No hace falta mucha revisión, sino
constatar primero cómo se desarrolló y después acabó todo para
afirmar que los nostálgicos republicanos deberían cambiarse el
nombre. No son republicanos: son comunistas, bolcheviques,
neofascistas o neo lo que sea: cualquier cosa menos republicanos. En
primer lugar, por el hecho de no querer tener a un rey nadie puede hacerse llamar republicano. Ser republicano es desconfiar sistemáticamente del poder, y eso es lo que menos les preocupa. Quizá podríamos llamarlos
antimonárquicos o algo así: ¡vamos!, que no quieren tener rey; pero después
serían incapaces de ponerse de acuerdo, como ya les pasó una vez y liaron la que liaron. Desde
luego, muchos de ellos sueñan con un estado totalitario a la vieja usanza de la URSS como modelo; de aquellos estados totalitarios bien puestos como el de Lennin o
puede que como el de los Cameres Rojos o el de Mao. Nadie lo sabe...; todo lo contrario que un republicano de verdad, que ante todo lleva en su ADN la desconfianza hacia el poder: eso significa ser republicano. Un republicano podría hasta aceptar a un rey, pero lo que jamás soportaría y siempre abominaría es de un estado totalitario, aunque estuviese disfrazado de democracia republicana. A.G. Trevijano con muy buen entender acuñó el término de repúblico, para distinguirlos de los republicanos: simples reaccionarios que anhelan volver a fracasar como ya hicieron en una ocasión.
La diferencia entre republicano y repúblico es un ejemplo del problema no
resuelto del lenguaje político: desde el s XVII se han volcado en
nuestras realidades de organización social tantos conceptos y situaciones que ni
siquiera tenemos nombre para cada uno de ellos. Si el tema es ya complejo per se, imaginad cómo se distorsiona la situación si carecemos de nombres para designar toda esa maraña de nuevas realidades sociales. Es la babelización (1) del
lenguaje político lo que hace tan difícil ponerse de acuerdo; más teniendo en cuenta que se traducen en pasiones y codicia. Podemos considerar que desde que Maquiavelo
escribió el Príncipe, pasando por su discípulo Hobbes (aunque no
fueron coetáneos); que es quien acuñó el lenguaje
político utilizado hasta ahora, pocos vocablos se han añadido y sí mucho han evolucionado los conceptos desde el S XVIII. En efecto, desde Hobbes
ha llovido y mucho en el desarrollo y en el cómo las sociedades se
han organizado.
Cuando escucho a esos señores tertulianos
y políticos televisivos, que en mi opinión tanto daño están
haciendo a causa de su ignorancia en ciencia política, se me ponen
los pelos como escarpias: no solo desconocen de qué están hablando,
sino que como en la torre de Babel tampoco se ponen de
acuerdo en los nombres con los que deberían designar a las cosas en
sus acaloradas discusiones: no saben de lo que hablan ni se ponen de acuerdo en los vocablos; eso que para Hobbes era tan importante: dar un nombre apropiado a cada cosa... Como para entenderse entre ellos, y sacar agua clara.
Y aquel espectador o escuchante que no tenga idea de ciencia política porque sea médico o fontanero y está obligado a saber
ciencia política creerá en lo que dicen
porque afirman sus disparates con el mismo dogmatismo, certeza y seguridad que un obispo
sobre el púlpito. Y seamos serios señores..., el obispo nos está
hablando de asuntos trascendentes de moral o fe; sabe de lo que habla, pero los tertulianos
dedicados a hablar de política deberían estudiar un poco de ciencia política por lo menos y eso implica también conocer el propio idioma: el español (no el castellano).
