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martes, 10 de enero de 2017

Los políticos: "Consejos vendo que para mi no tengo", por @jsobrevive



Artículo de colaboración de @jsobrevive

Lo de los listados de morosos en la España en la que vivimos es una auténtica espada de Damócles para cualquier consumidor decente. Puede ser una compañía de comunicaciones, energéticas o de seguros que en cuanto te la intentan colar con una factura injusta ya incluyen la famosa pulla para que te entre el miedo en el cuerpo: "Y si no paga incluiremos sus datos en el registro de morosos tal..." ¿Y quá hacemos la mayoría de nosotros? Pues pagar, pagar aunque se trate de una injusticia manifiesta, pagar aunque la Telefónica de turno esté incumpliendo incluso la propia publicidad por la que tú contrataste los servicios, pagar porque la legislación española ayuda a estas mafias que son estas grandes empresas extorsionadoras. Es curioso que en este país si apareces en los famosos listados no puedes contratar ni el seguro de coche OBLIGATORIO.


Que vengan estas amenazas de los mafiosos tiene la misma guasa a que vengan del gobierno, del cual me da igual el color que tengan, porque son unos auténticos ladrones. Es curioso, el gobierno legisla para que una empresa pague a un proveedor en un máximo de 60 días y ellos pagan cuando les da la gana. Pues bien he leído una curiosa noticia de la Secretaria de Estado de Presupuestos y Gastos, Marta Fernández Currás, "los morosos pueden salir de las listas pagando sus deudas". Y ahí lo deja la campeona.


No digo yo que en esos listados no haya morosos profesionales, indeseables que compran cosas sabiendo que no las van a pagar, que los hay, aunque los menos. Pero con los terribles años de crisis económica que llevamos, ¿no serán mayoría los que estén ahí porque no puedan pagar? ¿No serán mayoría los que estén en esos listados de una forma involuntaria a los que estén de forma voluntaria?

Esta gentuza de políticos que dirige nuestras vidas nos está reeducando de tal forma que la sociedad considera mucho más grave defraudar a Hacienda que matar a una persona. Busquen declaraciones de personajes tipo Pablo Iglesias sobre esto, de qué manera intenta justificar un asesinato de ETA y de qué manera habla de los defraudadores. El señor Iglesias sabe también que de la extorsión impositiva que vivimos en España es de lo que va a vivir él y los suyos y, no sólo está completamente de acuerdo, si no que incluso subiría esos impuestos. Claro, es que continuar lectura>>>

martes, 28 de julio de 2015

Mad Max, Madame Staël y la democracia

El cine de ficción con películas emblemáticas como Mad Max nos plantea un delicioso problema: la vuelta a una Edad Media brutal, salvaje e incivilizada que sobrevive con los medios que aportan los restos de una edad remota y tecnológica cuya destrucción vino tras un desastre provocado precisamente por el mal uso de esa tecnología punta. En Mad Max la única ley que impera es la del más fuerte. Los fotogramas de restos apocalípticos de ciudades derruidas y personajes que sobreviven entre la suciedad y la chatarra tecnológica suceden a escenas de una  violencia brutal donde impera la ley del más fuerte. 
Anne-Louise Germaine Necker Fuente Wilkipedia
Como contraste a esta ficción distópica, hubo un tiempo histórico en el S XVIII donde se llevaron a cabo tertulias cuyo altísimo nivel   intelectual contribuyó a cambiar el mundo; nada que ver con el deprimente nivel inane de las tertulias políticas actuales. La organizadora de una de los más famosos círculos de París fue una mujer que podríamos comparar con Hipátia por su cultura, formación e inteligencia; hija del también genial Necker; el ministro de finanzas que solucionó las finanzas de Luís XVI, fue expulsado por ello y prendió la chispa, sin quererlo, de la Revolución Francesa. Me estoy refiriendo a toda una Madame De Staël, la mujer que supo concentrar en aquellas selectas reuniones a los grandes cerebros de la la Ilustración. Personajes de la talla de Voltaire, Diderot, Holbach, Helvétius, d’Alembert, Gibbon, Hume, o Walpole. Es decir, de los grandes pensadores, filósofos, científicos, literatos, etc, que contribuyeron a forjar la edad contemporánea de la sociedad libre y moderna.

Y todo hay que decirlo, después del mantra empalagoso y constante de materialismo histórico y de pseudomarxixmo encorsetante, leer a la Madame De Staël, historiadora de los sucesos de la Revolución Francesa, es como quitarse un abrigo sucio y raído lleno de pulgas para disfrutar de una ducha bajo una paradisíaca catarata de agua cristalina.

El sello de genialidad de quien tuvo la inteligencia de imaginar un salto en el tiempo de tres o cuatro siglos, y desde esa perspectiva interpretar acontecimientos históricos de la Revolución Francesa, de los que ella mismo fue testigo trae un aire fresco que te desintoxica del bombardeo mediático socialdemócrata. Leer su inteligente perspectiva histórica resulta una verdadera liberación: una tabula rasa para recomponer, desde el principio, cómo hemos llegado hasta aquí; puesto que los europeos del mundo denominado libre somos hijos de la Revolución Francesa.

