martes, 22 de octubre de 2013

LEVIATÁN ¿por qué no lo leyeron?


La felicidad es un continuo progreso de los deseos, de un objeto a otro, ya que la consecución del primero no es otra casa sino un camino para realizar otro ulterior. La causa de ello es que el objeto de los deseos humanos no es gozar una vez solamente, y por un instante, sino asegurar para siempre la vía del deseo futuro. Por consiguiente, las acciones voluntarias e inclinaciones de todos los hombres tienden no solamente a procurar, sino, también, a asegurar una vida feliz; difieren tan sólo en el modo como parcialmente surgen de la diversidad de las pasiones en hombres diversos; en parte, también, de la diferencia de costumbres o de la opinión que cada uno tiene de las causas
que producen el efecto deseado.

Un incesante afán de poder en todos los hombres. De este modo señalo, en primer lugar, como inclinación general de la humanidad entera, un perpetuo e incesante afán de poder, que cesa solamente con la muerte. CAPITULO XI, DE LA DIFERENCIA DE "MANERAS", Leviatán. Thomas Hobbes.
 Un tema que Aristóteles jamás se hubiese planteado: la felicidad como un ansia y capacidad no de imitar a la naturaleza sino de transformarla. La concepción de "poder", para Hobbes, no se limitaba al "poder político absoluto" de reyes y gobernantes sino al poder de dominio sobre la Naturaleza. Esa idea sería recogida para adornar las mansiones inglesas los palacios europeos desde finales del s XVII: los parques y jardines han sustituido a los bosques salvajes rodeando mansiones y palacios.  Edad de la razón significa la aplicación de las matemáticas y la ciencia para domar la naturaleza: árboles dispuestos en hileras simétricas, figuras geométricas dividiendo grandes espacios de verde césped, composición de flores perfectamente alineadas y combinadas... Aunque los jardines ingleses y franceses difiriesen en estilos, la idea Hobbiana  transformadora de la naturaleza fue la impulsora; no la única, pero impulsora. A eso se le llamo la Edad de la Razón. Ya estamos enfocando la revolución científica e industrial que habría de venir dentro de doscientos años..

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Un profesor de ciencia política dijo una vez:

- Si Maquiavelo hubiese sido Sherlock Holmes, Thomas Hobbes habría tomado el papel de Watson.


En la concepción teórica sobre los Estados modernos hay que partir del tándem Maquiavelo-Hobbes. Si Maquiavelo dejó despejado de arbustos medievales el terreno para llegar a la idea de Estado moderno fue Hobbes quien diseñó la ciudad que se construiría sobre ese terreno.

Thomas Hobbes abandona la concepción aristotélica del hombre cuya felicidad sólo se alcanza como animal político en una ciudad que obtiene la perfección por medio de la virtud de quienes la habitan y le da la vuelta a la tortilla:

No se trata de conseguir ciudades perfectas como proponía Aristóteles ni nada por el estilo. Todo eso son utopías: se trata de evitar que ocurran cosas malas.... así que si Maquiavelo se atrevió sin contemplaciones a separar moral y política, Hobbes ya le le pone los cimientos al Estado moderno: el principio de autoridad en tanto sea garante de la paz, (o modernamente también, papá Estado árbitro del estado de bienestar), constituye el fundamento del derecho. El vocabulario político moderno fue en gran parte acuñado por Hobbes: nuevas palabras para designar nuevos conceptos: una absoluta revolución.

Para conseguirlo hace precisamente lo contrario que propuso Aristóteles. Se pregunta cómo sería el hombre si lo sacas de la familia, la ciudad, cualquier tipo de poder y se plantea cómo se gobernaría a sí mismo. Una vez conseguida la abstracción de ese hombre libre dice:

- Vamos a tomar todos los problemas y responsabilidades que comporta gobernarse a sí mismo y se los pasamos a alguien. Esa, esa es la idea principal de la democracia: les pasamos los problemas a los poderosos, divide y vencerás (separamos poderes), y que se peleen entre ellos y nos dejen a nosotros tranquilos.

