político sería el cerebro emocional, el que te hace sentir bien. Y como aquí la razón no cuenta pues procuras agarrarte a todo aquello que coincide y desechar lo que no.

Así, que para racionalizar mi sueño quemé el papel que me había dado el genio. Puede que me precipitase pero no se me ocurrió otra cosa en ese momento. Eso sí, como vuelva a ver al genio otra vez le diré que el deseo lo pido yo y que será que se vote más con la cabeza y menos con el corazón. A ver si así nos va mejor...
Vicente Jiménez