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domingo, 15 de julio de 2018

¿Qué habremos hecho para que en España no ocurra algo parecido?




A veces algunas noticias pasan desapercibidas a la sombra y solo se pueden leer entre líneas. Sin embargo,  pueden resultar más significativas que todas las de un año entero. Es más, de darse la misma situación en España que en Inglaterra nuestra deuda se  reduciría sustancialmente y seguramente volvería a haber dinero público en caja.
La noticia es la siguiente: 
Theresa May puede sufrir una moción de censura promovida por los mismos MP de su propio partido”.
Los MP o miembros del parlamento equivalen a nuestros diputados en el Congreso. Y claro, el locutor que la leyó por TV no pudo evitar cierta entonación de sorpresa al anunciarla porque equivaldría a que en nuestro Congreso los mismos diputados de Rajoy hubieran sido los organizaron la moción que echó a Rajoy de la Moncloa; o bien como si los mismos diputados socialistas montaran ahora una moción de censura contra Sánchez por el motivo que fuese.

No vamos a analizar las circunstancias por los que los MP o “Miembros del Parlamento” han amenazado a su propia jefa de partido con montarle semejante lío. Podréis encontrar amplia información en cualesquiera de los medios mayoritarios: tan solo mencionaremos que tiene que ver con el embrollo que se les ha venido encima con el BREXIT una vez que las consecuencias del mismo se les acercan. Ya ha habido dimisiones y hasta peligra el puesto de la Primera Ministra May.

Lo que sí vamos a tratar es quiénes son los promotores de una posible moción de censura y hacia quién va dirigida. Ese hecho, el que sean los MP del propio partido de la primer ministra Theresa May quienes estén dispuestos a echar de la presidencia del gobierno a su jefe de partido es un verdadero triunfo para la democracia imposible en estos momentos en España. Quiere decir que los MP (equivalente a nuestros diputados) se sienten aterrorizados ante la posibilidad de perder sus sillones: y es que sus sillones no dependen de Theresa May, sino que dependen directamente de los votantes pertenecientes a los rerspectivos distritos electorales que los eligieron.
Eso es lo que no ocurre en España ni en el resto de Europa (excepto Francia). Aquí y en Europa los diputados dependen de sus jefes de partido, que son quienes los han puesto en las listas y por orden de importancia según intereses personales y de partido: nunca se contemplan los intereses de los ciudadanos. Eso hace que en España los ciudadanos no dispongamos de representantes en el Congreso por mucho que lo digan los domesticados medios de comunicación; y si nadie nos representa, ¿quién va a legislar pensando en nuestros intereses? No tienen porque hacerlo ya que la lealtad de nuestros diputados se debe a sus jefes de partido.

En España y casi el resto de Europa los diputados votarán siempre lo que les digan sus respectivos jefes de partido sin considera a los ciudadanos. En la partitocracia, los ciudadanos no contamos ni contaremos jamás. En cambio, en Inglaterra son los ciudadanos quienes ponen o quitan directamente, y sin intermediarios, a sus representantes en el Parlamento desde sus respectivos distritos electorales. Y por lo tanto, si los ciudadanos se sienten traicionados los MP corren el riesgo de perder sus cómodos sillones y sus prebendas. Incluso, aunque el método inglés no sea completamente democrático, al ser los representantes elegidos en primera vuelta debiéndose por ese motivo solo a sus votantes, y no al conjunto de votantes del distrito electoral; los efectos de acercarse a las reglas reales de la democracia son verdaderamente demoledores en la lucha contra las deslealtades y la corrupción. Para representar a todo el conjunto de votantes se requiere de una segunda vuelta: entonces sí. En la segunda vuelta el MP se debería a la totalidad de los votantes de su distrito electoral.

Ese es el verdadero valor de la representación, que es precisamente el primer paso hacia la democracia.

Mientras los ingleses y los franceses tengan representantes las leyes serán civilizadas porque dicha legislación pertenecerán a la sociedad civil a través de sus representantes. Nosotros no tenemos leyes civilizadas en ese sentido porque las leyes se aprueban desde el gobierno o desde seguramente equipos jurídicos de lobbies y grupos de presión que obedecen a intereses ajenos a la sociedad civil.

El primer paso hacia una democracia de verdad será, por lo tanto, anular la nefasta ley electoral y sustituirla por algo parecido al sistema francés; o como mínimo, al inglés a la hora de elegir representantes desde distritos electorales y bajo el control permanente de los colegios electorales, cuya responsabilidad sería también pagar a los diputados. Los diputados jamás deben recibir nada del Estado pues la separación de poderes obliga a que el legislativo se halle completamente separado del Estado: el gobierno debería tener prohibida la entrada al Congreso, si queremos separar y enfrentar poderes. Con el cambio de la ley electoral bajo esa perspectiva me conformaría porque ese paso demolería las oligarquías que forman la partitocracia para dar paso gradual a una democracia de verdad por medio de ensayo y error, que es como la selección natural actúa en la naturaleza. Al final sería inevitable: hablaríamos de un reglamento para separar y enfrentar los poderes: reglamento que habría de ser recogido en una nueva Constitución durante un periodo libre constituyente.

¡Ah! Entonces sí podríamos hablar de democracia. Mientras hablaremos de otra cosa, pero no de democracia.
Vicente Jiménez

martes, 7 de marzo de 2017

No solo hay esperanza: hay certeza de que los españoles lo conseguiremos


Esto sí son brotes verdes. Foto cortesía de Antonio Novo
Bienvenidos al planeta Tierra: un lugar de cielos azules de nitrógeno, océanos de agua líquida, bosques frescos y prados suaves, un mundo donde se oye de modo evidente el murmullo de la vida. Este mundo es en la perspectiva cósmica, como ya he dicho, conmovedoramente bello y raro; pero además es de momento único. En todo nuestro viaje a través del espacio y del tiempo es hasta el momento el único mundo donde sabemos con certeza que la materia del Cosmos se ha hecho viva y consciente. Carl Sagan, Cosmos

Somos una generación y una especie afortunada. Hemos descubierto un método eficaz y provechoso de llegar al conocimiento. Hemos tomado consciencia de nosotros mismos. Nos relacionamos con otros de la misma especie. También hemos aprendido a relacionarnos y descubierto un método de gobernarnos cuyo objetivo no debería ser enriquecernos ni agotar los recursos del planeta sino conseguir la felicidad. Y cuando hablamos de método nos referimos a método: no a filosofías que se pierden en la especulación, el populismo o las utopías irrealizables, sino a hipótesis que grandes sabios postularon y se comprobaron empíricamente.

El camino hacia la felicidad está siendo muy difícil: desde las agrupaciones tribales prehistóricas hasta los modernos Estados el acceso a esa felicidad está siendo muy duro. Al igual que no todas las especies sobrevivieron y la extinción de los dinosaurios es un claro ejemplo que nos advierte de que ni siquiera trescientos millones de años es garantía de supervivencia en este planeta, muchos métodos de organizar nuestras sociedades se han perdido también en ese difícil viaje de cómo vivir los unos con los otros; o porque se trataban de simples utopías o porque pretendían formas equivocadas o poco justas de organizar las sociedades. Se perdió el sistema medieval, se perdió el sistema aristocrático y se perdieron, por ejemplo, los fascismos al acabar las II Gran Guerra, afortunadamente. Después llegó la Guerra Fría enfrentando al mundo bajo el paraguas de dos superpoderes: EE. UU y la URSS, que finalizó incluso antes de la caída del Muro de Berlín fue la última pérdida en Europa de un sistema social que también falló: el comunista.

Desgraciadamente, todavía quedan algunos focos todavía de ese comunismo en algunos países como Corea del Norte o Cuba, e incluso hay quienes se empeñan en resucitar ese sistema obsoleto y fracasado en nuestra querida España mediante la persuasión tautológica de unos desleales medios de comunicación y el oportunismo de unos siniestros pícaros que lo están promocionando. Aquí pecan todos siguiendo la máxima de Goebbels: si una mentira se repite mucho acaba por convertirse en verdad sobre todo en poblaciones atrasadas. Pero, ¿estamos tan atrasado como para caer en una trampa del siglo pasado? Yo creo que no.

Se ha derramado mucha sangre durante ese trayecto de las organizaciones sociales y las mentes más preclaras de la humanidad fueron allanado el camino para sacarnos de las cavernas: Platón, Aristóteles, Marsilio de Pádua, Hobbes, Maquiavelo, Locke, Hume, Jefferson, Tocqueville y tantos otros son personajes de quienes hemos esbozado unas pinceladas en este blog. Aquellos que lo hayan seguido de vez en cuando se habrán maravillado simplemente con el enorme impacto que puede ejercer el pensamiento de estos genios sobre la forma de organizar nuestra sociedad para conseguir esa felicidad. Hay esperanza porque las cosas ya están pensadas. No necesitamos a ningún mesías con peluquín a imponernos su salvación postiza porque ya sabemos salvarnos nosotros solitos. Por eso somos afortunados: porque sabemos cómo hacerlo. El camino no solo está pensado sino comprobado en la práctica. Hay que corregir errores por las variables extrañas que han intervenido a causa de grupos de presión, financieras, etc; pero existen factores de corrección que proporcionarían no las personas sino el sistema.