Ahí es cuando Hobbes realiza la abstracción del representante perfecto: el que está presente por ti. Si bien es cierto que no lo pone en la figura de un presidente como harían en EEUU lo pone en la figura de un rey perfecto.


La tradición marca que Hobbes señaló formalmente el paso de la doctrina del derecho natural a la teoría del derecho como “contrato social”. Parte de la condición de un hombre libre capaz de autogobernarse que traspasa libremente esa capacidad a otro para evitar los problemas y peligros que comporta autogobernarse: ver Erich From, El miedo a la libertad, ya que vive en perpetuo peligro de que acontezca una guerra de todos contra todos (Bellum omnium contra omnes). Entonces, pacta con un soberano  una especie de contrato social. Será un "buen rey" quien los gobierne de forma perfecta. 

Ahora bien... quedó la duda, porque, ¿existen los reyes perfectos? envestidos de todas las cualidades de una especie de superman. Muchos en su época creyeron que con su libro Leviatán lo que estaba haciendo entre líneas era cargarse el concepto de poder absoluto para sugerir el concepto de representación; y lo hizo en un tiempo en el que dicha idea le hubiese costado la cabeza. De cara a la galería justifica el poder absoluto, pero tampoco podemos asegurar que fuese su verdadera intención.
Veamos por qué:



Si para Hobbes el Arte ha de transformar y no imitar ¿quién nos dice que Leviatán no intenta transformar el poder absoluto en su abstracción para llegar a la idea de "representación" desde nuestra perspectiva moderna (por cierto, perspectiva desconocida para nuestros políticos): al fin y al cabo la idea principal de Leviatán son el poder y la representación: “estar presente por ti porque yo te dejo... te doy poderes”: representación por poderes... primera condición matemática de la democracia.


Si hubiesen leído Leviatán, a los padres de la transición jamás se les habría ocurrido montar esta chapuza y llamarla democracia: un Estado de partidos incrustados en el Estado. Los países Europeos tampoco lo hubiesen aceptado: tenemos los mismos sistemas y por supuesto los mismos problemas en España, Grecia, Italia...


De tomar la interpretación clásica de Hobbes sobre el “poder absoluto” debieron haber aplicado los Estados de partidos actuales mediante un "contrato social" que jamás existió: los españoles jamás fueron libres de elegir; fueron libres de votar  y así seguimos.

De haber tomado la segunda interpretación, la que se carga el poder absoluto y apunta hacia la representación democrática, jamás hubiesen formado Estados de partidos. Lo que sí es cierto es que debieran haberlo leído fuese la que fuese la interpretación que le diesen.

Vicente Jiménez




2 comentarios:

  1. Gracias Vicente por este excelente artículo; como siempre nos vas llevando de la mano, paulatinamente a entender el por qué lo que tenemos es una falsa democracia.
    No estoy segura si los denominados "padres de la transición" leyeron o no a Leviatán, conocían en profundidad los conceptos de Aristóteles, los de Maquiavelo o Hobbes. Lo que si estoy segura, es que armaron una estructura para su propio beneficio, una estructura cerrada, hermética en la cual el ciudadano común no es capaz de interactuar, ser escuchado, sus necesidades y propuestas no son tomadas en consideración porque para el sistema "no existen", con lo cual, el ciudadano es un voto cada período de tiempo para continuar en esta estructura terrible.

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    1. Has dado en el clavo en todo querida amiga. Por lo menos que no se les llene tanto la boca con la palabra democracia: un concepto que ni entienden, ni les interesa ni por supuesto, aplican. Es dictadura disfrazada de partidocracia: así de simple.
      El próximo paso imprescindible es Locke y después ya podemos entrar de lleno a entender al gran maestro: a Montesquieu
      Después, quedarán muchos cabos por atar porque ahora la cosa se ha complicado: no se trata solo de los tres poderes.
      Un abrazo y felicidades por tu blog http://linkis.com/blogspot.com/2CLC

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