Y se preguntarán qué tiene que ver un personaje como Mad Max inmerso en una completa distopía  con el personaje histórico de Madame De Staël: diré que son radios de la misma rueda. Mientras la Staël epitoma los principios de la Revolución Francesa y analiza, desbordando inteligencia, los motivos del fracaso de la libertad colectiva en Europa Mad Max alegoriza el presente fracaso social. Los europeos seguimos viviendo de la chatarra de la Revolución Francesa en un mundo gobernado por oligarquías deshumanizadas e incivilizadas que pueden temer a la justicia de la misma forma que lo podrían hacer las tribus salvajes que aparecen en la película. Para muestra un botón: las dos guerras mundiales, o la guerra de Bosnia y Kosovo, por ejemplo, son la prueba palpable del fracaso de una Europa a la que han tenido que venir a sacarles las castañas del fuego siempre los ejércitos extranjeros de EE UU. Y como el vencedor impone las condiciones, y ante el peligro inminente de contagio comunista en Europa, durante la Guerra Fría el gigante volvió a colocar de jefes a los mismos viejos y mediocres fracasados que habían creado el conflicto, porque tras la guerra todo aquello quedó arrasado y los generales americanos tuvieron que sacarse a alguien urgentemente de la manga y ponerlos al frente de aquellos países; verdaderos peleles a las órdenes de los vencedores en una Europa carente de  libertad política inmersa en un sistema que el tribunal de Bon reconoció como partidos de Estado. Era el escudo protector anticomunista que los vencedores impusieron.

El problema es que se impuso un sistema de partidos, de aparente democracia, que  incrustados en el Estado no pertenecían a la sociedad civil, pues formaban parte del Estado; por ello, al no pertenecer a la sociedad civil no fueron partidos civilizados y continúan siendo incivilizados. Carentes de toda representación de la sociedad civil y separación de poderes, la corrupción desbocada de las oligarquía se tornó y continúa siendo inevitable y endémica: por ello, el rescate de Grecia, el peligro ya manifiesto de la resurrección de los fascismos (aspirantes al poder absoluto solo por el poder y carentes de toda ideología) son fenómenos presentes que se manifiestan cada vez con más intensidad. 


Quedan prometidas futuras pinceladas en el blog sobre la visión histórica de la Staël respecto a ese periodo tan transcendental para nosotros como fue la Revolución Francesa pues en Europa somos hijos de esos acontecimientos y lo que vino después.


Vicente Jiménez

jueves, 2 de julio de 2015

Dulce et decorum est vía @Redblogscomp Somos #RED



Dulce et decorum est de Wilfred Owen influyó en el pensamiento
occidental de forma determinante tras la finalización de la primera gran guerra. A lo largo de ese infierno, un Lenin estaba refugiado en Suiza mientras obreros alemanes e ingleses se despedazaban unos a otros en las trincheras. Eran aquellas trincheras enfangadas, húmedas, infectadas de parásitos, hediondas y productoras en serie de enfermedad, sufrimiento y muerte mucho antes de que cayeran los temidos obuses, silbaran las balas y el gas mostaza extendiera la peor de las muertes imaginable. De este dantesco espectáculo nos hicieron partícipes los poemas de un Owen testigo de primera mano, que lo sufrió en sus carnes. Entre tanto, las oligarquías planeaban el escenario del infierno cómodos en la retaguardia sin ni una privación.

Eran esas mismas trincheras donde una legión de obreros de uno y otro bando compartían espacio con las innumerables ratas, pulgas, liendres, piojos y enfermedades que campaban por sus respetos. Eran esos mismos gases mostaza que reventaban los ojos y los pulmones de los obreros de uno y otro bando. 

Mientras, Lenin no daba crédito a sus ojos: el pobre creyó que los obreros ingleses y alemanes jamás se dispararían entre sí, después de aquel “trabajadores de todo el mundo uníos en la lucha”. Claro que él se refería a otro tipo de lucha y por otros motivos. El manifiesto comunista cayó hecho pedazos para un Lenin consciente de su primer gran fracaso.

Yo acusaría a Tsipras y su panda de esa misma inocencia de la que hizo gala Lenin si los creyera inocentes. Yo acusaría de la misma inocencia a la Troika y su panda, si los creyera inocentes. Dicen los de un lado de esta caterva de criminales, tan criminales como los que enterraron a aquellos miles de obreros en el infecto cieno de las trincheras, que consultarán al pueblo qué hacer tras su enorme fracaso. Esa consulta equivale a cavar una trinchera de miseria y echarlos a todos adentro pues ¿no habéis sido vosotros los que prometíais henchidos de populismo que el maná era posible sin esfuerzo alguno? Y ese fracaso, evidente, calculado y cantado con el único objetivo de conseguir el poder por el poder tienen el cinismo de taparlo con una consulta realizada a los que crédulamente los eligieron esperando que cumplieran sus promesas. ¡Ay amigos! A conseguir el poder por el poder se le llama fascismo: así de simple. No existe peor crimen que disfrazar una dictadura de democracia.