Por lo tanto hay esperanza para muchas cosas: hay esperanza de que las universidades no estén en manos de equipos mafiosos con tarjetas negras y que las mejores mentes de nuestro país puedan desarrollar sus proyectos en investigación y desarrollo sobre los que cobran por no presentarse al trabajo y presentar trabajos que ya habían sido entregados. Hay esperanza de que se valore el talento: el verdadero talento sobre la mediocridad más oscura. Hay esperanza de que esta sociedad sea capaz de poner en su sitio a tanto anodino; yo creo que sí. El mediocre solo tiene un camino para triunfar sobre el talento: la corrupción y el engaño. Hay esperanza de que triunfe el talento sobre la corrupción.

Hay esperanza de que el pueblo llegue a saber qué es la democracia porque tiene derecho a saber qué es la democracia, pero la de verdad. Hay esperanza de que los medios de comunicación sean honrados y realicen una labor informativa y por consiguiente pedagógica para el pueblo español, además de entretener. Hay esperanza de que esos medios primero aprendan ellos qué es la democracia porque no lo saben y después sepan transmitirla para que la sociedad civil sea incapaz de vivir sin ella. Cuando el pueblo español conozca qué es la democracia formal no habrá poder ni fuerza en este mundo que pueda arrebatársela. Ni siquiera todos los populistas que salgan cada día predicando sus evangelios postizo y burdas mentiras.

Hasta ahora no ha ocurrido, pero todavía queda esperanza. ¿Y de dónde viene esa esperanza? La democracia, tal como apuntaba Tocqueville, es un proceso inevitable y además ese estadio no sería el último, decía el gran filósofo-científico social. Tocqueville no formulaba teorías: tomaba apuntes de campo y datos empíricos y los sometía a un riguroso proceso antes de concluir nada. En su genial obra La Democracia en América demostró que las teorías de los grandes filósofos antes mencionados habían sido llevadas a cabo, y sin proponérselo, por unos rebeldes que desconfiaron del poder descontrolado porque habían sentido su yugo y se deshicieron del mismo. Para que nadie sufriese lo mismo otras de las mejores mentes rebeldes no se apoderaron de ese poder sino que los separaron y además los enfrentaron. Buena táctica: que un poder se enfrente a otro y nos deje a nosotros dormir tranquilos.

Seguramente la democracia formal después de establecida (eso es inevitable no solo para España sino para todos los pueblos occidentales) sufrirá mutaciones que la mejoren como ocurre con los seres vivos; y así lo decía Tocqueville antes de que Darwin llegase a publicar nada. Dos genios que supieron tomar e interpretar datos. Dos genios que vieron con los ojos de un genio aquello que los demás somos incapaces de ver aunque lo tengamos delante. Tales de Mileto (624 a. C – 547 a. C) vio un palo y no lo utilizó como hacían todos los demás para pegarle un garrotazo o lanzárselo a nadie en sus guerras sino para medir la altura de una pirámide a partir de la longitud de su sombra y el ángulo del Sol sobre el horizonte. Los demás veían un arma y Tales vio un instrumento de precisión para medir la altura de una pirámide. Este método se utiliza hoy en día para determinar la altura de las montañas de la Luna. Tales se adelantó trescientos años a la geometría de Euclides que enseñamos hoy en las escuelas y que utilizamos en nuestros cálculos de ingeniería y mecánica. Esos son los genios. Y ese es el talento. Personas con ese talento descubrieron poco a poco lo que hoy podemos utilizar para alcanzar la felicidad en nuestra forma de organización social. Hay esperanza de que el talento de la medida triunfe sobre la mediocridad del garrotazo porque es una cuestión de determinismo. Y si eso ocurre hay esperanza de que el esfuerzo se premie y se reconozca y aplaste a la picaresca y la corrupción. Pero esa esperanza no puede basarse en buenas intenciones como pretenden unos advenedizos que han irrupmpido en el paisaje político, sino en método. El método es la clave. La democracia formal es la clave

Si una mutación es mala es un cáncer, si se desarrolla el organismo no sobrevive. Considero la partidocracia como una mutación mala que jamás se acercó a la democracia aunque sí respete las libertades individuales. En eso está mucho más avanzada que el comunismo que no respeta ninguna libertad. Considero a los que intentan convencernos de que son nuestros nuevos mesías otra mutación maligna que no solo no respetaría las libertades colectivas que deseamos alcanzar sino que también destruirían la libertades individuales que tenemos. Un cáncer lo destruye todo: mata al organismo si éste no reacciona y destruye al cáncer.

Pero cuando la mutación es buena el organismo sobrevive porque se adapta al medio mejor que sus antepasados y prevalece. Hay que mutar a la democracia formal para que la esperanza se convierta en certeza. Certeza de que en en España los profesores dejen de adoctrinar siguiendo las ruines consignas de sus jefes políticos para dedicarse a enseñar, y la vocación del conocimiento triunfe sobre la mediocridad de las bajas pasiones. Los profesores deben difundir conocimiento y no ser correas de transmisión de políticos mediocres con aspiraciones ruines. Enseñar y curar son trabajos vocacionales porque no estás trabajando con tuercas que después puedes rechazar en un frío y eficiente proceso industrial de calidad: estás trabajando con seres humanos en proceso de desarrollo para la vida adulta. Eso del rechazo de piezas defectuosas pertenece al fascismo y fracasó, No nos sirve. Los niños son esponjas curiosas ansiosas de absorber conocimientos, son inteligentes, inquietos, artistas natos y cada uno de ellos con capacidades distintas y un hambre insaciable de aprender si nadie se dedica a malformarlos y abortar ese maravilloso proceso. Hay certeza con la democracia formal de que dejen ejercer a los maestros como maestros y a los médicos y personal sanitario para prevenir y curarnos porque nuestros recursos se invierten en sanidad e instrucción. Hay esperanza de que los Estados no controlen a los ciudadanos y dejen el peso de la educación a los padres y la familia y el de la instrucción a los colegios; aunque estén interrelacionados porque toda persona es mucho más que el resultado de una educación y una instrucción. Los regímenes totalitarios se apoderan de los niños para adoctrinarlos: hay esperanza y certeza de que ello dejará de ocurrir en algunos lugares de España.

Hay esperanza y certeza de lograr todas estas cosas y muchas más; de conseguir todavía más porque nunca nos conformaremos. Por eso decía Tocqueville que no todo quedaría en la democracia sino que evolucionaríamos a más, a pesar de los cánceres. A pesar de las mutaciones malignas.

Igual que para acercarnos a la verdad con mucha aproximación fuimos capaces de descubrir el método científico los españoles seremos capaces de conocer el método científico de la democracia formal. Y ese método está ya en marcha porque se puede desarrollar a partir de una unidad como cualquier otro método científico que tiene su unidad. Tirando del hilo de la unidad el proceso científico es imparable: la democracia formal es imparable porque ya tenemos esa unidad y es el humilde distrito electoral; pequeño, con un representante surgido por mayoría absoluta, a doble vuelta si fuese necesario, para proponer las leyes de parte de los ciudadanos de ese distrito. Un representante que estará presente por nosotros y que puede ser sustituido fulminantemente en caso de deslealtad. A partir de ahí se monta el edificio de la democracia formal. Imponente. Bello. Impresionante. Esperanzador. Inevitable...

Vicente Jiménez

jueves, 5 de noviembre de 2015

Fuera de juego democrático


Resulta peculiar observar cómo tras repetir una misma mentira muchas veces ésta parece terminar convirtiéndose en verdad, especialmente para aquellos cuya credulidad infantil raya en esperar la visita de los reyes magos. Puede que los mismos que urdieron las fabulaciones acaben también por creerse sus propias mentiras. La zarabanda nacionalista orquestada no solo por los interesados sino también por los medios martillean a unos atónitos españoles con la zanahoria de que España está cada vez más en una situación de jaque mate y que Cataluña se separará de nosotros como un trozo de iceberg a la deriva. Pero la cruda realidad es que nadie está jugado al ajedrez democrático, porque el ajedrez tiene unas normas concretas que no pueden cambiarse. Si las cambiáramos estaríamos jugando a otra cosa, pero no al ajedrez; y esta es la situación en la que nos vemos. Ni el gobierno español ni el catalán están jugando con las normas de la democracia a las que tanto apelan. Para unos el alfil en esta partida es la ley. Pero un alfil se mueve en el tablero del ajedrez en diagonal y no puede saltarse ninguna ficha. Como los que pretenden basarse en la ley de la Constitución no pueden hacerlo porque para que el alfil de la constitución exista debe reflejar cómo va a ser representado el ciudadano y cómo deben establecerse la separación de poderes según el Art.16 de los Derechos del Hombre y del Ciudadano de 1789. Busquen Vds. en nuestra constitución esos poderes que no solo deben estar separados sino enfrentados y vigilantes en perpetua tensión los unos contra los otros a ver si están contemplados en algún lado. En cambio, escuché acertadamente en una conferencia a A.G.Trevijano denominar a nuestra constitución como una ley fundamental de partidos pertenecientes al estado. Según las normas de la democracia formal los españoles carecemos de representantes, de separación de poderes y por el art. 16 de los derechos del hombre, de constitución.

