Es
verdad que alguien consideró que una mentira repetida muchas veces
acababa por convertirse en una verdad. Y ahora nos llegan como un
flash todas las verdades a medias, las mentiras enteras, las
insinuaciones y el montón de embustes que han martilleado
monótonamente nuestras vidas a diario, incluso defendiendo lo blanco
sobre lo negro cuando lo que se protegía era un negro mucho más siniestro y oscuro.
Sólo
un hombre necio puede dejarse convencer porque escucha las mismas
mentiras una y otra vez. Sólo un ignorante puede dejarse ahormar
porque le falta la libertad de poder elegir. Pero ¿no es mejor ser un loco libre antes que perder la
identidad? Sólo un necio o un esclavo se deja robar la identidad.
La identidad lo es todo. Es lo que somos, lo que fuimos y lo que seremos. Son las experiencias que acumulamos desde niño hasta el momento de leer estas líneas. Dicen que un hombre escuchó por la radio mientras conducía: “Un loco va en dirección contraria por la carretera ...” A lo que él pensó: -¿Uno? No, todos. Todos vienen en dirección contraria- Lo que nadie sabe es que para evitar un choque frontal ese loco solitario tomó un desvío y otra ruta, y aunque parezca mentira mantuvo el sentido y además acertó de lleno. Este suceso aislado no hubiera tenido ningún interés si no supiéramos que el conductor solitario iba huyendo de una catástrofe, de un tsunami. En realidad estaba escapando para salvar a su familia de un régimen totalitario.
...
Las
evidencias que estaba presenciando se las había escuchado mil veces
a su abuelo, que había evitado los horrores de Dachau. De cómo el
perro temblaba inquieto queriendo escapar sin saber a dónde
ir exactamente. De cómo cuando se hizo la calma total no se movía ni
una hoja. De cómo las moscas desaparecieron y hasta los pájaros
enmudecieron para salir huyendo en bandadas perfectas siguiendo su
sexto sentido atávico. Y se escucharon los motores de los primeros
blindados y tembló la tierra. La masa explotó exaltada gritando como una sola garganta
el nombre de aquel mesías que los había fascinado y al que
admiraban con un fervor cuasi religioso; exultantes ante la presencia
de un dios que levantaba el brazo saludándoles desde un coche
descubierto. Y de cómo todo ese público le devolvía el saludo como
un solo brazo y un solo gesto y lo que es peor, un solo sentimiento irracional. De cómo después del desastre algunos
todavía seguía creyendo en aquel dios derribado de pies de barro y
de cómo otros sólo hubieran querido salir de ese infierno al que
les llevó el falso mesías. Todos acabaron sufriendo. Perseguidores
y perseguidos. Víctimas y verdugos. Culpables e inocentes. Todos
cumplieron con su cupo de sufrimiento y unos aprendieron y otros no.
Y ahora veo que los hombres seguimos sin aprender. La misma soberbia, la misma ira, las mismas mentiras, las mismas promesas, la misma avaricia y los mismos necios siguiendo las consignas irracionales con los mismos sentimientos irracionales. Envueltos en los mismos sueños y las mismas banderas aunque parezcan distintas. Sufrirán los necios y sufrirán las víctimas y ahora se repite lo que el abuelo dijo. Replicamos la historia una y otra vez con las mismas moléculas de ADN y yo me aproximo al conductor loco para pedirle que me deje acompañarle. Puede que el camino esté lleno de baches y vaivenes, de tristezas y de alegrías. Pero seguiré siendo yo y no dejaré que otro me diga quien soy ...
Vicente Jiménez
Es cierto lo que dices, pero cada quien es libre de creer o no lo que los demás le digan. Es una pena que muchos tienden a seguir una mentira (sabiendo de antemano que lo es), por el miedo a enfrentarse a una verdad, que muchas veces puede no gustar o resultar dolorosa.
ResponderEliminarSaludos.
Gracias por tu participación. Aportas otro enfoque muy interesante; la aceptación de una mentira por el dolor que produce la verdad.
ResponderEliminarLos sentimientos son capaces de obnubilar la razón. Lo vemos cada día en la lógica y la ilógica del amor. Somos seres racionales, pero sujetos a los emociones. Solo eso explica que pueblos civilizados y educados en el respeto a los demás, puedan sacar sus más bajos instintos cuando mentes aprovechadas juegan con sentimientos, emociones y falsas identidades.
ResponderEliminarEspero que mi razón domine siempre a las emociones y sentimientos ó como mínimo que sea capaz de distinguir entre el bien y el mal en su más amplio sentido.
Gracias por tu participación. Me gusta tu aportación que en esencia trata sobre la manipulación. Totalmente de acuerdo contigo
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