Dice esa caterva financiera del otro lado que hay que pagar una deuda; deuda que estaba calculada, constituía un fracaso moral y cuyo resultado final estaba también tan cantado como el de los populistas. A conseguir la riqueza por la riqueza se le llama avaricia. Tan pecado capital resulta lo uno como el otro. Tan repugnante a toda decencia es avariciar el poder por el poder como la riqueza por la riqueza.

No existe en toda una Europa liderada por socialdemócratas, ni ahora tampoco en unos EE UU gobernados por un socialdemócrata un solo hombre de estado, y es posible que si apareciese uno de verdad lo eliminarían como a Lincoln. Ni los de un lado ni los del otro, ni troikistas ni populsitas mencionarán jamás lo que constituye para ellos la verdadera bestia negra, porque para ambos el pueblo, esa sociedad civil carece de importancia alguna. Ninguno de ellos utilizará los medios de comunicación que ellos mismos controlan para mencionar ni una sola palabra sobre la libertad del pueblo. Libertad para tomar decisiones, libertad para equivocarse, enmendar y al final acertar. Preguntaron a Lincoln cómo iba a darles la libertad a los negros si no iban a saber qué hacer con ella, y éste respondió: “cuando la tengan veremos...”  Bien, pues cuando la sociedad civil tenga la libertad colectiva veremos qué hace con ella.

martes, 6 de mayo de 2014

La abstención activa VS un partido de ángeles celestiales


No es el uso del poder o el hábito de la obediencia lo que deprava a los hombres, sino el desempeño de un poder que se considera ilegítimo, y la obediencia al mismo si se estima usurpado u opresor. Alexis de Tocqueville, La Democracia en América
La Hidra




Es necesaria una ciencia política nueva y desconocida para la mayoría de los españoles que debe ceder paso, por primera vez, a los verdaderos intereses de la sociedad civil sobre los instintos más básicos y ciegos: instintos ciegos por seguir a partidos incivilizados (no pertenecen a la sociedad civil) con la misma fe que a un equipo de fútbol, o para que esa misma sociedad permita impávida el progreso de oligarquías mediáticas, políticas, financieras, patronales o sindicalistas.

Las autonomías han sido un terreno abonado para el desarrollo del más estable de los sistemas políticos que han inventado jamás los hombres: el de las oligarquías. No obstante, esta enorme estabilidad garantiza las pérdidas más dramáticas de los derechos de la sociedad civil y toma forma de hidra. Cada nueva cabeza de la hidra resta riqueza y oportunidades a la sociedad civil: las que son arrebatadas por las oligarquías. La hidra multiplica sus cabezas y la clase media sus penurias.

El término de casta parasitaria fue acuñado por el escritor, historiador y periodista Enrique de Diego. No puede estar más acertado en el concepto que nos presenta: se constituyen en casta ya que una vez establecidas, la movilidad social resulta totalmente imposible para las clases medias. No creo que el lector albergue esperanzas, por ejemplo, de que sus vástagos tengan acceso a las altas esferas en la política o un cómodo alto puesto en banca o una empresa energética o de comunicaciones si ya él mismo no forma parte de la casta. Esos cargos son tan hereditarios como el de cualquier monarca. Es parasitaria puesto que no aporta riqueza y vive del esfuerzo y sudor de la sociedad civil: su modus vivendi es la destrucción y apropiación de riqueza ya creada; jamás originan riqueza: se la apropian mediante leyes dictadas por ellos y para ellos. En esa destrucción de riqueza el socialismo y el comunismo albergan dramáticas coincidencias y objetivos comunes.

Toda oligarquía forma parte de una casta parasitaria que funciona por consensos. Sin consensos no puede darse nunca una oligarquía. Estos consensos se toman de espaldas a la sociedad civil y solo sirven a los intereses de los oligarcas. Existen oligarquías incrustadas en cada una de las autonomías y en el mismo Estado mediante sistemas piramidales muy firmes e inalterables. Nadie osa traspasar de una pirámide a la de su señor porque ese mismo señor es muy celoso del lugar que ocupa en el sustrato de la la pirámide; tanto él como el que heredarán sus retoños. Un enchufado puede saltar al sustrato más básico con un solo movimiento de dedo de su jefe de partido y ese temor junto a los consensos mantienen la cohesión. En realidad hemos vuelto al sistema medieval, pero así como en aquellos tiempos era posible ganar por el valor de tu brazo en batalla un señorío, ahora resulta imposible. La meritocracia no es políticamente correcta bajo ninguna de sus vertientes. La meritocracia es antisistema desde el punto de vista de las oligarquías opresoras.

Este sistema necesitaba de una ideología para sostenerse. Esa ideología es la corrección política. Las leyes que jamás salieron de ningún representante de la sociedad civil, pero que sí fueron ordenadas por las oligarquías dominantes protegen celosamente la corrección política. Esa corrección política lo ha cambiado todo en treinta años: el significado de las palabras, la moral, la ética..., y cualquiera que ose contradecirla será reo de traición ante un tribunal mucho más estricto que lo fue el de la Inquisición o el de la gestapo del periodo isabelino de Inglaterra.