Para los nacionalistas el panorama para poder apelar a la democracia es todavía peor: aquí alfil se mueve ya como un caballo desbocado. Así el nacionalismo no tiene reglas democráticas, las poca que pretende tener se las inventan y luego ni siquiera cumple con esas mismas reglas. La democracia a la que tanto apelan y eso de que son "la veu del poble" es una de esas fábulas reiterativas, que para ellos acaba por convertirse en verdad.

En primer lugar, parten con la misma mochila no democrática que todos los gobiernos de esta llamada democracia. El voto de un ciudadano de uno de esos pueblos de la Cataluña profunda donde la manipulación de los nacionalistas ha incidido más virulentamente vale muchas veces más que el voto de otro votante de l'Hospitalet o de Badalona o Sant Feliu, contrarios a la secesión. 

Total, que en la no democracia de los repartos proporcionales los separatistas ganan por goleada; pero si se aplicase democracia de verdad se contarían los votos a favor y en contra como en cualquier plebiscito democrático que se precie. Entonces, el supuesto argumento de que están obedeciendo la voz del pueblo no dejaría de ser una mentira más porque el NO a la secesión gana por goleada. Aquí el alfil negro no se mueve ya como un caballo desbocado sino como le da la gana. Como las movería un niño de tres años; incluso fuera del tablero.

Y a todo esto, el pueblo se halla completamente desinformado creyéndose mentira tras mentira.Y peor: creyendo que por votar hay democracia.

Y ¿cómo se explica este fenómeno de manipulación masiva? Es evidente que somos seres manipulables. Simplemente se trata de una de las formas en que nos trabaja el cerebro cuando recibimos información. Podemos observar la facilidad con la que un niño es capaz de manipular a sus padres y sabemos cómo un médico o un psicólogo nos pueden inducir hacia la cura, o interpretar un problema mediante una serie de preguntas, redirigiéndonos hacia otro punto de vista beneficioso para nosotros. La policía también utilizan las mismas técnicas para descubrir la verdad sobre un delito. Y cómo no, los políticos eficientemente asesorados por hábiles ingenieros sociales enmarcan sus mensajes de forma que tengan un alto impacto en la población y puedan dirigirla en función de sus objetivos; a veces para bien y otra para mal del pueblo; como en este caso que nos ocupa. Los manipuladores son los únicos con acceso al tablero y manejan la información, que por algo llamamos "información privilegiada". Ajenos al tablero estamos nosotros, que recibimos esa información, si es que lo hacemos, tratada, filtrada y sesgada. Se trata de ver cómo nos podemos asomar nosotros, aunque sea sólo para echar un rápido e incompleto vistazo en esta peculiar partida con más probabilidades de acertar.

¿Cómo nos podemos defender contra la manipulación cuando ésta tiene como objetivo llevarnos a donde de buen grado no hubiéramos caminado jamas? En castizo “llevarnos al huerto”…

Está claro que mediante una educación e instrucción libre alejada de adoctrinamientos. Si existen una bala de plata contra la bestia, la manipulación o ingeniería social, cuando ésta tienen como objetivo perjudicarnos, es la educación, la información veraz y el contrastante de ideas mediante el debate.

¿Cómo consiguen convencernos para llevarnos a donde jamás hubiésemos ido por voluntad propia? Unas veces, por ejemplo, creando un estado de pánico y ansiedad donde aparece una figura salvadora. Otras, creando un clima de confianza y otras esperando a que la víctima baje la guardia. Este tipo de actuaciones reciben el nombre de vectores.

Para Cristopher Hadnagy, una víctima propiciatoria está siempre sujeta a la influencia dada por la siguiente ecuación: pretexto + manipulación + ambición, codicia, premio … =Ingeniería social

Un ejemplo muy fácil de entender, donde se darían todos estos elementos es en el “timo de la estampita”, o en cualquier otro. La víctima siempre se pone una venda de forma inducida, y pica ...

Nuestro gran error es creer que estamos a salvo, que somos demasiado inteligentes para que nos manipulen, o en este caso nos timen. Hadnagy, junto a otros dos expertos, conducían un delicioso y didáctico programa tipo “reality show” en la BBC, donde se ejecutaban toda clase de timos reales a personas normales y corrientes; y se recogía todo el proceso mediante cámaras ocultas. Es increíble lo bien planificado y cómo manipulan a la víctima para que les diese, digamos, el pin de su tarjeta o un maletín de diamantes:

"Dame a alguien que se crea a salvo de la ingeniería social y será una víctima fácil y segura …" - solía decir Hadnagy.

Al final, explicaban dónde estaban nuestras debilidades, cómo actuaban sobre ellas los timadores (qué vectores utilizaban) y cómo defendernos ante estos ataques; y todo acababa bien para las víctimas, que habían aprendido una buena lección. Seguro que ya estaban vacunados contra ese timo, para siempre, y sólo les había costado un buen susto.

Si esto lo pasamos al ámbito de la política, podremos comprender cómo este tipo de formación llega sólo a los expertos, y lo importante que es tener una idea, por lo menos, de los vectores que se utilizan.

El peligro en una asamblea o en la misma democracia está en la manipulación. En mi opinión, nos iría bien categorizar esas ideas sueltas que tenemos, esas intuiciones... La verdad está ahí afuera para el que se atreva a enfrentarse a ella y el monstruo puede ser derrotado.
 

Mientras, en el oasis catalán para Manel, Pepe y Ricard el único problema y la única conversación es lo de la autonomía; y por supuesto no hay recortes, ni familia Pujol, ni paro, ni 3% (que más quisiéramos que hubiese sido solo el 3%) y jamás hemos tenido gobernantes mejores donde todo vaya mejor. Asín es.

  Vicente Jiménez 


sábado, 10 de octubre de 2015

Diferencia entre representación y representatividad


Representar significa “estar presente” por alguien en particular o por un grupo cuando los interesados no pueden asistir a un acto; como cuando, por ejemplo,  damos poderes a una persona de confianza ante notario para que esté presente por nosotros al recibir una herencia. Otro ejemplo sería el de un abogado litigando en un juicio por los intereses de cinco mil trabajadores. Es decir: la representación puede ser de uno a uno o de uno a muchos.

Tanto en el caso del abogado como en el de quien recibió un poder se especifican muy bien cuáles han de ser las directrices que dichos representantes  han de seguir: puede que el representante tenga que tomar decisiones y consultar a su representado en algunos momentos. Estas especificaciones jamás son abstracciones ni simbolismos: se refieren a actuaciones concretas.

Una vez aclarado que representar es “estar presente” por otra persona o un grupo de personas y ya tenemos claro qué es la representación, pasemos a la representatividad.

Pues bien, si ese conjunto de actuaciones corresponden a los intereses comprometidos hacia el representado, el representante tendrá representatividad hacia sus representados (cumple con lo prometido). Nuestros representantes han de ser los diputados en el Congreso. Si quien nos representa juega a regalar nuestros intereses a otra persona o grupo, entonces cae en una deslealtad hacia nosotros, sus representados, y el representante carecerá de representatividad hacia ese representado.

Como quien elige a los futuros diputados es quien los mete en las listas que luego acaban en las urnas cuando haya votaciones – se vota, pero no se elige – resulta que estos nombre deberán lealtad a quien(es) los haya inscrito en la lista: deberán mucha más lealtad dependiendo del orden que ocupen en la lista. Así que el diputado representará a su jefe de partido.

Una vez acabada la simulación de elecciones democráticas quedará el día a día;  y es entonces cuando lo que toma importancia es la representatividad del político hacia quien lo ha elegido. Es evidente que los beneficios de esa representatividad recaerá sobre el jefe de partido y no sobre los votantes, meros comparsas que creen vivir en democracia. La falta de representatividad de los políticos respecto a los intereses de los ciudadanos provoca la conocida desconexión entre el político y sus no-representados. Por eso nosotros tenemos la impresión de que viven en otro mundo. Así que amigos, olvidaos de vuestros intereses. Nadie se preocupará por ellos.