No solo desconocen el idioma y los conocimientos básicos y elementales de filosofía política sino que todavía no se han enterado de que moral y política fueron separadas desde los tiempos de Maquiavelo, y al carecer de argumentos solidos optan por el dogmatismo como defensa. Al ir saltando de dogma en dogma y de descalificación en calificación, tales como eres un fascista (aunque no sepan qué significa), etc; atender al espectáculo grotesco de tanta ignorancia resulta una ejercicio de desinformación concentrada. Y estos
tertulianos y políticos se atreven a contarnos unas tonterías con una seguridad que
espanta: que si hace falta una reforma de la constitución para ir con
listas abiertas y conseguir más democracia, que si en la reforma hay
que obligar a los partidos a tener democracia interna, que si una
España federal asimétrica... el desvarío más impresionante y variopinto señores:

No solo se demuestra matemáticamente
que las listas abiertas son un fiasco, sino que con un mínimo de
sentido común cualquiera puede ver que el verdadero poder consiste
en confeccionar la lista... Ya no hacen falta ni matemáticas: common
sense nada más. Y otra en la frente, ¿qué quiere decir "más democrático"? Si se refiriesen a más separación de poderes, aún; pero esto ni se lo plantean...
Ignoran que la democracia no es juego político sino normas: una normativa para relacionar y separar poderes dando representación al ciudadano desde el origen: que vendría a resultar como cuando damos poderes a alguien ante notario para estar presente por nosotros en un acto civil (herencia, etc...)
Se lían con lo más elemental: confunde el partido de fútbol con el reglamento del juego. La democracia se refiere al reglamento y la política al partido de fútbol, al juego.
En cuanto a que un partido político sea democrático o no
por dentro es algo que a los ciudadanos nos da igual... Lo que interesante es
la democracia fuera del partido; y que ese partido no pertenezca al
Estado sino a la sociedad civil: que esté presente en la Cámara por nosotros, los ciudadanos; y no simplemente obedeciendo a su jefe de partido.
Pero ya, lo que suena a chunga total es cuando algún iluminado dice que hay que montar
un estado federal asimétrico en España; y se queda tan campante el muy ignorante.
¿Cómo se puede desconocer el ABC más elemental cuando se supone que eres un experto en política? Las federaciones se montan cuando unos estados
están separados y entonces acuerdan juntarse por motivos que suelen ser económicos y de defensa.
¿Que quieren
hacer con España estos locos inconscientes? ¿Puede que separar primero todas
las Comunidades Autónomas o las regiones en estados totalmente independientes como Francia, Inglaterra, etc., y después juntarlos
en una federación? ¿Quien asegura que la recomposición de naciones independientes formasen una España como antes y que dos regiones se junten por un lado y otras cuantas por otro? Y lo de asimétrico ya es un dislate tal, que no
creo que ni ellos sepan por qué le han puesto ese nombre.
Otro problema de babelización ¿Es que no se dan cuenta que federar
España sería como romper un jarrón estrellándolo contra el suelo
para ponerse después juntar las piezas con pegamento Imedio: si España es una
nación mucho antes que Francia, Italia y muchas otras de abolengo, la quieren romper en trozos para después juntarlas, o qué;
¿en manos de que clase de "expertos insensatos" estamos?
Yo creo que como muchos se
perdían las clases preparando y haciendo huelgas contra Franco, no
estudiaron nada, se metieron en política por carecer de oficio ni beneficio y así nos va. Increíble cómo aguantó Franco, sin tan siquiera enterarse, de que tenía a
tanta gente luchando a brazo partido en contra suya...
PD
Queda también la posibilidad de que sí sepan de qué va el rollo y que su objetivo sea mucho más siniestro: blindar la canallada de las Comunidades Autónomas para poder corromperse con el engendro ya a tutiplen enrocados en sus reinos completamente blindados. Pero, ¿tan sinvergüenzas son? ¿Y nosotros? ¿Tan tontos...?
Vicente Jiménez
(1) De acuerdo con la Biblia, después del diluvio los hombres tenían un idioma común y con su orgullo quisieron construir una torre (la torre de Babel) que llegase hasta el cielo para ser como Dios; y Dios,
para evitar el éxito de la edificación los castigó e hizo que los constructores
comenzasen a hablar diferentes idiomas. Algo parecido a la burbuja inmoviliaria: los hombres se vieron obligados a dejar la obra, no pudieron entenderse, se pelearon; y al final se dispersaron por toda la
Tierra. De ahí en lingüística se utiliza el término babelización.