El sistema oligárquico modela un conjunto estable donde el todo es más que la suma de las partes: echa raíces y el enmarañado forma un tejido social muy difícil de penetrar donde los ricos son cada vez más ricos y los pobres cada vez más pobres. A eso le llaman globalización. No es que el tercer mundo se acerque a lo que con sangre sudor y lágrimas se hubiese ya conseguido en el mundo occidental: es que el mundo occidental es el que se acerca cada vez más al tercer mundo.

La clase media desaparece fagocitada por el sistema oligárquico: o estás arriba o estás abajo, pero es muy difícil permanecer en aquel lugar que basaba cierta estabilidad lograda, para la mayoría de la sociedad civil, con el esfuerzo y la consecución de ciertos bienes muebles e inmuebles frutos del trabajo de toda una vida. Antes, por ejemplo, un mileurista era considerado poco menos que un indigente: el sistema oligárquico ha conseguido que ahora ser mileurista esté considerado estar dentro del grupo de los privilegiados: de momento, la nueva clase media es la que puede poner un plato en la mesa y vivir bajo el techo... de los abuelos. Cuando se consigue un trabajo de supervivencia se acepta lo que te echen: no hay opción. O aceptas o no sobrevives. Este cambio no ha venido de la noche a la mañana: ha sido planificado mediante políticas muy activas y que han tenido lugar en todo el mundo occidental. Adiós a las luchas del s XIX y lo que se consiguió en el s XX a base de sangre, sudor y lágrimas. Bienvenido tercer mundo...

La cuestión que se plantea ahora ante este panorama tan desolador para la clase media es si el proceso es reversible o no. Hay dos teorías que jamás se han puesto hasta ahora en ejecución para conseguir una verdadera ruptura con el sistema oligárquico de poder y la instauración de un sistema democrático formal: la teoría de la abstención activa y la teoría del virus. La primera pretende deslegitimar al gobierno de turno mediante una abstención masiva para pasar luego a una serie de acciones masivas ciudadanas y pacíficas cuyo objetivo consistiría en lograr la libertad constituyente y así conseguir la democracia formal. La conciencia ciudadana sería básica para el éxito de esa catarsis, pero se basaría en una conciencia colectiva difícil de lograr: casi una utopía. Unas minorías se han percatado de ello pero esa minorías no disponen de los medios de comunicación (manejados por oligarquías) para realizar una autentica labor pedagógica que desprogramara a las masas. Además, de no lograse una base muy solida de concienciación, las oligarquías que dominan la calle; muchas veces muy agresiva y virulentamente, podrían aprovechar el río revuelto para imponer el sistema totalitario que persigue la denominada extrema izquierda.

La teoría del virus pretendería que fuese un partido el que produjese ese cambio hacia la democracia formal, pero controlado; lo que resultaría también una verdadera utopía. Sería un partido formado casi por ángeles celestiales porque el objetivo del jefe de cualquier partido es conseguir el poder, y de hacerlo en el sistema actual entraría de lleno en la vorágine de la oligarquía como cualquier otro. Para darle la vuelta a la tortilla ese partido debería usar el poder ( de conseguirlo con mayoría absoluta) para montar la estructura de una democracia formal y una vez montada dicha estructura renunciar al poder para dárselo al pueblo: representantes de distrito, mandato imperativo, separación radical entre el poder legislativo y ejecutivo..., en fin: el paquete entero.

La tercera vía es la que dio resultado una sola vez en la historia de la humanidad cuando los llamados padres de la patria fundaron los EE UU después de la guerra de independencia contra los ingleses. No es necesario comentar los inconvenientes de esa vía.

Si la tercera vía fue una utopía extraída de las teorías de Locke hasta que llegaron hombres de una casta especial, verdadero patriotas, que dinamitaron el mito de u topos (utopia=ningún lugar) y llevaron la democracia a América, también puede haber hombres y mujeres en España con el mismo ardor y deseo insuperable de libertad colectiva. En un pequeño lugar de Europa puede que caiga la primer ficha, la ficha que haga caer a las otras en un verdadero efecto dominó. Vivimos tiempos emocionantes y tal como bien apuntaba Tocqueville, la democracia es imparable. Es un proceso de evolución...

viernes, 11 de enero de 2013

Igualando pero por debajo



 En ciertas ocasiones, para que ocurra un suceso se necesitan la confluencia de muchas circunstancias a la vez. Y a veces, con que falle una sola de ellas, el evento no llega a producirse jamás. Es la eterna discusión de determinismo, o no. Einstein llegó a la conclusión de que Dios no podía estar jugando a los dados con nosotros y Stephen Hawking afirma que Dios no sólo juega a los dados, sino que a veces también los echa donde no se pueden ver. Bien, pues nosotros escogemos la libertad de pensamiento y lo dejaremos fluir en un pequeño ejercicio mental ...
Si nos cuestionamos qué relación pueden llegar a tener; “ Niagara -piezas – bicicleta – crisis - catarata y caja”; podemos en seguida contestar una parte del enigma: Cataratas encaja con Niagara, pero para el resto es difícil encontrar una relación. Intentadlo unos segundos …
Para solucionar un problema primero tenemos que hacernos las preguntas correctas: la crisis, ¿ha sido fruto de una especie de sistema interactivo de elementos causa efecto? Las primeras causas fueron programada o frutos del azar? ¿El todo (la situación actual) es más que una suma de las partes? ... ¿O bien ha pasado ese "todo" por casualidad y mala suerte?
Al no poder ni siquiera estar seguros  cuándo formulamos las preguntas correctas utilizaremos un modelo: éste nos permite plantearemos una situación más sencillas que después podemos traspasar al problema real en estudio, y  puede que lleguemos a algunas conclusiones.