Pero este sistema partidocrático es un arma de doble filo porque también debilita el poder de Estado. Es evidente que el gobierno no está verdaderamente respaldado por el pueblo, ya que carece no solo de representación de los ciudadanos sino también de representatividad. Este vacío de poder es aprovechado por otros grupos oportunistas que se encuentran cobijados y con una verdadera patente de corso para actuar sin consecuencia alguna por saltarse unas leyes cuyo gobierno carece de poder para imponer: antisistema, nacionalistas… Da igual las leyes que se salten: sean por desobediencia a los tribunales, sedición...

¿Vosotros creéis que los nacionalistas, por poner un ejemplo, podrían ni siquiera mover un solo pelo en un lugar como Francia? ¿Es que su gobierno es mejor o tiene más agallas? No amigos, la respuesta está en que en Francia si hay casi democracia (excepto cuando el nuevo presidente recién elegido por el pueblo pide permiso a la cámara para recoger el cargo– ya que legislativo y ejecutivo no han de juntarse nunca –). La democracia casi perfecta de Francia es la que da el verdadero poder al presidente y su gobierno. Ese poder es el que mantiene a raya a los nacionalistas que puedan haber en Francia. Así que el auge del nacionalismo en España no depende de la debilidad de un gobierno concreto sino de la debilidad del mismo sistema partidocrático (partidos pertenecientes al estado y no a los ciudadanos).

 Vicente Jiménez

viernes, 25 de septiembre de 2015

Periódicos sin gobierno o gobierno sin periódicos


Jefferson

"Yo mismo estoy convencido de que el mejor ejército siempre estará constituido por el sentido común de la sociedad civil. Podrán desviar al pueblo un momento, pero no para siempre. Las personas son los únicos censores de quienes les gobiernan: e incluso sus errores (los del pueblo) servirán para mantenerlos (a los gobernantes) dentro de los verdaderos principios de su institución (democracia formal). Castigar estos errores con demasiada severidad sería suprimir la única salvaguardia de la libertad pública. La manera de prevenir estas interposiciones irregulares de la gente es darles información completa de sus asuntos a través del canal de los documentos públicos, y de idear que esos documentos deben penetrar en toda la masa del pueblo. Ya que nuestra forma de gobierno está basada en la opinión pública, nuestro principal objetivo debe ser mantener ese derecho; y si dependiese de mí decidir si deberíamos tener un gobierno sin periódicos o periódicos sin gobierno, no vacilaría un instante en preferir lo último. Pero debo decir que todo hombre debe recibir esos papeles y ser capaz de leerlos". Thomas Jefferson 1
Cuando Jefferson en 1789 concluye que si tuviese que elegir entre un gobierno sin periódicos o periódicos sin gobierno elegiría la segunda opción, no enuncia este principio de forma baladí. Claro está, que dicha máxima se sustenta en solidas bases democráticas,  la honestidad hacia el pueblo y el del más puro patriotismo. Su discurso se fundamenta en que es el pueblo quien debe reafirmar o revocar al político, y si el pueblo se equivoca este hecho incluso reafirma el sistema de la democracia. Para que el pueblo no se equivoque a la hora de tomar decisiones debe recibir por, parte de los medios de comunicación la  verdad, toda la verdad y nada más que la verdad. Si las premisas son buenas el pueblo empleará el mayor de los sentidos comunes al tomar todo tipo de decisiones en caso de consultas, juzgar o elegir a sus representantes, o echarlos en caso de deslealtad hacia el pueblo.

Pero si la información ha de llegar a todos los rincones y hasta el último ciudadano de forma veraz y entera es el momento de hacer entrar las inteligentes observaciones de Tocqueville en su Democracia en América cuando manifestaba su asombro de que el gobierno de EE UU fijaba mucho su atención en que todas las comunidades americanas, por pequeñas que fuesen,  tenían su escuela; y la importancia dada a que todos los niños aprendiesen a leer y escribir y recibir una enseñanza pública a costa de los presupuestos del Estado. En cambio, la enseñanza superior ya debía ser pagada por los propios ciudadanos, si querían recibirla. Efectivamente, los periódicos ha de llegar a todos, pero todos ciudadano norteamericano debía saber leer y escribir con fluidez. Pero ante todo, y lo más importante, viene dado en el objetivo final: keeping the govenment in check; (mantener al gobierno controlado por parte del pueblo). Esto lo escribe Jefferson desde Europa perteneciendo al gobierno de los EE UU la víspera del día en la que estallaría la Revolución Francesa. Jefferson observa lo que está pasando en Europa y teme que se den las mismas circunstancia donde la sociedad la encuentra dividida en indefensas ovejas (el pueblo) devoradas por lobos (el gobierno)

Cuando comparamos la información veraz como un componente irrenunciable de los inventores de la democracia con la degeneración que estamos recibiendo tenemos una prueba más de la ausencia de las normas más elementales de la democracia en nuestro sistema de partidos. Los  bochornosos dislates que se escuchan en las tertulias televisivas y radiofónicas, los artículos cuyos titulares caen ya por el peso de la falsedad en la más bochornosa de las ignominias son el espejo del sistema de partidos. El gran engaño de que ir a votar es un ejercicio democrático per se crea un espejismo fatal en unos ciudadanos totalmente alienados. Ciudadanos sometidos constantemente a la gigantesca presión de un ejercicio de cinismo llevado a cabo sistemáticamente por unos medios al servicio del poder y no de los ciudadanos se aleja del principio de información por y para la democracia que propugna Jefferson.

En esta melé no nos queda claro si son los medios de comunicación y demás lobbies los verdaderamente poderosos o todo forma parte de la misma maraña. 

Ora ensalzan en un tiempo récord por generación espontánea a un personaje que se une a la casta que critica, ora crean nuevas naciones sacadas de la manga.

No es verdad que la verdad luzca y venza siempre con luz propia. La verdad tiende a fracasar y cuesta un inmenso esfuerzo y trabajo sacarla de las cavernas donde la esconden los corruptos. A falta de hombres de estado como Jefferson, somos nosotros, los ciudadanos, los que debemos airearla.

Vicente Jiménez




(1) I am persuaded myself that the good sense of the people will always be found to be the best army. They may be led astray for a moment, but will soon correct themselves. The people are the only censors of their governors: and even their errors will tend to keep these to the true principles of their institution. To punish these errors too severely would be to suppress the only safeguard of the public liberty. The way to prevent these irregular interpositions of the people is to give them full information of their affairs thro’ the channel of the public papers, & to contrive that those papers should penetrate the whole mass of the people. The basis of our governments being the opinion of the people, the very first object should be to keep that right; and were it left to me to decide whether we should have a government without newspapers or newspapers without a government, I should not hesitate a moment to prefer the latter. But I should mean that every man should receive those papers & be capable of reading them. Thomas Jefferson

QUOTATIONS ABOUT LIBERTY AND POWER: A Collection drawn from the Library of Liberty





















jueves, 16 de julio de 2015

La tomadura de pelo del tercer rescate a Grecia


Quienes conozcan este blog se habrán dado cuenta de que no suelo hablar de política, sino de las herramientas necesarias para analizar la política y poder comparar lo que hay con lo que debería haber;  pero ante la tomadura de pelo del tercer rescate a Grecia no puedo resistirme a la tentación de romper mi propia norma, coger el lápiz carbón y esbozar algunas líneas sobre el tema. Terminar el dibujo se lo dejo a Vds.

En este circo ha habido de todo: payasos, equilibristas, ilusionistas, policía bueno, policía malo.., solo tiene que escoger el personaje y colocarle su correspondiente etiqueta. El caso era colarle a los Europeos de la Eurozona que tendríamos que pagarles a los griegos no uno ni dos, sino tres rescates. ¡Ay la Europa lanar toda ella tan socialdemócrata! Con distintas etiquetas pero socialdemócrata al fin y al cabo. Ya lo vaticiné: ni unos se atreverían a marcharse ni los otros a echarla. 

El “greixit”, ese término tan tontorrón que se inventaron simplemente para designar “Greece Exit” o salida de Grecia en inglés zumbaba como un abejorro que jamás se posaría en ningún lugar porque la pista de aterrizaje ni se contemplaba. Para que ello ocurriera también comenté que en Europa deberían existir verdaderos hombres de estado capaces de tomar decisiones. Todo se queda en las formas, pero el contenido sigue siendo tan vacío como la misma socialdemocracia. El montaje del policía bueno y malo sí que es una jugada maestra para engañar a los lanares. Un Tsipras versus una Merkel colocados polisémicamente como signos lingüísticos opuestos. De quien sea el bueno o el malo depende de si los lanares se creen conservadores o progresistas en Europa, o de derechas o de izquierdas en la Epaña cainita. El caso es que las formas se han cuidado con una exquisitez que ya quisiese yo para resolver los problemas reales. Tsipras y sus acólitos presentan  a  Merkel como un enemigo a abatir que los han vuelto a invadir en una especie de Segunda Guerra Mundial bis, virtual. Para eso tuvo la propaganda mediática lanar subvencionada librando la batalla por él. Para los griegos el pobre Tsipras ha hecho todo lo que ha podido por salvar el “honor y dignidad nacional”.

