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Los niños entraron corriendo ilusionados en el museo. La
escenificación era perfecta: figuras de cera, árboles de cera y luz
artificial representaban a la perfección en escenarios separados la
vegetación, el paisaje, los sonidos, amaneceres y anocheceres; un
instante congelado del comportamiento y la vida salvaje de unos
imponentes animales dramatizados en los que debían haber sido hace
tiempo sus hábitats naturales. Se pararon ante el primer escenario
que dramatizaba el comportamiento de caza de unos soberbios lobos
ibéricos.
¡Mira papá, lobos!
Cuatro lobos estaban dando caza perfectamente sincronizados a un
ciervo. El ciervo y los cuatro lobos estaban disecados y se habían
extinguido hacía unos años, y así lo anunciaba un cartel:
Lobo Ibérico – Canis Lupus Signatus – Especie extinta a mediados del S XXI”
Un lobo adulto podía tener una longitud de entre 100 y 120 centímetros, y una alzada a la cruz de entre 60 y 70 centímetros. El peso variaba entre 30 y 50 kilos, aunque se han encontrado ejemplares de hasta 75 kg. Las hembras tenían unas dimensiones y peso inferiores a los de los machos.
Papá, ¿qué significa especie extinta?
Pues que ya no quedan otros lobos como esos en el mundo - fue la
lacónica respuesta del padre. Y pasaron a la siguiente simulación.
Unas focas...
Nunca más el lobo ibérico correrá libre por los bosques y montañas
de Castilla la Mancha. Nunca más se escuchará su aullido o
podremos observar a una loba cuidando con mimo a sus lobeznos. Esa
pérdida no solo afecta a los de la generación que
irresponsablemente la ocasionaron sino a sus hijos, y a los hijos de
sus hijos. Afecta a todas las generaciones futuras. La pérdida de
una especie es un daño irreparable e irreversible: las especies que
se han extinguido en la historia de la Tierra son mucho más
numerosas que las existentes actualmente; son los experimentos
conclusos de la evolución. Por lo tanto, cada especie que sobrevive
merece el máximo respeto porque las especies o sobreviven o mueren;
y es evidente que el lobo ibérico ha sobrevivido a las cazas
indiscriminadas y batidas despiadadas. Pero una cosa es sobrevivir a
batidas medievales y otra muy distinta sobrevivir a batidas donde se
utilizan sistemas de tecnología punta. La tecnología nos ha hecho
amos y señores de las otras especies, de momento, hasta que la
naturaleza diga basta...
¿Qué generación tiene el derecho de provocar la desaparición de
otra especie?¿Es que una especie, que se supone inteligente, puede
acabar con otra especie que además cumple una función primordial en
el orden natural? Puede que con la extinción del lobo al no existir
depredadores naturales para los ciervos, o conejos, o lo que fuese su
dieta éstos se multiplicasen de tal forma que acabasen con las
especies vegetales que los alimentaba y acabasen por morir todos de
inanición después de representar un serio peligro para los
cultivos. Puede que esa especie estúpidamente inteligente que
extinguió a los lobos no tuviese tanto talento como creía porque
solo había sabido considerar erróneos beneficios a muy corto plazo
obviando el desastre que iba a provocar a medio y largo plazo.
El desastre se precipitó en un completo efecto dominó de desastres
en extinciones de especies. Tampoco se oiría nunca mar el berreo del
ciervo en los bosques.
A partir de ahora solo quedarían lo documentales del siglo pasado y
unos cuerpos disecados a ser expuestos en nuestro triste museo
imaginario.
Fueron burócratas ignorantes y mediocres los culpables de no hacer
lo que debieron hacer y tomaron políticas equivocadas. Fue la
ignorancia general que miraba para otro lado. Fueron un cúmulo de
tristes circunstancias causadas por la ignorancia y la brutalidad del
hombre ante su desmedida ambición. Todo un perfecto orden y riqueza
ecológica estúpidamente destruida porque sus antepasados primaron
intereses equivocados de ganaderos, de cazadores, de batidas salvajes
indiscriminadas cuando de sentarse a hablar y sopesar con talento y
criterios inteligentes se hubiese podido salvar todo: hubiese sido
posible
Piensen en ello. Estamos a tiempo de evitarlo y solo tenemos una oportunidad: no habrá segunda.
Nota: quienes han seguido este blog se habrán dado cuenta de que
está dedicado a la libertad colectiva, a nuestra libertad por encima de la igualdad y cualquier otra consideración; pero por supuesto a la de
nuestros hermanos los animales. Decía un sabio que las sociedades
pueden medirse por la forma en la que tratan a sus animales. Tenía
toda la razón.
Vicente Jiménez
Yo le presté mucha atención. Me lo pasó una de esas buenas personas que vale la pena conocer en twitter. @Teresa025650839 con la que intercambié unos mensajes muy interesantes. Eso no es extraño en los medios sociales. El contenido es impresionante. Debería ser de obligada exposición en los bachilleratos y universidades. No se pierdan palabra...
Gracias Vicente!! Me ha impresionado!!
ResponderEliminarMe alegro y Agradezco mucho tu comentario. Te recomiendo la lectura del capítulo: Quién habla en nombre de la tierra de Cosmos, de Carl Ssgan. Eso sí que te impresionará- :-)
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