Supongamos que tenemos    desordenadas todas las piezas de una bicicleta por el suelo y pensamos -¡menudo lío!- Si tal como están, las recogiéramos todas y las metiéramos en una caja metálica, con una tapa de cierre hermético, ¿habría posibilidades de que moviéndola enérgicamente, a ver qué pasa, esas fuerzas ordenasen las piezas y montasen la bicicleta? 

También le podríamos aplicar corrientes eléctricas, o precipitarla por las Cataratas del Niágara; y como el peso del agua que desaloja sería mayor que el suyo propio (pongo esta pequeña condición), pues flotaría y la podríamos recuperar después de haber sufrido infinitos vaivenes. Las partes de esa bicicleta seguirían, con mucha mucha probabilidad, desordenadas; y sin duda en peor estado. Es decir, aún nos alejaríamos más del orden en una situación mucho más caótica y seguiríamos sin poder disponer de la bici para practicar nuestro deporte favorito. Por lo tanto, dejar el montaje de las piezas de la bicicleta, al azar, no nos serviría de mucho, considerando las probabilidades.

Pero si, con habilidad mecánica y paciencia ajustamos cada pieza en su lugar, sí que la tendríamos lista para pasear. Aquí, el todo (la bicicleta) sería más que una simple suma de las partes (como cuando estaba sin montar). Es a partir de ahora donde podemos tomar nuestra bicicleta como modelo de la crisis y planteárnosla, o no, como una suma de partes caóticas que nos han llevado al desastre, o como una bicicleta bien montada para que unos cuantos se suban y se den un agradable paseo a nuestra costa. O bien, ¿un poco de cada cosa?

Si fuese una suma de partes caóticas que nos han llevado al precipicio, a la crisis; pues entonces no tendríamos nada que hacer. Agua y ajo ¡Mala suerte! Habría que salir adelante como fuese … Y lo que es peor: nunca podríamos controlar nada porque no habría habido culpables, en nuestro modelo ciclista no ha habido mecánicos hábiles capaces de montar nada. Volvería a ocurrir lo mismo por diferentes circunstancias, ya que también éstas escaparían a nuestro control, opción que no nos interesa.

Si la crisis nos la han montado unos “golfos” para disfrutar del paisaje campestre desde el sillín de su bicicleta robada, habría motivos para estar muy enfadados, aunque fuese por motivos de supervivencia; y deberíamos tomar medidas (el control) para que no nos la vuelvan a liar .

Si es un poco de cada, habrá que pensar que ha intervenido el factor suerte, para esa minoría de golfos, y mucha mala suerte para la población. Ahí hubiera estado el azar ayudando a quienes pretendían llevar a cabo este desaguisado y enriquecerse enviándonos a nosotros a la indigencia.

Aunque debemos pensar que para ayudar al factor suerte ya debía haber un premontaje de muchas piezas de nuestra bicicleta. Es decir, que muchas condiciones para que llegáramos a esta situación estaban ya trabajando en nuestro contra, y esta opción también implica culpables.
¿Cuáles serían esas piezas ciclistas en el momento que estaban en el suelo?
  1. Crisis de valores; en la que ha tenido mucho que ver el relativismo potenciador de una nueva y falsa doctrina destructiva, cuyo nombre es “corrección política”. Esa corrección política ha sido fruto del montaje, primero mediante la manipulación, aprovechando verdades a medias y mentiras a medias. y después mediante la aplicación del poder en caso de disensión. Más perverso que la ausencia de valores es la vinculación, voluntaria u obligatoria, a falsos valores. Y lo peor de todo; la corrección política es antagónica a la libertad de pensamiento. Donde hay la una, no puede existir la otra.
  2. El ciudadano ha gastado más de lo que podía permitirse, y esa deuda impagada tiene que ser asumida por los bancos y después, esos bancos rescatados por nosotros. Eso nos han dicho … ¡Oyes! Y aquí todos coinciden y nadie lo discute... Pero resulta una verdad a medias. Ha sido el truco del palo y la zanahoria. Al ciudadano le han hecho creer que podría disfrutar ahora de unos bienes antes de ganar el dinero comprándolos con el trabajo que realizara en el futuro. Al quitarle el trabajo, no sólo le han robado el futuro sino el presente y el pasado. De pronto, alguien ha cortado el grifo de golpe en el momento oportuno. Los ricos se han vuelto más ricos y la clase media más pobre ¿Y quieren que creamos que estas dos piezas se montaron solas cuando caían en una caja por una catarata? Aunque no podemos considerar certezas sí podemos hablar de probabilidades. Escojan Vds. señores ...