La niebla: cortesía colección Antonio Novo

Lanares griegos, apretaros el cinturón que vais a pagar caro los excesos de las oligarquías que han causado todo esto y a quienes nadie se atreve a derribar, porque como no fuese con una revolución sangrienta no habría forma: la oligarquía es el más estable de los sistemas políticos. La otra solución incruenta e inteligente sería lograr una Europa democrática y no una partidocrática y oligárquica. 

Eso sí, amigos griegos lanares, tenéis a vuestro campeón de opereta que “consulta al pueblo” (después del bombardeo mediático) y  elecciones nuevas en el mismo paquete. Se va a enterar esa Merkel de quienes somos los griegos: ganaría Tsipras otra vez porque volveríamos a votar contra el invasor de la Segunda Guerra Mundial: la Merkel. Nada une más que el enemigo común. Por otro lado, lanares de la unión europea, tampoco os salvareis de la quema: vais a seguir pagando los excesos no solo de las oligarquías que os corresponden sino que también pagaréis los excesos de las ajenas, como el cornudo que encima pone la cama. Más bombardeo mediático garantizado.., hay que ser solidarios y salvar a Grecia, mantenerla heroicamente en el euro, bla, bla, bla. De que paguen los verdaderos culpables nadie dice ni "mu". Son ellos los que deberían sufragar la crisis porque además son los que tienen el capital y los medios. Cuando los poderosos quieren algo mueven los hilos correspondientes en cuestión de segundos y lo consiguen. El pueblo, al carecer de representación surgida en el origen de la sociedad civil no puede lograr nada; pero le montan una consulta, eso sí.  
Pero así como el mundo gira y gira la rueda también gira y gira y las oligarquías seguirán robando a mansalva y nosotros seguiremos pagando sus excesos. Los progres salvamundos continuaran  quedándose en las formas y su infinita mediocridad; ya sea enseñando las tetas en una iglesia o bien meándose como un perrito en la puerta de Branderburgo para que "aprendan esos alemanes". Se van a enterar la Merkel y los de la Troika, debió "pensar" la meona progre de la foto en las redes sociales; pero mientras, las oligarquías mediáticas, financieras y políticas saben que nadie les meterá mano en Europa porque los partidos de Estado, esa base donde todos se apoyan cómodamente seguirán incrustados en el Estado, seguiremos sin verdaderos hombres de Estado elegidos por el pueblo y con el poder para tomar decisiones de verdad que le ofrece el juego democrático de mayorías y minorías, y los ciudadanos seguirán sin verdaderos representantes surgidos directamente del pueblo y no de los partidos.
Vicente Jiménez

Nota: tal como bien me ha apuntado el amigo , al referirme a Europa estoy apuntando hacia la Unión Europea.Esa cuestión ha quedado corregida en esta segunda versión. Agradezco su apunte.

sábado, 21 de febrero de 2015

Papel del gobierno, de los funcionarios y los legisladores.


 
Fuente http://www.diariorc.com/

¿Os imagináis un partido de fútbol donde el reglamento no estuviese claro? Imaginad las infinitas tensiones si el árbitro o el delantero mezclaran sus funciones con las del portero en una final. Eso es lo que ocurre en la política.

Alfonso Guerra dijo con todo el cinismo que Montesquieu había muerto cuando en realidad jamás vivió entre nosotros, por lo tanto jamás tuvo la oportunidad de morir en España cuando ni siquiera había pasado por aquí. Pero nos robaron la ocasión de haberle invitado a morar entre nosotros durante la transición, que habría sido el momento apropiado. Quien tuvo la genialidad de inventar la separación de poderes para que el poder ejecutivo controlase al legislativo casi en un sistema mecánico de pesos y contrapesos en el uso del poder puso coto a la corrupción al evitar el abuso del poderosos. Su obra El Espíritu de la Leyes ofrece el marco de referencia casi de mecánica newtoniana de cómo separar los poderes.

Cada poder tiene su función. Si no hay separación de poderes no hay separación de funciones y cuando unas funciones se mezclan con las otras entonces surge un sistema preparado por la corrupción para perpetuar la corrupción. Eso es lo que nos ocurrió durante la transición: que nos la colaron doblada.

Cabría preguntarse si es que fuimos tontos ¡Qué va! Eramos un país narcotizado sin cultura política que intentaba salir de un régimen dictatorial donde estábamos acostumbrados a decir amen a todo y la población tenía la misma cultura política que ahora: es decir, ninguna. Recordemos el eslogan Franco 25 años de Paz donde todos los españoles votaron SÍ a Franco, puede que eso no lo sepáis. Así que en la transición dijimos que sí a lo que nos pusieron por delante, como siempre habíamos hecho. Lo de la resistencia a Franco de la población es un mito que se han inventado para tapar la continuidad de un sistema de oligarcas, pero esta vez con el añadido de una inmensa corrupción financiera. Me río de todos esos que dicen haber luchado contra Franco: con tanta gente en contra lo habrían derrocado de ser cierto.

Quienes inventaron nuestro presente estado de partidos, que no democracia, sí sabían lo que hacían y se sacaron y repartieron autonomías de la manga para regalar cargos y funciones a tutiplen, tantos como quisieran y colocar a los suyos: la mediocridad y falta de valores al poder. Lo que surgió funciona gracias a la corrupción y ningún partido nuevo o viejo todavía quiere ser consciente del alcance del drama que origina el sistema que aceptan ciegamente por ignorancia los bienintencionados y por corruptos los que se aprovechan. Aquellos políticos cuyas intenciones son buenas confunden la política con la democracia: es decir, el juego con el reglamento que debe tener todo juego. Si el motor del coche no funciona no vas a ninguna parte por muy buenas intenciones que tengas. Sin reglamento no hay fútbol. Sin una constitución que sirva exclusivamente para reglamentar la separación de poderes no hay democracia.

Es imperativo que los españoles ( y casi toda Europa) sean conscientes de ciertas realidades desconocidas para la gran mayoría a causa de la gran desinformación a la que la masa es sometida por parte de los medios de comunicación también por ignorancia o conveniencia:

Primero que el Estado lo forman los funcionarios y el gobierno. El gobierno está para salvar al pueblo de las crisis y de cualquier peligro inesperado que surja: de lo imprevisto. El gobierno tiene que saber tomar decisiones difíciles sobre la marcha según sea el peligro que nos amenaza. En cambio, los funcionarios están para hacer funcionar todo aquello que ya está previsto y reglamentado: desde que te detenga la policía si eres un delincuente hasta que sigas el circuito previsto de análisis de sangre y un tac hasta llegar al médico o el colegio al que le toca ir a tu hijo. Unos para lo imprevisto, otros para lo que ya está previsto. Pero lo que hay que exigir es que gobierno y funcionarios cumplan nada más que sus funciones. Por lo tanto, si seguimos las pautas o reglamento de separación de poderes lo que no puede hacer nunca el gobierno o un funcionario es legislar.

El reglamento (democracia) de la separación de poderes exige que el presidente del gobierno y los ministros debieran tener prohibida la entrada al Congreso ya que al no poder legislar allí no pintan nada. La presencia de un miembro del gobierno o del presidente en el Congreso de Diputados es un anacronismo. Es como si apareciese para legislar en ese lugar un domador de leones, un payaso o un árbitro de fútbol sin haber sido elegidos.

La Nación si debe legislar pero nunca gobernar porque también estaríamos mezclando funciones y tampoco sería democracia. Ese disparate que dicen algunos de gobernar mediante asambleas es una  necedad y una gran mentira porque ese sistema no sirve para un gran Estado moderno ¿Cuarenta y dos millones de persona poniéndose de acuerdo a la vez para tomar una determinación rápida sobre un problema urgente que ha salido? Pura charlatanería como Cantinflas, pero sin la enorme inteligencia del gran actor humorista.

Con la representación surgida del distrito electoral el ciudadano sí tiene el control de la legislación. Pero incluso así, no se le puede dar a todos esos representantes de distrito (uno por distrito electoral) el inmenso poder de promulgar leyes y darles carácter coercitivo. El representante de distrito (Cámara de Representantes) propone las leyes según ordenes de sus electores (de ahí el mandato imperativo) y otra cámara surgida de la primera  votados sus componentes y escogidos entre los que mayor conocimientos jurídicos, etc, tengan: pasan al Consejo de Legislación. El Consejo de Legislación recibe las propuestas y se produce el milagro cuando todo está bien atado: la transmutación de agua en vino donde una propuesta de un grupo de ciudadanos recogida por parte del representante de un distrito pasa por un circuito democrático y se convierte en Ley. Esa ley se publica en el boletín oficial de la Nación, ya que el Consejo de Legislación representa a la Nación mientras que La Cámara de Representantes representa a los ciudadanos. La sabiduría popular lo resume en cada mochuelo a su olivo: cada uno a su casa, o en nuestro caso, cada función a quien le toca realizarla y no mezclemos funciones ni poderes.

