Partiendo de bases firmes y sin prejuicios reflexionemos sobre el silencio de los lobos, que no es aquel Silencio de los Corderos en la excelente película conocida por todos. Aquí son los corderos quienes se desgañitan por las calles mientras los lobos permanecen en calculado silencio. Los corderos gritan desesperados pidiendo justicia “Si se puede” y los lobos los observan afilando sus colmillos con la sonrisa maliciosa de quienes los piensan devorar.
Al que pasa hambre y frío porque ya no le queda ni casa ni comida ni trabajo. Al que no tiene esperanza porque ya no le pueden quitar más de lo que le han quitado. Al que en ese momento no ve ninguna salida..., pues a ese que ya no tiene nada todavía hay alguien dispuesto a arrebatarle algo más. Todavía hay quien carente de alma y de corazón planifica cómo sacar partido, rentabilizar la desesperación y miseria del desesperado. Todavía hay alguien lo suficientemente sinvergüenza dispuesto a robarle al que ya no tiene nada. ¿Os dais cuenta? Robar al que ya le han robado todo. Desposeer todavía más al que ya no le queda nadaporque todavía le se puede arrebatar un poco más. Se le puede robar el alma... las ganas de salir del pozo negro donde se le ahogan y asfixian las últimas esperanzas, las últimas fuerzas.
No creo que exista en nuestro rico amplísimo y bello vocabulario español un adjetivo que describa todo el rechazo, toda la pasión que yo pondría para calificar a aquel golfo que se alimenta de la injusticia para desposeer todavía más a quien ya le han robado todo otros sinvergüenzas que llegaron antes.
Por sus palabras les conoceremos y después por sus actos. Cuando alguien dice:
- Si mando yo acabaremos con toda esta corrupción y se te acabaron los problemas porque somos distintos
Y el desesperado le mira y le cree. Y el desposeído le escucha y le cree, porque el lobo le está diciendo lo que quiere oír. Y al desesperado le prometen todo aquello que jamás le podrán dar porque quienes prometen no están por esa labor y porque lo que prometen es irrealizable; porque el lobo está por alcanzar el poder por el poder, como cualquier lobo que se revuelque en el fascismo, , conscientes de que cuando ellos alcancen su meta no existirá ya ningún otro poder que pueda controlarlos, yo le pondría ese adjetivo que no alcanzo a encontrar en el DRAE. Puede que vosotros, avezados buscadores de palabras, sepáis encontrarlo. El sustantivo es, desde luego, fascismo. Ya lo pueden barnizar de la ideología que quieran.
- Hay que conseguir bla, bla, bla
- ¡Que bien! ¿Cómo piensa conseguirlo?
- No, yo estoy diciendo que hay que conseguir bla bla bla
- Sí, si en eso estamos de acuerdo; pero ¿cómo?
Y enfadado por tu insistencia le espeta con todo el cinismo del mundo
- ¡Tú quieres que yo conteste lo que quieres oír! ¡Pues contesta tú y ya está, pero no me obligues a contestarte lo que tú quieres.
Sí quiero. Claro que quiero canalla malandrín; sí y sí y mil veces sí quiero. Quiero que me contestes a la pregunta... Necesito saber cómo y si no, no me digas nada. Pero ellos repiten sus mantras vacíos para mentes vacías del "hay que" y nunca te dirán el cómo. Cómo es la pregunta que un populista considera la más capciosa del mundo y ellos son populistas profesionales. Tienen la jeta de decirte que el cómo lo contestes tú.
"Hay que" ya lo sabemos todos. La cuestión está en el cómo: ahí es donde intervienen los expertos. Ahí es donde las opiniones se cambian por criterios profesionales.
Profesionales y no charlatanes de discursos vacíos de contenido para resolver los problemas es que necesitamos y lo que los populistas no son. Profesionales para hundir lo poco que queda, en cambio, sí que son. A la ausencia de libertades colectivas en Europa quieren añadirles la ausencia de libertades personales: la propiedad privada, el derecho a contratar, el derecho a producir, el derecho a comerciar...
Yo si puedo decir sin miedo a equivocarme un "hay que": Hay que botarlos no votándolos. Pero aún hay otro “hay que” que también resulta cierto: hay que ser muy corrupto para prometer lo irrealizable, lo descabellado.
Esta panda de amiguetes se apuntaron al carro de la utopías; es decir, algo irrealizable salvo para crédulos con mentalidades infantiloides o ignorantes (de ignorar - nada despectivo). Una utopía no es más que humo y ellos saben que sus propuestas son humo.
Ellos saben que no pueden decir nada porque no tienen nada que decir, excepto “hay que” sin especificar nunca ni cómo, ni de qué forma porque cada vez que lo han hecho han perdido miles de votos. Porque no saben dar ni una solución sensata, rigurosa y seria a su “hay que” y también saben que cada vez que piden asesoramiento pierden votos y que cada vez que hablan en los medios pierden votos cuando quien entrevista exige concreciones. No pueden vivir eternamente de hay que curar el cáncer: Eso queremos todos, ¿pero cómo? Así que a partir de ahora, no hablarán porque como siga hablando pierden lo ganado. Ahora toca callar y puede que un partido gane las elecciones no diciendo nada y paseando su imagen por las televisiones aplaudiendo en actitud triunfalista.
Por eso los lobos callan mientras los borregos balan por las calles, en sentido figurado; claro.
Vicente Jiménez
Nota
La mención negativa del lobo en este escrito ha sido utilizada solo como metáfora. Desde luego, en nada tiene el comportamiento del lobo, ese noble animal, que ver con el que se describe aquí. El lobo es una especie que debe ser protegida, al contrario de aquellos ignorantes que se meten a salvapatrias y a quienes jamás debemos escuchar ni tomar en serio.