    Conozco una empresa, perteneciente a un consorcio internacional, con sede en Holanda, que tenía planificado, hace ya más de cinco años, cerrar justo para cuando precisamente saltó lo de la burbuja y los trabajadores a la calle con una mano delante y otra atrás... ¿Casualidad? Los trabajadores, con una media de antigüedad de treinta y cinco años, tuvieron la suerte y la inteligencia de atar cabos sueltos y forzar el cierre antes de esa fecha. Desde luego, no sospechaban lo de la crisis, pero se dieron cuenta de las intenciones de ese grupo inversor. Fue aquello de coge el dinero y corre antes de que vengan los ladrones y se lo lleven por ti.
  3. El papel de los sindicatos ha sido patético, interesados en mantener privilegios y constituirse como casta. Los mismos liberados de siempre llevan años y años en la poltrona sin dar palo al agua. Al estar subvencionados están sujetos a corrupción y … ¿para que van a defender a los trabajadores si sus privilegios se mantendrán cierren las empresas que cierren? Y si consideremos que a más ERES más ganancia, pues como que los trabajadores no juegan con cartas muy buenas.
  4. Hemos perdido derechos añejos que ya se tenían antes de la transición. Ahora se trabaja en condiciones que jamás antes se hubieran aceptado; y que en estos momentos, viéndose en la cola del paro, el trabajador admitirá por supervivencia. ¿Casualidad? En mi opinión la misma que la de nuestra caja flotando por las Cataratas del Niágara, pues tendréis que admitir que es mucha casualidad que una rosca fije un pedal por puro azar. Nosotros, cada vez más cerca de  condiciones laborales tercermundistas y los pequeños empresarios sin oportunidades y condenados también a la indigencia. Cada vez más dependientes de los grandes grupos de inversión y trusts.
  5. Las inversiones del estado han sido muy mal planificadas, contando con un dinero de fondos europeos a los cuales no se les ha sacado rendimiento, derrochando con obscenidad ese dinero sumado al del contribuyente, porque como “no era de nadie” mejor que acabe en una cuenta personal. Y así se completaba el circuito, muchas veces, en el lugar de donde salió; en cuentas de los paraísos fiscales. Tampoco es cierto, no creo que ningún gobierno cometiese la estupidez de creer que le iban a regalar el dinero. Cualquier trabajador que se hipotecó para tener un techo y un coche, sabía perfectamente que los recibos de la hipoteca eran sagrados; y o los pagaba o se quedaba sin casa. Así, los gobiernos debieron hacerse el mismo planteamiento.

    Normalmente una familia contaban con el sueldo de la pareja: uno para pagar la hipoteca y otro para los gastos. Incluso había para costear algún pequeño lujo de vacaciones o lo que fuera.¡Ah!, pero es que los gobiernos que hemos tenido, que son más de diecisiete, sabían que ellos no tendrían que pagar los préstamos, que para eso estába el pueblo. Ellos, responsabilidad cero con una patente de corso que les aseguraba el indulto, en el peor de los casos. Y encima, los políticos se intercambian y asignan, sin el menor pudor, medallas y sueldos vitalicios indecentes por una gestión más indecente todavía...
    ¿Y quieren que creamos que lo que ha pasado es por azar? ¿Simplemente que la diosa fortuna nos ha cogido manía a los españolitos de a pie? El ciudadano cayó en una trampa, y el político en una irresponsabilidad en el mejor de los casos, y en el otro nos hizo víctimas de su más abyecta ambición y corrupción. Por condenar a un pueblo a la misma indigencia que hubiésemos sufrido en un periodo de posguerra; pero sin haberla pasado, se autoasignan un jugoso sueldo vitalicio. Y tienen la jeta de llamarlo democracia.
  6. Corrupción en estado puro y duro. Cuando la corrupción penetra en una sociedad ¿puede ésta sobrevivir? Su objetivo colectivo de unión y progreso se pierde, y se cambia por otro individual, interesado y de saqueo. … un organismo gangrenado tiene pocas probabilidades de sobrevivir si no cercenamos. Y aquí podemos englobar cajas de ahorro, directores corruptos con indemnizaciones indecentes, saqueos sistemáticos de fondos … en fin. Todo lo que nunca se castigará y todo el dinero que jamás recuperaremos.
  7. Este saqueo es responsabilidad de un sistema corrupto que no es democrático. Los dos grandes partidos han gobernado bajo el chantaje de los nacionalista; es decir, de aquellos cuyo objetivo es destruir España. Como lo que ha importado es la supervivencia del partido, pues eso es lo único que ha sobrevivido ¿o veis a algún político, a algún familiar de político en la cola del paro y condenado a la indigencia? Y lo que es peor. Si no cambiamos el sistema, si no llegamos a un consenso, la mayoría de los españoles para eliminar la partidocracia y sustituirla por una democracia real con división de poderes y un control exhaustivo de la gestión que hacen los políticos de nuestros bienes, el abismo entre clase parasitaria e indigentes será cada vez mayor.
  8. A la orgía se han sumado ayuntamientos, comunidades autónomas, sindicatos, infinidad de asociaciones subvencionadas, el mundo del arte y tantos, tantos otros; que la escisión social ya es un hecho. Cuanto más se separe una de otra más difícil será arreglarlo; a menos que fracasemos del todo como sociedad y esto acabe en una guerra civil. Eso satisfaría un curioso principio, donde el caos se arregla con otro caos peor, y mucho más destructivo: los llamamos revoluciones, guerras. Es como cuando apagan un incendio con una explosión u otro incendio controlado; y eso es lo que ocurrió en la Revolución Americana o la Francesa. ¡Cuidado con los patriotas o su versión más salvaje e incontrolable de los sans culottes!
Hemos pasado del “pienso, luego existo” cartesiano al pago impuestos, luego existo. Dicho ministerio es el más importante y donde no se ha escatimado en gastos y tecnología punta. Donde están los mejores superordenadores … para controlarnos a nosotros - a ver si hemos cometido el pecado mortal; aquel en que eres culpable aunque demuestres lo contrario, como en El Juicio de Kafka… Mientras, la justicia, piedra angular de la democracia, tiene ordenadores obsoletos, humedades, expedientes amontonados en los lavabos, y la policía tiene que “pagarse las balas” y la gasolina. ¿Es casualidad que sean estos estamentos los peor tratados y que sean lentos de funcionamiento por falta de medios? Desde luego, nunca podremos pagarles su abnegada labor y los sacrificios a los jueces y policías honrados, que junto con el ejército constituyen la base que hace que no se nos caiga el edificio encima. Y luego estamos los de abajo, los que estamos en la trinchera … y los que trabajamos o hemos trabajado toda nuestra vida para pagar lujos y vicios de muchos que nunca serán juzgados. Y si lo son, ahí estarán estos gobiernos para indultarlos ¡Viva la Pepa!, pero 'Ojalá hubiera vivido!
Y las cuentas de los paraísos fiscales, sean en Suiza o en una Sicav engordan, mientras la clase media está sistemáticamente siendo saqueada y destruida.