Vicente Jiménez



jueves, 15 de mayo de 2014

¿¡ Qué es eso de una utopía !?



Tomás Moro 1527 Holbein (Wikipedia)
Los hombres de nuestros días tienen más elementos de juicio y visión científica que los de hace, digamos, dos siglos para establecer una democracia. Toda democracia requiere que los poderes legislativo y ejecutivo estén no solo separados sino enfrentados y vigilándose entre sí. También es posible buscar métodos para que el deseo del pueblo sea obligatoriamente recogido por los legisladores de forma que la sociedad civil esté representada; es decir, que el legislador esté presente físicamente por ese ciudadano y no haga lo que le dé la gana sino lo que el ciudadano quiere. Por otra parte, tenemos el poder judicial que políticamente es casi nulo: todo tal como apuntaba Montesquieu. Esas son las reglas de la democracia formal con las que queremos jugar: reglas ocultadas por los medios a los ciudadanos de Europa. Esas normas no son ideológicas sino que su finalidad es alcanzar la mayor felicidad posible para la mayor cantidad de ciudadanos posibles.

Las normas de la democracia formal permiten objetivos prácticos y no quimeras. Es que a la que el ciudadano vea que la ha pifiado no volverá a proponer lo que sea que haya propuesto: tendrá más cuidado con los deseos porque los deseos se consiguen. Así, en una democracia formal todos vamos aprendiendo poco a poco sobre lo que deseamos y el precio a pagar por los mismos, porque es que lo consigues y puedes salir trasquilado. Esa es una responsabilidad con la que tendremos que lidiar y de ahí el miedo a la libertad: sanidad para todo el que llegue de fuera y por la cara..., por ejemplo. Bueno..., vale; pero luego al pagar la factura de otro no te quejes...

Las quimeras quedan para las ideologías. Un pobre idealista está condenado de antemano a arrastrar una vida de frustración: toda una cadena perpetua sin permisos domiciliarios. El motivo es evidente; las ideologías no dejan de ser utopías: es decir, lugares que no existen en este universo. Las ideologías no se pueden alcanzar nunca y el idealista anda siempre cabreado...

A pesar de la coincidencia con la idea del ciudadano perfecto gracias a la ciudad perfecta de la República de Platón, fue Santo Tomás Moro quien planteó, por primera vez, el concepto de u-topos, es decir; en ningún lugar. El autor de Utopía, Tomás Moro, fue ministro del rey Enrique VIII de Inglaterra y ejecutado por este soberano al no doblegarse ante los deseos del monarca que ordenó la escisión con la Iglesia Católica. Enrique impulsó una reforma religiosa para dar vía libre a sus apetitos carnales y de poder (ver 1ª temporada Los Tudor, serie de TV).

El rey Enrique pasó de ser nombrado Defensor de la Fe Católica por el Papa León X (1521) a quedar excomulgado y considerado hereje por el Papa Pablo III, al nombrarse a sí mismo Jefe Supremo de la Iglesia Anglicana y romper con Roma. Tomás Moro no aceptó el cambio de fe que su monarca le imponía y fue ejecutado por ello; y más tarde, santificado por el sacrificio que hizo por su fe.

Lo que intenta describir Tomas Moro en su Utopía es la ciudad y la sociedad perfecta. Una novelita escrita en latín (la lengua franca del s  XVI) que empieza en forma epistolar intercambiando correspondencia con un tal Giles. Giles y More son personajes reales que entran dentro de la trama novelesca a través de las cartas que se intercambian y donde se nombra, como si fuese real, al personaje ficticio de Hythloday. Hythloday guía a Moro en su viaje turístico por la isla de Utopía. El mismo nombre de Hythloday significa vendedor de cuentos sin sentido. Hythloday le trae buenas noticias a Moro sobre una isla donde existe una sociedad ideal que es la que se describe en Utopía. Aunque el nombre de la isla no existe y el lugar mucho menos (Utopia=ningún lugar), Hythloday es muy dogmático en sus opiniones: pasa del sentido común al ridículo con una facilidad sorprendente y todo lo de Utopía le parece bien; esté cargado de sentido común o sea el más completo de los disparates, que de todo hay. Incluso hay ocasiones en las que se contradice. Juzguen Vds. con este pequeño extracto:

La Ciudad se compone de familias basadas en el parentesco. Las mujeres, al casarse, van a la casa de sus maridos, formando parte de la nueva familia. Los hijos y los nietos varones viven en la familia bajo el gobierno y la obediencia del más anciano, y cuando la edad y los achaques lo exigen, le sucede el que le sigue en edad.

Para que no falte población en la Ciudad, y para que no aumente en demasía, tienen ordenado que ninguna de las 6.000 familias que integran la Ciudad pueda sustentar menos de diez menores ni más de 16. En cuanto a los adultos no hay ningún tope determinado.

Esto se logra pasando los niños que sobran de una familia a otra que les falten, para formar su cómputo. Si alguna vez se multiplican más de lo determinado y justo, con los que sobran se compensan las zonas despobladas de otras ciudades. Si en algún caso en toda la isla hay excesiva muchedumbre de moradores, hacen un padrón y en el continente fundan colonias sujetas a sus mismas leyes, convidando a los naturales de aquella tierra a que vivan en su compañía, si tienen gusto en ello Extracto de Utopía

Tras estas pinceladas sobre el concepto de utopía, podemos contraponer las visiones de Hythloday a la realidad; que resultó ser, al fin y al cabo, la verdadera intención de Tomás Moro. Igual que Cervantes acaba con los libros de caballería con un libro de caballería, Tomás Moro acaba con las utopias con una novela de utopías.

Cuando pensamos en ciencia o filosofía política podemos hablar sin fundamento lo primero que se nos ocurra, algo parecido a una conversación esporádica de bar. Pero cuando lo hacemos, es como querer construir un avión con lo primero que se nos ocurra. Desde aquellos duros principios de la aviación pasando por el primer vuelo de los hermanos Wright hasta llegar a la moderna ingeniería de vuelos supersónicos y espaciales hay un abismo. No podemos diseñar un avión diciendo cuatro tonterías en un bar como tampoco se pueden dar con soluciones serias a los problemas políticos de la misma manera.

Esa es la zanahoria que ponen muchos políticos ante la población en sus discursos; y por eso ya dijo uno de ellos que los programas electorales se hacían para no cumplirse. Gran verdad: son pura utopía, y si hay un tonto que se le ocurre llevar a cabo la utopía resulta al final en un auténtico desastre: se me ocurre regalarle un ordenador a cada niño, o un coche a cada ama de casa y un sueldo para que vayan a comprar. Porque ante toda propuesta utópica subyace una terrible tormenta: ¿quién la paga? Populismo y utopías van siempre de la mano, sobre todo en periodos electorales.

El esfuerzo de los grandes genios y pensadores que nos precedieron no puede quedar en saco roto. No partimos de cero. Por ello, el experimento de la primera democracia del mundo legisló sobre la obligatoriedad inexcusable de la escolarización para todos los niños de lo que serían después los Estados Unidos, incluso antes de su fundación. Por eso la instrucción, que no la educación (ese terreno es de la familia) es tan importante: para que no construyamos aviones en la barra de un bar. Para que no nos quedemos contemplando nubes esperando que nos resuelvan los problemas: eso es pura utopía. Para que no podamos ser fácilmente engañados por los poderosos: La República de Platón, Leviatán, el Principe, El Segundo Tratado de Locke, El Espiritu de las Leyes de Montesquieu, El Discurso de Rousseau, El Contrato Social, La Democracia en América de Tocqueville y cómo no: Utopía entre otros, deben ser de lectura obligatoria en Bachillerato y algo hay que explicarles a los chavales de la ESO. Por lo menos que lean y se comente algún pasaje bien escogido..., para evitar conversaciones utópicas y que no nos engañen. Para que tengamos suficiente bagaje intelectual con el que exigir algo muy sencillo con lo que hemos empezado el texto: una democracia formal
Vicente Jiménez


i El título fue concedido en reconocimiento al libro escrito por Enrique, Assertio Septem Sacramentorum (Defensa de los siete sacramentos), que defendía el carácter sacramental del matrimonio y la supremacía del Papa, que fue visto como una importante muestra de oposición importante a las primeras etapas de la Reforma Protestante, especialmente a las ideas de Martín Lutero.

jueves, 3 de abril de 2014

Trevijano, democracia formal, mónada, representación y otros conceptos.




Cartel de uno de las conferencias de A.G.Trevijano
El pionero que ha difundido en España la idea de democracia formal es un erudito de la cultura, el derecho, el arte y la historia: A. G. Trevijano, quien distingue la democracia formal de otros sucedáneos y ha aportado unas mejoras sustanciales a la democracia verdadera. Según Trevijano, ya disponemos de suficiente perspectiva histórica y experiencia para corregir errores tomando como modelo democracias como la de EEUU, única nación que en principio cumple a rajatabla con los requisitos de democracia formal; y la quasi democracia de países como Francia, Inglaterra o Suiza. Tras una vida dedicada a la búsqueda y lucha por la libertad  colectiva (diferenciándose de la privada) Trevijano ha aportado al mundo la idea de democracia formal apoyándose en pautas científicas, históricas y filosóficas donde mejora grandes aciertos y corrige errores baśándose en estudios profundos unidos a su propia experiencia cerca del poder.

Pero Trevijano no se queda ahí al elevar la filosofía política al podio de la ciencia descubriendo la unidad democrática, o monada, que él fija en el distrito electoral y cuyo núcleo sería el colegio electoral. La mónada supera el concepto de unidad matemática, que se limita a compara magnitudes, ya que en la mónada se reproducen todos los elementos que representarían el total de la sociedad política, incluida la unidad de poder. Por lo tanto, la primera unidad de poder sería el colegio electoral, no la familia ni el individuo ni el ayuntamiento y mucho menos un partido político.

Trevijano define concretamente la democracia formal bajo tres presupuestos y dos normas; y esta síntesis no surge por generación espontánea sino al hilo de grandes pensadores: Aristóteles, Marsiglio de Padua, Occam, Maquiavelo, Hobbes, Locke sintetizado prácticamente por Jefferson y los padres de la Constitución Americana.

Para el trevijanismo (permítanme que acuñe el término) la democracia formal parte de tres presupuestos fundamentales:

Pueden participar todos los miembros del distrito electoral en las mismas condiciones de igualdad. Léase en esto los ciudadanos con derecho a voto por cuestiones de nacionalidad, edad, censo y edad legal.

El juego se traduce en la existencia de una sociedad política intermedia entre la sociedad civil y el Estado.
 

Sin una sociedad política intermedia que parta de la sociedad civil para ser uno de los controladores del Estado, la sociedad civil está huérfana ante el poder.

Las decisiones se toman por mayorías y minorías.

El trevijanimo distingue el consenso social del político. El social se traduciría en normas sociales consensuadas como la de asistir con corbata a ciertos actos o no ir desnudos por la calle. Ahora bien, apostar por el consenso político como forma de tomar decisiones en vez hacerlo a través de mayorías y minorías parte necesariamente las oligarquías que  orbitaban en torno a un dictador desaparecido, ya que las oligarquías se reparten todas las estructuras de poder del dictador ausente mediante consensos: se necesitan los unos a los otros, aunque se odien, para mantener el statu quo de privilegios heredados de la dictadura de la que partieron; y por ese motivo ningún presidente podrá jamás tomar verdaderas decisiones de Estado sin el permiso de todos los demás partidos. Sin consenso no hay decisiones y si alguien rompiese la baraja perjudicaría a todos los consensuados. Cuando hay que tomar una decisión de Estado hacen piña: por ejemplo, jamás se plantearán desmontar los 17 estaditos con sus respectivos super-hiperpagados mediocres presidentes, altos cargos, legión de paniaguados y pantagruélicas e incontrolables administraciones junto a medios de comunicación, universidades, cátedras a quienes se suman una legión de vividores de todo pelaje, ONG, artistas de salón y caviar; todos socialdemócratas devoradores de recursos y dinero público; en las antípodas de los intereses de la sociedad civil, que son quienes pagan el convite. Para muestra un botón, ¿por qué no se lleva a cabo una consulta plebiscitaria en la sociedad civil? Autonomías si /no, con las cuentas, pros y contras encima de la mesa contrastadas con otros modelos territoriales. En primer lugar, ningún presidente de una partidocracia tiene el poder para tomar esa decisión sin estar consensuada aunque tenga mayoría absoluta; y en segundo lugar, sin esa corrupción se desmoronaría un sistema que se sostiene por y gracias a la corrupción. Y para empeorar las cosas, Europa está apuntada a la misma forma de hacer.

¡Ah! Que habría conflictos. Pues miren, precisamente la democracia formal se basa en el conflicto permanente de la clase política. Son las oligarquías las que necesitan respirar el aire de los consensos: esa palabra, según apunta Trevijano, apareció por primera vez durante los pactos de la Moncloa y es un concepto político inexistente en el mundo anglosajón. Sintetizando el ciclo: dictadura >>oligarquía por consensos>>democracia

Ahora, vamos con las normas que aplicaremos a estos tres presupuestos:

Representación de la sociedad civil

Representar significa “estar presente por”. Los antiguos griegos jamás utilizaron esta idea porque ellos decidían no mediante la democracia formal que nos ocupa sino la directa; es decir, siendo el mismo ciudadano, sin representante alguno, el que tomaba las decisiones votando directamente. Montesquieu ya advirtió que donde se halla el representado no existe el representante. En cambio, los reyes medievales sí utilizaron representantes para imponer su poder, pero la representación del pueblo se atribuye a Marsiglio de Pádua (1270-1342). En su Dictio II del Defensor Pacis establece un paralelismo entre la representación espiritual y la secular. No entraremos en los problemas de oposición que tuvo con el Papa, pero sí nos interesa que inauguró una nueva forma de oposición al mismo. Influyó en las opiniones políticas de su gran amigo Guillermo de Occam (1280/1288 – 1349). Marsiglio mantuvo que el verdadero legislador debía estar constituido por la mayoría del pueblo; quienes incluso tenían el derecho a castigar al príncipe. Propuso una especie de soberanía popular a la Iglesia, incluyendo en ella a los laicos. Planteaba instaurar unos Consejos Locales cuya misión debía ser la elección de Consejos Generales. El Consejo General podría también excomulgar e interpretar las escrituras, y el papado no debía tener prerrogativas especiales. Occam no llegó a atreverse a tanto, pero desarrolló un método absolutamente democrático para elegir al Consejo General. Margsilio y Occam formaron un buen tándem abriendo camino hacia la representación y democracia formal. A nadie se le escapará el paralelismo entre la mónada del Consejo Local y distrito electoral, o de Consejo General y ejecutivo.

Trevijano resuelve las elecciones de la mónada distrito electoral bajo una serie de principios, como hizo para establecer la forma de democracia formal. Estos principios garantizan una proporcionalidad siempre directa: “candidaturas uninominales elegidas por mayoría absoluta, a doble vuelta y en circunscripciones pequeñas, deben cumplir los siguientes principios:

Similar numero de electores en cada circunscripción.

Cadidatura uninominal

Similar número de votos para ser elegido diputado.

Mandato imperativo del electorado.

Revocabilidad de la diputación en caso de deslealtad al mandato”.

La separación absoluta de poderes en todo momento.

El historiador griego Polibio (264–146 AC) no solo fue testigo del saqueo y destrucción de Cartago sino que durante el periodo de la república romana acompañó a Escipión a sus campañas de África e Hispania (estos romanos eran unos fachas, mira que llamarla Hispánia :-) y ya apuntó la separación de poderes en la que se basaría Montesquieu y estudió el efecto dominó que se originaba al finalizar las dictaduras: u otro dictador tomaba el poder por herencia como en el caso de Corea del Norte, o mediante un golpe de Estado), como cuando Claudio sucedió al emperador Calígula; o el poder del dictador se descomponía repartiéndose mediante un consenso entre las oligarquías cercanas al dictador junto a nuevos arribistas oportunistas; y éstas oligarquías, por último, pasaban a ser democracias. “En el periodo del consenso, lo que gana la oligarquía lo pierde el pueblo tal como demuestra la teoría de juegos”. Trevijano
El periodo del consenso resulta ser el más largo y estable ya que la dictadura tiene puesto un cronómetro desde el momento en que se crea. Todos hemos de morir, y el dictador tampoco se escapa a la muerte. El consenso en cambio no muere fácilmente ya que es un monstruo de muchas cabezas: cabezas que se reproducen de forma exponencial porque los intereses que representa a cada familia originan más cargos hereditarios y otra maraña de intereses político-financieros y de poder. Uno será el cabeza visible, pero hay que garantizar que todos entren el el reparto para no romper el consenso. Ese incremento en el reparto no es por creación de nuevas riquezas y meritocracia sino, como se verá en el siguiente punto, por empobrecimiento material, cultural y moral de la sociedad civil. Al afectar la movilidad social por el mérito inevitablemente refuerza la inmovilidad de castas.
Trevijano distingue cómo la guerra fría tuvo enormes consecuencias para Europa, y tener que acudir a la ayuda americana también le afectó dramáticamente para resolver los problemas en los que unos dirigentes incompetentes nos metieron, no supieron resolver y acabaron originando la II Gran Guerra: se romperían los tres presupuestos de la democracia y las dos normas por miedo a que la libertad política pudiese ser una puerta abierta al comunismo en Europa. En España, la dictadura hizo lo propio en la Transición no por miedo al comunismo, y miedo al ruido de sables (Trevijano lo explica como testigo de primera mano) ya que la guerra fría estaba moribunda, sino por miedo a la libertad, “redujo el juego a una competición entre partidos políticamente correctos (contra el presupuesto 1o), integrados en el Estado (contra el 2o) y en un consenso (contra el 3a). Por miedo al control de los electores, adoptó el sistema proporcional de listas. Y por miedo al control de la corrupción, no separó los poderes del Estado... Donde hay conflicto social no puede haber consenso. Una sociedad sin conflicto solo es imaginable en la utopía.”. Democracia formal y democracia material, 21 de mayo de 2006. Antonio García Trevijano
Su mensaje está empezando a calar en la sociedad y la oligarquía durará lo que tarde en calar del todo.