Es verdad que se tiende a la globalización y a igualar, pero una parte de la población mundial se iguala en la pobreza y la otra en una riqueza cada vez mayor.

Y estoy seguro de que el amable lector, si ha tenido la paciencia de seguirme hasta aquí, analizará con más acierto y profundidad; y se le ocurrirán más puntos de forma más acertada que a mí. Pero eso no hará más que montar esa bicicleta de la que hablábamos al principio. Esa bicicleta no son piezas sueltas sino que cada una cumple su función y alguien las montó. En algunas o en todas partes de nuestro modelo ha hecho falta un mecánico y, en mi opinión, hay que abordar el problema desde dicha perspectiva, considerando que el todo es más que la suma de las partes ...

Si admitimos esto, entonces resulta evidente que tal como comentamos al principio, si falla una sola de las piezas se acabó lo de la bicicleta. Hay que encontrar la más débil o aquella en la que se pueda actuar. ¿Qué tal algo que podemos hacer entre todos? Exigir al gobierno una consulta, a todos los españoles, para ver si queremos seguir manteniendo las depredadoras autonomías. Después, se podría pasar a lo de sustituir la partidocracia por una democracia real.

Vicente Jiménez 

domingo, 7 de octubre de 2012

UNA GENERACIÓN PERDIDA ... tras otra.