Vicente Jiménez


jueves, 12 de diciembre de 2013

¿Estados federados en España? No saben de lo que hablan


No hace falta mucha revisión, sino constatar primero cómo se desarrolló y después acabó todo para afirmar que los nostálgicos republicanos deberían cambiarse el nombre. No son republicanos: son comunistas, bolcheviques, neofascistas o neo lo que sea: cualquier cosa menos republicanos. En primer lugar, por el hecho de no querer tener a un rey nadie puede hacerse llamar republicano. Ser republicano es desconfiar sistemáticamente del poder, y eso es lo que menos les preocupa. Quizá podríamos llamarlos antimonárquicos o algo así: ¡vamos!, que no quieren tener rey; pero después serían incapaces de ponerse de acuerdo, como ya les pasó una vez y liaron la que liaron. Desde luego, muchos de ellos sueñan con un estado totalitario a la vieja usanza de la URSS como modelo; de aquellos estados totalitarios bien puestos como el de Lennin o puede que como el de los Cameres Rojos o el de Mao. Nadie lo sabe...; todo lo contrario que un republicano de verdad, que ante todo lleva en su ADN la desconfianza hacia el poder: eso significa ser republicano. Un republicano podría hasta aceptar a un rey, pero lo que jamás soportaría y siempre abominaría es de un estado totalitario, aunque estuviese disfrazado de democracia republicana. A.G. Trevijano con muy buen entender acuñó el término de repúblico, para distinguirlos de los republicanos: simples reaccionarios que anhelan volver a fracasar como ya hicieron en una ocasión.

La diferencia entre republicano y repúblico es un ejemplo del problema no resuelto del lenguaje político: desde el s XVII se han volcado en nuestras realidades de organización social tantos conceptos y situaciones que ni siquiera tenemos nombre para cada uno de ellos. Si el tema es ya complejo per se, imaginad cómo se distorsiona la situación si carecemos de nombres para designar toda esa maraña de nuevas realidades sociales. Es la babelización (1) del lenguaje político lo que hace tan difícil ponerse de acuerdo; más teniendo en cuenta que se traducen en pasiones y codicia. Podemos considerar que desde que Maquiavelo escribió el Príncipe, pasando por su discípulo Hobbes (aunque no fueron coetáneos); que es quien acuñó el lenguaje político utilizado hasta ahora, pocos vocablos se han añadido y sí mucho han evolucionado los conceptos desde el S XVIII. En efecto, desde Hobbes ha llovido y mucho en el desarrollo y en el cómo las sociedades se han organizado.

Cuando escucho a esos señores tertulianos y políticos televisivos, que en mi opinión tanto daño están haciendo a causa de su ignorancia en ciencia política, se me ponen los pelos como escarpias: no solo desconocen de qué están hablando, sino que como en la torre de Babel tampoco se ponen de acuerdo en los nombres con los que deberían designar a las cosas en sus acaloradas discusiones: no saben de lo que hablan ni se ponen de acuerdo en los vocablos; eso que para Hobbes era tan importante: dar un nombre apropiado a cada cosa... Como para entenderse entre ellos, y sacar agua clara.

Y aquel espectador o escuchante que no tenga idea de ciencia política porque sea médico o fontanero y está obligado a saber ciencia política creerá en lo que dicen porque afirman sus disparates con el mismo dogmatismo, certeza y seguridad que un obispo sobre el púlpito. Y seamos serios señores..., el obispo nos está hablando de asuntos trascendentes de moral o fe; sabe de lo que habla, pero los tertulianos dedicados a hablar de política deberían estudiar un poco de ciencia política por lo menos y eso implica también conocer el propio idioma: el español (no el castellano).

No solo desconocen el idioma y los conocimientos básicos y elementales de filosofía política sino que todavía no se han enterado de que moral y política fueron separadas desde los tiempos de Maquiavelo, y al carecer de argumentos solidos optan por el dogmatismo como defensa. Al ir saltando de dogma en dogma y de descalificación en calificación, tales como eres un fascista (aunque no sepan qué significa), etc; atender al espectáculo grotesco de tanta ignorancia resulta una ejercicio de desinformación concentrada. Y estos tertulianos y políticos se atreven a contarnos unas tonterías con una seguridad que espanta: que si hace falta una reforma de la constitución para ir con listas abiertas y conseguir más democracia, que si en la reforma hay que obligar a los partidos a tener democracia interna, que si una España federal asimétrica... el desvarío más impresionante y variopinto señores:



No solo se demuestra matemáticamente que las listas abiertas son un fiasco, sino que con un mínimo de sentido común cualquiera puede ver que el verdadero poder consiste en confeccionar la lista... Ya no hacen falta ni matemáticas: common sense nada más. Y otra en la frente, ¿qué quiere decir "más democrático"? Si se refiriesen a más separación de poderes, aún; pero esto ni se lo plantean...

Ignoran que la democracia no es juego político sino normas: una normativa para relacionar y separar poderes dando representación al ciudadano desde el origen: que vendría a resultar como cuando damos poderes a alguien ante notario para estar presente por nosotros en un acto civil (herencia, etc...)

Se lían con lo más elemental: confunde el partido de fútbol con el reglamento del juego. La democracia se refiere al reglamento y la política al partido de fútbol, al juego. 

En cuanto a que un partido político sea democrático o no por dentro es algo que a los ciudadanos nos da igual... Lo que interesante es la democracia fuera del partido; y que ese partido no pertenezca al Estado sino a la sociedad civil: que esté presente en la Cámara por nosotros, los ciudadanos; y no simplemente obedeciendo a su jefe de partido.

Pero ya, lo que suena a chunga  total es cuando algún iluminado dice que hay que montar un estado federal asimétrico en España; y se queda tan campante el muy ignorante.

¿Cómo se puede desconocer el ABC más elemental  cuando se supone que eres un experto en política? Las federaciones se montan cuando unos estados están separados y entonces acuerdan juntarse por motivos que suelen ser económicos y de defensa. 

¿Que quieren hacer con España estos locos inconscientes? ¿Puede que separar primero todas las Comunidades Autónomas o las regiones en estados totalmente independientes como Francia, Inglaterra, etc., y después juntarlos en una federación? ¿Quien asegura que la recomposición de naciones independientes formasen una España como antes y que dos regiones se junten por un lado y otras cuantas por otro? Y lo de asimétrico ya es un dislate tal, que no creo que ni ellos sepan por qué le han puesto ese nombre.

Otro problema de babelización ¿Es que no se dan cuenta que federar España sería como romper un jarrón estrellándolo contra el suelo para ponerse después juntar las piezas con pegamento Imedio: si España es una nación mucho antes que Francia, Italia y muchas otras de abolengo, la quieren romper en trozos para después juntarlas, o qué; ¿en manos de que clase de "expertos insensatos" estamos?

Yo creo que como muchos se perdían las clases preparando y haciendo huelgas contra Franco, no estudiaron nada, se metieron en política por carecer de oficio ni beneficio y así nos va. Increíble cómo aguantó Franco, sin tan siquiera enterarse, de que tenía a tanta gente luchando a brazo partido en contra suya...

PD 
Queda también la posibilidad de que sí sepan de qué va el rollo y que su objetivo sea mucho más siniestro: blindar la canallada de las Comunidades Autónomas para poder corromperse con el engendro ya a tutiplen enrocados en sus reinos completamente blindados. Pero, ¿tan sinvergüenzas son? ¿Y nosotros? ¿Tan tontos...?
Vicente Jiménez

(1) De acuerdo con la Biblia, después del diluvio los hombres tenían un idioma común y con su orgullo quisieron construir una torre (la torre de Babel) que llegase hasta el cielo para ser como Dios; y Dios, para evitar el éxito de la edificación los castigó e hizo que los constructores comenzasen a hablar diferentes idiomas. Algo parecido a la burbuja  inmoviliaria: los hombres se vieron obligados a dejar la obra, no pudieron entenderse, se pelearon; y al final se dispersaron por toda la Tierra. De ahí en lingüística se utiliza el término babelización.