La historia de Pedro puede ser la de cualquier chaval en  cualquier barrio de Hospitalet, Terrassa, Badalona o Cornellá, da igual. O sea, que vive en el extrarradio (antes cinturón industrial) de Barcelona u otra ciudad española. Pedro tiene treinta y ... años y forma parte de una de esas generaciones que se nos perdió sin saber cómo ni cuándo. Bueno, él sí sabe cómo y cuándo, yo creo intuirlo.
Pedro es un chicarrón fuerte, noble y brutote. Se dedico a trabajar desde los 14 o los 16 años, no lo recuerdo bien. ¿El motivo? Desde luego se consideraba un negado para los estudios y desde el punto que tuvo la edad legal se puso a trabajar. Así contribuía a la modesta economía familiar y en la fábrica pronto encontró un lugar donde encajó mejor que lo había hecho antes en el colegio, del que salio sin obtener el Certificado de E.G.B. Él decía que no servía para eso de estudiar.
Como en aquellos tiempos sí había vida después de la E.G.B, a base de trabajo, reconocimiento, responsabilidad y esfuerzo repuso su malograda autoestima estudiantil y se hizo un sitio en la fábrica. Allí se ganó la confianza de algún jefe, que no de todos porque Pedro huyó siempre de los favoritismos y enchufismos; y su excesiva rectitud, falta de diplomacia y de tacto a veces le trajo algún problema de comunicación, pero nada grave que no se pudiera solventar con una charla de tú a tú o fumándose un pitillo a la hora del bocadillo. Si estaba equivocado lo reconocía, pero como él considerara que no, no había forma de hacerle dar su brazo a torcer. Incluso sus compañeros le quisieron convencer para que les representara como enlace sindical, pero siempre huyó de todo lo que le oliera a posibilidad de chanchullos, no fuese que acabasen a guantazos. Algo de lo que los trabajadores andaban siempre faltos era de sindicalistas que representasen los intereses de todo el colectivo y no los propios personales; y cuando huelen a un posible representante honrado intentan convencerlo para que se presente a enlace. Es para ellos una mera cuestión de supervivencia.
A todo esto y al cabo de los años le fueron confiando más responsabilidades. Y mira por donde, al final lo tenemos hecho toda una especie de encargado. Ahí es cuando se arrepintió de no haber estudiado antes porque algunos por tener alguna formación de FP cobraban más que él  realizado trabajos similares. Es lo que hay, decía él. Lástima que no tengo tiempo ni ganas. Acabo hecho polvo.
Así que al final teníamos a un hombre de treinta y pico de años con un futuro y una ilusión por delante. Nos vuelve a coger los libros y la empresa le paga un curso de inglés, pues ciertos conocimientos del idioma le iban a hacer falta para el trabajo en una futura promoción.
Y cuando estaba rindiendo en su mejor momento profesional y podía volcar en la sociedad toda la energía inestimable de su juventud, unida ya a algo de experiencia llega el fantasma del ERE, que se convierte en un monstruo y lo lanza al paro cuando la primera ola del tsunami de la crisis dio de lleno en su ahora exfábrica. El papel socializador que el colegio no había logrado completar del todo lo tomó su empresa. Antes, a la escuela y la familia hay que reconocerles que ya le habían dado el recurso más importante: valores. Esos valores fructificarían más tarde en él mismo, su entorno, la empresa y la sociedad.
Aquí es donde empieza el via crucis de una generación ¿Qué pasó con el dinero que daba la CE para la reconversión y formación de los trabajadores? Pues que los cursillos que le ofrecieron hubieran estado acertados en otro mundo, otra galaxia y otro universo. Nada que ver con la realidad del mercado laboral que pudiese surgirle en el presente ni en el futuro. Por no surgir, no existía ya ni mercado laboral. Eso sí, tuvo que pasar por duros e inútiles entrenamientos de cómo hay que realizar una entrevista de trabajo o redactar un currículum adecuadamente. A mí me parece casi tan difícil como las dos oposiciones que yo pasé hace muchos años.
Chaval, como no te saques el graduado, le comentó el tutor en uno de los cursillos, (ahora la ESO) lo vas a tener mal. ¿Y estos que han llegado de fuera y no saben ni hablar español? Estos son otra cosa …
Así este hombre se me va a la escuela de adultos (qué remedio) y el primer día de clase, dos jóvenes que él cree Pakistaníes (por la negrura de su tez y el idioma extraño que hablan entre ellos - da igual su nacionalidad) son llamados aparte para hablar con la directora. Es para decirles que tienen derecho a una subvención. ¡Oye! Que yo soy española a mí no me dan nada, objetó una mujer compañera de clase de unos cincuenta años. Lo siento, las leyes están así. No es culpa mía contestó la profesora. Claro, a los dos “Pakistaníes” una vez subvencionados no los han vuelto a ver aparecer por clase.
Esto son historias para no dormir, pero quienes no duermen son los ciudadanos que se ven en estas tristes vicisitudes irremediablemente aspirantes a la indigencia y la miseria. Son historias desgarradoras arrancadas de la realidad de la calle. De cómo puede perderse una generación tras otra en un efecto dominó apocalíptico. Y mientras, los políticos siguen resolviendo problemas que ellos previamente han creado con sus estúpidas disputas virtuales, continúan cebándose con el dinero de unos ciudadanos que ya no tienen más que dar porque se lo han arrebatado todo. Pensando si van a cuartear un trozo de España o no. Si van a trincar por aquí o por allí. Alimentando circuitos que sospecho corruptos o mafiosos y cuyo resultado es que para tener protección social en España tienes que ser un extranjero. Así, si las cosas se ponen feas la ira popular será canalizada no a quienes crearon el problema, sino a los inmigrantes. Alimentando SICAV y Comunidades Autónomas; con más coches oficiales que Estados Unidos y un sinfín de dislates que son denunciados cada día por los pocos medios libres de comunicación que quedan. Los problemas son tantos que costará muchas generaciones poder volver a ciertos parámetros de normalidad (para mí normalidad significa supervivencia). La única solución pasaría por parcelar los problemas y empezar intentando aplicar pequeñas soluciones. En la Red de Blogs, por ejemplo, ya estamos defendiendo un posible remedio muy factible mediante un plebiscito del pueblo español sobre qué hacer con las autonomías y la organización territorial. La otra opción prefiero ni mencionarla ni pensarla.
Pero ¡ojo al dato! Todavía estamos hablando de personas que fueron formadas durante los últimos años de buena cosecha de la EGB, con una serie de valores adquiridos como que hay que trabajar y esforzarse. Que conseguir implica antes disciplina y sacrificio. Para hablar de la siguiente oleada, la de la LOGSE, ninis, etc no me siento preparado, la verdad ...
PD. Cualquier parecido con la realidad es puramente intencional
Vicente Jiménez